PATRIMONIO Y PAISAJE

1125 POBLACIÓN Y SOCIEDAD EN LA ESPAÑA DEL S. XIX

 POBLACIÓN Y SOCIEDAD EN LA ESPAÑA DEL S. XIX

ESQUEMA

POBLACIÓN
Crecimiento demográfico
SOCIEDAD
De la sociedad estamental a la sociedad de clases
Transformaciones sociales


Ramón Casas

MODELO DE TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA:
 ESPAÑA EN EL SIGLO XIX ESTABA EN LA FASE INICIAL o ANTIGUA  


POBLACIÓN

Durante el siglo XIX el crecimiento demográfico español fue lento comparándolo con el de otros países europeos: 77% de crecimiento
-1797: 10,5 millones
-1900: 18,6 millones

Los demás países europeos, excepto Francia, duplicaron su población.
Como ejemplos: Italia: 88%, Alemania: 107%, Gran Bretaña: 250%

La población en España era mayoritariamente rural.

Sus comportamientos son muy característicos:

Altas tasas de natalidad
Altas tasas de mortalidad (incluso superiores en casos de epidemias)
Crecimiento demográfico lento

Tasa de Natalidad : al final del siglo XIX era del 34 por 1000, de las más altas de Europa.
Tasa de Mortalidad: era del 29 por 1000, la segunda más alta después de la de Rusia.
Esperanza media de vida: en 1900 era de 35 años.
Crecimiento natural: 5 por mil, un crecimiento muy bajo.

Estamos ante la fase antigua de la transición demográfica, anterior a la industrialización  La transición demográfica se realiza en el siglo XX, con retraso respecto al resto de Europa. Pero hay una excepción: Cataluña

Esta situación se debe a tres factores:
-Crisis de subsistencias
-Las epidemias
-Las enfermedades endémicas.

Crisis de subsistencias :

Hubo 12 grandes crisis (1804, 1812, 1817, 1823-25, 1837, 1847, 1857, 1867-68, 1879, 1882, 1887 y 1889) a lo largo del siglo, que demuestran la conexión cronológica y geográfica entre escasez de trigo y aumento de la mortalidad.

Causas :

-Coyunturales : relacionadas con el clima (exceso de lluvias, heladas tardías, sequías).
- Estructurales o permanentes : atraso técnico de la agricultura, bajos rendimientos agrarios, transportes y comunicaciones deficientes que no permitía distribuir los alimentos de las zonas excedentarias a las deficitarias

 Las epidemias :
Las epidemias periódicas fueron la principal causa de mortalidad. La peste bubónica desaparecida en el siglo XVII, fue sustituida por el cólera, el tifus o la fiebre amarilla.
La más importante en el primer tercio del siglo XIX, fue la fiebre amarilla , sobre todo en Andalucía.
En el segundo tercio del siglo fue el cólera, que presentó cuatro brotes, sobre todo en la Meseta . Visita al hospital, de Jiménez Aranda

Las enfermedades endémicas:
Son las enfermedades que se presentan de manera permanente en la población. Su impacto es más disperso y son más difíciles de cuantificar.
Son la tuberculosis, la viruela, el sarampión, la escarlatina o la difteria.
Las enfermedades endémicas y las epidemias incidieron más en grupos sociales debilitados previamente por la escasa alimentación y afectadas por malas condiciones de vida: falta de higiene, escasa atención sanitaria, etc.

Las distribución espacial de la población y los flujos migratorios:

La distribución espacial de la población continuó con la misma tendencia iniciada en el siglo XVII en España:

Desplazamiento de la población del norte hacia el sur
Despoblamiento de la Meseta central (excepto Madrid)
Concentración de la población en la costa mediterránea y atlántica meridional. El crecimiento demográfico

Causas:
Ventajas económicas de las regiones costeras:
Tierras fértiles (valle del Guadalquivir, huerta levantina)
Transportes y comunicaciones más rápidos, baratos y seguros.
La población levantina y meridional crece del 39 al 44%, mientras que las del centro y norte , descienden del 60 al 55%.
El despegue industrial lo inicia Cataluña en la segunda mitad del siglo XVIII.

