558 ARTE ÍBERO.

ZONA ÍBERA

La zona de influencia de la cultura "íbera" comprende el centro este de la Península, Mediterráneo y Andalucía. En ella incluimos los pueblos Turdetanos, Bastetanos, Oretanos, Contestanos, Edetanos, Ilergabones, Indigetes y todos los demás pirenaicos.

Podemos hablar de una etnia heterogénea que formó un mismo pueblo de una forma progresiva: del 750 al 550 a.C. es un periodo pre-ibérico; del 550 a.C al S.V es el ibérico antiguo. El ibérico pleno alcanza del S.V hasta la entrada de los romanos.



Illeta de Banyets
Illeta de Banyets
(El Campello, Alacant)
Las Toixoneres
Las Toixoneres
Calafell
Vista aérea del poblado de Lliria
Vista aérea del poblado de Lliria

CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 

El ibérico es el gran pueblo prerromano de la Península por excelencia. Fue un pueblo avanzado para su época aunque quedó eclipsado por otras civilizaciones aún más poderosas cultural o militarmente, hasta remansarse y fundirse definitivamente con el mundo romano.

La cultura ibérica fue heredara de la de Tartesos, aunque estuvo muy influida por otros pueblos del Mediterráneos, como griegos y fenicios.


 PARA SABER MÁS, VER:
HIS-ESP-ANTIGUA-iberos 



ARTE IBÉRICO

Arquitectura

La arquitectura no responde a lo que sucede en otras sociedades similares de la cuenca del Mediterráneo, concretamente a las sociedades clásicas griegas y romanas. En el área íbera lo más sobresaliente en cuanto a arquitectura son las fortificaciones de murallas de los poblados.

En la urbanística resalta la pobreza de los poblados, hasta tal punto que para algunos investigadores no vistió una arquitectura ibérica, sino que debió tratarse de un desarrollo incipiente que fue cortado por la conquista cartaginesa y romana,

Sabemos que en la construcción los íberos utilizaron la piedra, el adobe y la madera. Los restos de construcciones de piedra son los más abundantes de los hallados en los poblados ibéricos, pero tiene una posible explicación natural por tratarse del material más duradero de los empleados. Los tamaños de las piedras varían, desde los bloques monumentales a pequeños cantos, y lo mismo la técnica de colocación, desde la simple mampostería hasta paredes realizadas con bloques perfectamente labrados.

Sabemos que el adobe fue utilizado con profusión dentro del mundo ibérico, porque en la mayor parte de los casos fue en la España seca y de zonas en donde la piedra se utilizaba para los cimientos, pero después la parte superior de las paredes se hacía de adobe. 


 El Templo ibérico

 La falta de grandes restos arqueológicos sólo permite hacer conjeturas sobre este aspecto de la arquitectura y arte ibérico.
Se han hallado dos tipos de estructura que podrían haber tenido utilidad de culto religioso.
Por un lado, han aparecido recintos cuadrangulares, aparentemente descubiertos y con una losa en el centro, que se han interpretado como santuarios hipetros similar a los conocidos como "lugar abierto" del mundo oriental.
Por otro lado, también se ha hallado un cierto número de edificios que datan de fechas muy tempranas, como el siglo VII a.C.
Se trata de estructuras de planta rectangular con entrada a través de un vestíbulo que ocupa todo el ancho del edificio. Está dividido en tres espacios longitudinales, los laterales más estrechos y cortos, por lo que la estancia central se ensancha adoptando forma de T, con el espacio del fondo partido de nuevo en dos por un muro perpendicular a la pared trasera situado en el eje longitudinal del edificio.
Tales construcciones se pueden relacionar con edificios del Próximo Oriente que también aparecen en la Italia prerromana.

Tumbas de cámara

 Las tumbas de cámara son características del mundo ibérico meridional y las más importantes se encuentran en Galera (Granada).
Estas tumbas podían estar excavadas en el subsuelo o construidas sobre él y generalmente cubiertas por un túmulo. Casi todas eran de planta rectangular, aunque también las había circulares, y las urnas cinerarias se depositaban sobre el suelo, un poyete no muy alto o en una cavidad abierta en el suelo y cubierta con losas planas.
La más importante estaba construida sobre el suelo, contaba con un dromos de acceso cubierto con una falsa bóveda y una cámara de planta cuadrada cubierta con losas que descansaban sobre un pilar central.