En este momento su población realiza la transición demográfica: aumenta alrededor de un 145%.
La población rural disminuye paulatinamente
La población se traslada de las áreas rurales a las ciudades.

En el resto de España los movimientos migratorios del campo a la ciudad o éxodo rural fue muy limitado.

Para que se produzca este fenómeno deben darse otros dos:
La revolución agrícola: la mano de obra sobrante del campo se traslada a la ciudad, donde trabaja en la industria
La revolución industrial: necesita mano de obra abundante y barata
Sin embargo, en España apenas se moderniza la agricultura y la industrialización es lenta, tardía, escasa y deficiente. No se hace hasta el siglo XX.

En 1900 la población era mayoritariamente rural.
El 91% vivía en localidades de menos de 100.000 habitantes.
Sólo Madrid y Barcelona estaban en torno al medio millón de habitantes.
En Europa más de 20 superaban esta cifra.
Siete tenían más de un millón

SOCIEDAD

De la sociedad estamental a la sociedad de clases 

Características:
 Sociedad estamental:  Cerrada Criterio jurídico Dividida En estamentos 
 Sociedad de clases Criterio económico Derechos Obligaciones Igualdad ante La ley Rentas Papel en el Proceso productivo Abiertas Relaciones De dependencia

La revolución liberal burguesa traía consigo la transformación de una sociedad estamental feudal en una sociedad de clases capitalista.
La sociedad ya no se divide en estamentos, que se caracterizan por ser:
Cerrados
Definidos jurídicamente: derechos y obligaciones diferentes
La comunidad está por encima de los individuos.

Cadiz. s. xix

Sociedad de clases

Movilidad vertical por el mérito

CLASES ALTAS
 NOBLEZA Alta Media Baja Desaparecen y se funden con otras de Igual nivel de renta BURGUESÍA Alta: la Nueva clase dominante Conserva sus títulos Pierde sus privilegios feudales Se integra en los grupos dirigentes Por sus Propieda des y negocios Terrateniente Industrial Financiera

Da lugar a la Oligarquía . Son la clase dominante

CLASES MEDIAS
Grupo heterogéneo Pequeña burguesía Profesionales liberales Pequeños comerciantes Pequeños empresarios Funcionarios

CLASES BAJAS
 Grupo social mayoritario
 CAMPESINADO- PROLETARIADO URBANO
 JORNALEROS En Andalucía Perjudicados Por las reformas liberales Pierden sus Derechos sobre
 ARTESANOS arruinados

Las tierras señoriales/ desamortización
ÉXODO RURAL

Portugalete, s. XCIX


La nueva sociedad de clases 

Las clases dominantes valoran la propiedad de la tierra como signo de status social y de prestigio.
Las tierras no interesan por la riqueza que se pueda obtener de ellas, sino por la emulación de la nobleza del Antiguo Régimen.

La unión matrimonial de alta nobleza y alta burguesía da lugar a la oligarquía terrateniente dominante en Madrid.
 alta sociedad de finales del siglo XIX.

La nueva sociedad de clases , basada en las diferencias de riqueza es una sociedad abierta y dinámica, que favorece la movilidad y el ascenso social para aquellos que:

Aumentaran sus recursos económicos
Mejorasen su prestigio social o personal, fruto de: Trabajo, esfuerzo y talento

Pero en la práctica:
Crecen las desigualdades

Se abre una brecha entre un número reducido de ricos y una enorme masa social de bajos ingresos

- Las minorías sociales dominantes estaban integradas por:
Antigua aristocracia latifundista.
La nueva burguesía
Mandos militares
Jerarquía eclesiástica
Industriales, que habían logrado ascender
La posesión más valorada era la tierra.
Los burgueses adquieren las propiedades desamortizadas.
Se mantienen prácticas antiguas, como los duelos
Algunos aprovechan las posibilidades ofrecidas por la sociedad liberal y:
Hacen carrera en el Ejército
Triunfan en la política
Prosperan en los negocios
Destacan en el ejercicio de las profesiones liberales: abogacía, profesorado universitario, periodismo). Son los “hombres hechos a sí mismos”
Ejemplos: Espartero, Mendizábal, Pi y Margall, Bravo Murillo, Balmes, Cánovas o Sagasta.