Monumentos turriformes 

El monumento turriforme o con forma de torre más importante es el de Pozo Moro (actualmente en el Museo Arqueológico Nacional), que es un edificio de planta cuadrada, que presenta podio y por encima un cuerpo principal cuadrangular, con sus esquinas inferiores adornada con leones yacentes. Algunos de los sillares de este cuerpo están decorados con relieves de una gran importancia.
Por encima de esta estructura hay una serie de molduras que culminan en gola. Algunos autores suponen que sobre este primer cuerpo había otro muy similar, de un tamaño algo menor.

Pilares-Estela
 
Hay muchísimas pilares-estela por todo el ámbito ibérico. Consisten en un basamento, escalonado, sobre el que se alza un pilar con capitel, que sostiene la escultura de un toro.

Arte Ibérico: Pilar-Estela del Museo Arqueológico de Elche
El mejor ejemplo de pilar-estela es el de Monforte del Cid.

La Escultura Ibérica

Las esculturas ibéricas en piedra se pueden clasificar en dos grupos según los temas: figuras humanas y figuras de animales.
Arte Ibérico: Cornicén de Osuna

En el territorio de los íberos han aparecido también grandes esculturas de bulto redondo que se pueden comparar con la griega arcaica y la etrusca. Tradicionalmente siempre ha sido la Dama de Elche la figura más representativa de estas manifestaciones artísticas, pero a partir de nuevos hallazgos en las últimas décadas el estudio de la naturaleza y función de las esculturas ibéricas en piedra ha pasado a ser centro prioritario de interés de los arqueólogos que dedican su actividad preferentemente a las zonas del sur y Levante de España.

Es sin duda, junto a la cerámica pintada, la más importante manifestación artística de los íberos, que afortunadamente va siendo objeto de estudios individualizados a través de los cuales conocemos, aparte de la calidad artística y todo el proceso de fabricación, su funcionalidad.
 
Es clara la existencia de una etapa antigua de la escultura ibérica de sabor orientalizante, que arranca de la plática menor de la etapa orientalizante del arte tartésico, a su vez inspirada por los fenicios y, en menor medida y más tardíamente, por los griegos. A esta escultura corresponde la más arcaica escultura animalística de la Turdetania y el monumento de Pozo Moro. De la mitad del s. VI y, sobre todo, en el V, ejerce sobre los íberos una fuerte influencia la escultura griega, a cuyo estímulo (y quizá por sus maestros) se realizó la producción escultórica ibérica más importante. Desde entonces, destrucciones y vacíos llenan una etapa de decaimiento.


Hay que contar, pues, con una base orientalizante y un fuerte componente griego en la producción escultórica ibérica, con matices que pueden derivarse de influjos etruscos o cartaginenses, portadores a su vez de un lenguaje artístico helénico transformado.
Escultura ibérica. Dama de CaudeteAdemás, hay que contar con la personalidad que le imprimieron las sociedades ibéricas. Así, por ejemplo, hay una ausencia de la proporción y armonía características del arte griego, no por falta de pericia, sino por una diferencia de mentalidades: para los íberos, era más importante el cuidado de los detalles que el conjunto.

El material utilizado es principalmente la piedra, especialmente areniscas y calizas blandas; las piedras duras, el bronce y el barro cocido se reservaron a la realización de figurillas menores. Se cree que también se realizó escultura en madera, que no nos ha llegado, por un cierto estilo lígneo que tienen muchas de las obras en piedra.

Relieves del Monumento de Pozo Moro
 
Son relieves en forma de frisos que se encontraron tallados en los sillares que conforman este monumento y que en ocasiones se hacen continuos a su alrededor. Pertenecen a la primera etapa de la escultura ibérica y se fechan hacia el 500 a.C.