Cambio en la composición de los grupos sociales rectores: asciende la alta burguesía.


sociedad  s. xix museo romantico madrid alcoba femenina

Clases medias urbanas.
Eran un grupo heterogéneo.

Formado por:
Funcionarios (cesante)
Oficiales y suboficiales
Profesionales liberales
Profesores, tenderos, artesanos.
Pequeños fabricantes. Propietarios de modestas empresas


Clases bajas :
Proletariado: obreros, jornaleros

PAISAJE RURAL

Jornalero del campo, persona que se gana la vida con las manos»Gañán como el «hombre tosco y primitivo, que no sólo carece de modales, sino que le importan poco».


  Campesinado
Era la mayoría de la población.
Las malas cosechas, la ausencia de mejoras técnicas agrarias, provocaban escasez, subida de precios y hambrunas.
Desconfían de la modernización.
Jornaleros y arrendatarios



Trabajadores de fábrica a finales del siglo XIX.  Salva,  terrassacat.blogspot.com

Urbano:
Proletariado industrial.
Asalariados.
Malas condiciones de vida.
Analfabetismo
Mayoritariamente procede del campo (éxodo rural)
También se integran artesanos arruinados.

Reynaldo Giudice La sopa de los pobres , 1884



El clero católico :
Disminuye drásticamente debido a las leyes desamortizadoras y a la política liberal.
Se ve despojado de sus privilegios del Antiguo Régimen.
Pierden las bases de su poder económico e influencia social entre los obreros industriales y las nuevas clases medias urbanas.
Sin embargo:
Sigue siendo una fuerza importante, ya que:
Influye en la conciencias de gran parte de la población.
Conserva una sólida implantación social entre las mujeres y el campesinado
Controla la educación y la beneficencia.

  
LA MUJER
Las mujeres ocupan una posición subordinada.

Están excluidas de los derechos civiles y políticos (sufragio)
Tienen escasas posibilidades de formación.
Sujetas a la autoridad del varón.
Las mujeres de las clases altas se ocupan del hogar, son madres y esposas.
Las de las clases bajas trabajan fuera del hogar.
Su tasa de analfabetismo rondaba el 87%.

PARA SABER MÁS, VER:
HIS-ESP-XIX-sociedad-mujer

Una de los problemas más graves que derivó de la industrialización fue el aprovechamiento de los patronos del trabajo de las mujeres y de los niños. A fin de paliar este execrable problema se fueron proclamando diversa Leyes. Destacamos, como más importantes, las siguientes:
  • 24 de Julio de 1873: Ley que prohíbe el trabajo en fábricas, talleres y minas a los niños y niñas menores de 16 años.
  • 16 de Julio de 1878: prohíbe los trabajos peligrosos a estos menores 1900: Ley reguladora de los trabajos de las mujeres y niños y normas por las que se habían de regir los trabajos de ambos
  • 1904: Ley de Protección a la Infancia
  • 1912: Ley que prohíbe el trabajo nocturno de la mujer


MODOS DE VIDA

Intereses económicos
Aspiraciones políticas
Nivel de riqueza
Ocupaciones
Costumbres, gustos
Formación educativa
Ocio
Vestimenta
La ópera y el teatro, el ocio de la alta burguesía
El ocio de la mediana burguesía: Los cafés
EL OCIO DE LA CLASE OBRERA: LA TABERNA



Ocio y esparcimiento a finales del S. XIX y principios del XX: JARDINES Y ESPECTÁCULOS



El concepto de ocio y tiempo libre nace con las sociedades urbanas a lo largo del S. XIX. Anteriormente, en las sociedades agrarias tradicionales el tiempo venía determinado por los ciclos agrícolas y el escaso tiempo no productivo estaba, en lo esencial, organizado por la Iglesia o los poderes públicos. Es con el florecimiento de las sociedades urbanas cuando el tiempo libre deja de ser exclusivo de la nobleza para empezar a formar parte de la vida burguesa, comenzando a perfilarse la idea de ocio como alternativa individual a la actividad profesional. Se requiere para ello la creación de nuevos espacios públicos para la sociabilidad, el esparcimiento y la diversión: se abren grandes avenidas con bulevares; los parques y jardines, hasta entonces adscritos a propiedades señoriales, comienzan a ser accesibles a los ciudadanos, que buscan en ellos espacios para el paseo y el recreo. Aparecen nuevas actividades y proliferan los locales de entretenimiento (teatros, casinos, cafés, cines, bailes, merenderos, etc.); y, por lo que a nuestro artículo de hoy concierne, aparecen los jardines de recreo…

Conocida imagen del Paseo de Recoletos de Madrid que ilustra perfectamente el uso de los espacios públicos como lugares de socialización y entretenimiento a finales del S. XIX y principios del XX.

(Foto: Hauser y Menet, entre 1906 – 1910; Memoria de Madrid)


Eran los jardines de recreo espacios polivalentes de ocio, principalmente dirigidos a las clases acomodadas, si bien hubo algunos otros más populares. Se ubicaban en espacios abiertos a las afueras de las ciudades, generalmente en zonas verdes o en terrenos proyectados para los nuevos ensanches, por lo que muchos de ellos tuvieron un carácter provisional. Concebidos para el verano y parte de primavera-otoño, disponían de amplios jardines y zonas recreativas y de restauración; sus construcciones, generalmente desmontables por ese carácter de provisionalidad comentado, albergaban todos los espectáculos y atracciones al uso de la época (teatro, conciertos, circo, toros, baile, deportes, exhibiciones diversas –globos, monstruos, fieras…-, montaña rusa, etc.).

Se pusieron muy de moda a partir de la segunda mitad del S. XIX y se extendieron prácticamente por todas las grandes ciudades, en muchas de ellas con la denominación de Campos Elíseos (en la mitología griega, lugar delicioso donde se suponía que iban las almas de los que hubieran merecido este premio). Los primeros Campos Elíseos de los que hemos hallado noticia se levantaron en Barcelona en 1853; los hubo también en Bilbao, Cádiz, Gijón, Zaragoza… Por su parte, Madrid tuvo sus Campos Elíseos entre 1864 y 1881 cerca del Retiro (entre las calles Alcalá, Castelló y Velázquez); y, posteriormente, unos Nuevos Campos Elíseos en el entorno de la Fuente del Berro entre 1900 y 1902.
 amigosdehesa.blogspot.com.es/

ORDEN PÚBLICO
 
La industrialización conllevó una serie de fenómenos como la inadaptación y marginación de muchos de sus protagonistas unidas a la miseria, el hambre y el trabajo embrutecedor. Junto a ellos el incremento en el consumo de alcohol, proliferación de lupanares y salas de juego, etc…

Con la industrialización las quejas vecinales se dirigen a la apertura de los bares después de la hora reglamentaria, la blasfemia, los escándalos), la prostitución, arrojar basuras a la vía pública o lavar ropas en las fuentes comunitarias. Todas estas alteraciones, junto a los frecuentes robos, motivaron una normativa legal conforme a los nuevos tiempos y un aumento considerable de los funcionarios encargados de la vigilancia.

En líneas generales, las normas seguir eran: las tabernas se cerrarían a las nueve de la noche en invierno y a las diez en verano. Quedaba totalmente prohibido recorrer la población cantando a partir de esa hora, así como todo tipo de acciones y conversaciones “obscenas” que atañesen muy especialmente a la religión y a las instituciones públicas.



A finales de siglo, Málaga arrastraba una larga decadencia económica. La crisis de la siderurgia había cerrado numerosas ferrerías. Las deficiencias estructurales, la competencia extranjera y la plaga de la filoxera habían hundido el comercio de pasas y vinos, que había sido la principal actividad económica de la provincia. La industria de la caña de azúcar también se había derrumbado por la competencia de Cuba y la introducción del cultivo de la remolacha azucarera. En ese momento, quedaba muy atrás la época de riqueza de la ciudad, que había atraído a comerciantes, tanto extranjeros como de otras regiones del país y que había hecho que apellidos como los Temboury, Loring, Grund, Gross, Larios, Bolín o Huelin formaran parte de las familias más pudientes y conocidas de la sociedad malagueña. La pobreza que se extendió por el mundo rural produjo una gran expansión demográfica, que trajo como consecuencia la expansión urbanística.

El eje principal era la calle Larios, que se finalizó en 1.891. Allí se encontraba el Círculo Mercantil, que era el club que contaba con más socios. En sus salones, exquisitamente decorados, se realizaban tertulias y actos culturales. En la misma calle se encontraban los cafés Inglés y España y la pastelería La Dulce Alianza. La plaza de la Constitución ya constituía el centro de la ciudad y en ella se encontraba el café de la Loba, que tenía una nevería en verano. La burguesía elitista vivía en la Alameda, que ya en aquella época contaba con filas de grandes árboles, estatuas, fuentes y bancos. Iluminada desde mediados de siglo, era el escenario social y de ocio por excelencia, muy apreciado por los malagueños por la brisa de las mañanas de verano. La antigua aristocracia se había trasladado al el Paseo de Reding y las familias adineradas se habían asentado más allá, en las mansiones de la Caleta y el Limonar. Los barrios populares se extendían hacia el norte hasta llegar al río, Goleta y Molinillo, o bien al otro lado del Guadalmedina, en torno a las fábricas de los barios del Perchel y la Trinidad. Otro barrio humilde era el de “chupa y tira”, que se levantaba entre la calle de la Victoria y el Camino Nuevo. Le llamaban así porque la dieta de sus habitantes eran las almejas y los productos del mar, que eran los más baratos y que consumían casi a diario. La mayoría de sus hogares estaban formados por los corrales de vecinos.


Todos los malagueños de abolengo pertenecían al Liceo. En sus salones, decorados con cuadros de pintores malagueños, se celebraban tertulias, se llevaban a cabo labores de beneficencia, concursos literarios, efemérides, representaciones teatrales, ópera, conciertos y exposiciones. Su tono cultural decayó a partir de 1890, haciéndose más recreativo y social.

Los oficiales del ejército se reunían en el Centro Militar, cuyos salones estaban decorados con lienzos de escenas militares. Era un recinto severo, muy alejado del círculo de recreo que había sido años antes y donde, en ese momento, se lloraban las pérdidas de soldados en la guerra de Cuba.
dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com.es

El viaje y la memoria

Andalucía, recorrida en sus caminos, dormida en su historia y atrayente en sus paisajes y ciudades, siempre fue un motivo inevitable para viajeros. Testimonios acaso muy personales, relatos realistas, a veces fantasiosos y divertidos, casi siempre curiosos e interesantes, traducidos ahora por primera vez al castellano y enriquecidos con comentarios e ilustraciones de época

"Llegamos al cortijo a la hora de la cena y vimos un enorme círculo formado por su mujer, los niños, los vaqueros, los jóvenes labradores y las ordeñadoras, todos reunidos alrededor de una gran fuente de gazpacho fresco, al que por supuesto fuimos invitados a compartir con suma cortesía. Sin embargo era una comida demasiado frugal para satisfacer lo voraz de nuestro apetito,y rehusando con educación meter nuestras cucharas en aquél rancho comunitario, comenzamos a preparar como solíamos todo lo necesario para un desayuno inglés, sacando nuestra cesta de viaje y colocando una cacerola llena de agua sobre el fuego.
La curiosidad de los campesinos en estas ocasiones nos divertía muchísimo. En esta ocasión los espectadores, que con toda probabilidad nunca habían estado en contacto tan directo con ingleses, contemplaban cada uno de nuestros movimientos con el mayor interés.   El que hubiésemos batido un huevo como sustituto de la leche despertó una sorpresa general, y el que sacásemos cuchillos, tenedores y cucharas los dejó sin aliento, pero cuando colocamos sobre la mesa nuestra tetera de viaje, su asombro fue indescriptible. Muchos se levantaron de sus mesas para poder ver mejor y desde más cerca esa extraordinaria máquina y nuestro anfitrión, después de examinarla con minuciosidad, aventurándose al final a poner de manifiesto su ignorancia preguntando para qué servía, exclamó extasiado, como si se tratase de un objeto del que había oído hablar, "y esa es una tepà!" "¡Una tepà!" , lo que se fue repitiendo con las distintas entonaciones que le iban dando las tres generaciones de personas que se encontraban presentes "¡una tepà!, ¡caramba, qué gente tan fina los ingleses!"





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