Piezas escultóricas del Monumento de Pozo Moro (Arte Ibérico)
En ellos, se puede ver una clara influencia neohitita, así como en los leones que hay en las cuatro esquinas del monumento. Son importantísimos para el conocimiento de la iconografía y la mitología ibéricas, ya que representan escenas de divinidades, ritos relacionados con el más allá y figuras monstruosas. La técnica y las 
figuras resultan muy toscas.

 
 Meseo arqueologico Sevilla

El León de Nueva Carteya (Córdoba)Este león pertenecería a esa primera etapa orientalizante de la escultura ibérica. Es el mejor conservado de los varios aparecidos en este lugar y estaría destinado a proteger una tumba. Se fecha en el s.VI. La cabeza y la melena son muy detallistas.

La Esfinge de Agost (Alicante)
Esta esfinge es uno de los mejores ejemplos de hasta qué punto influyó el arte griego en el ibérico. Salvo algunas variantes, como la forma de disponer la cola, seguramente por imperativos del material empleado, se ajusta perfectamente a los prototipos griegos de mediados del s.VI. Seguramente tendría la misma función que en Grecia: servir de portador de las almas al más allá, por lo que estaría en una tumba.


La Bicha de Balazote
La denominada "Bicha de Balazote" es,
, toro androcéfalo -cuerpo de toro y cabeza humana-, perteneciente a un monumento funerario. tallado sobre un sillar de esquina, de manera similar que los leones de Pozo Moro, y que es una versión de las figuras fluviales de los griegos.
Debió estar destinado a un monumento funerario como expresión de la vida que se deseaba al difunto en el más allá, ya que el toro era símbolo de procreación y vida. Se fecha hacia la segunda mitad del siglo VI.


“El toro es un animal que está presente desde el primer vestigio de arte de la humanidad; es un animal mítico que ha funcionado como factor económico, divinidad protectora y objeto de culto, referente mágico y lúdico, y como exponente de la virilidad en la transmisión de su fuerza engendradora; la sangre del toro fertiliza las tierras y el semen transmite hombría a los que la habitan”. “Los toros aparecen vinculados a los humanos ya en las pinturas rupestres paleolíticas”, cuenta la conservadora, “y en el Levante peninsular figuran desde los primeros tiempos del neolítico, alrededor del sexto milenio


La Dama de Elche
Este busto, el mejor ejemplo de la etapa "clásica" de la escultura ibérica, está realizada en caliza policromada y tiene restos de policromía.

La Dama de Elche es la obra cumbre de la escultura y en general del arte ibérico
Seguramente formara parte de una estatua de cuerpo entero similar a la dama de Baza, ya que el corte inferior es muy abrupto e irregular. El rostro está sereno y mira al frente. Es un rostro muy clásico, aunque todavía tiene algunos rasgos orientalizantes. Lleva un exuberante atavío, especialmente llamativo por las joyas, en concordancia con restos arqueológicos encontrados, y el complejo tocado. Pese a lo problemático de cualquier interpretación, parece tratarse de una divinidad, tal vez con una dimensión funeraria. Se fecha en el s.V a.C.

La Dama de Baza (Granada)
Esta dama está realizada en caliza estucada y policromada. Se fecha hacia los comienzos del s.IV. Se halló en el interior de una tumba de la necrópolis de Baza sirviendo de urna monumental.

Representa a una divinidad de la muerte, representada según un esquema iconográfico de diosa sedente sobre un trono alado, muy repetido en el ámbito griego. Tiene unas características muy similares a la dama de Elche. El rostro es muy individualizado y personal.
Gran Dama del Cerro de los Santos
Está realizada en piedra arenisca y se realizó hacia el s. II en Montealegre del Castillo, en Albacete.

Se trata de un exvoto de gran tamaño que representa a una dama oferente, ataviada según la moda de las damas distinguidas de la sociedad ibérica, que sujeta en sus manos el vaso de ofrenda. Es muy hierática y sus formas son muy rígidas.
 fuente: arteguias (ADAPTACIÓN)





Los bronces ibéricos: 

Se trata de pequeñas estatuillas de bronce fabricadas a molde y retocadas después y macizas. Los hallazgos realizados lo han sido tanto de figuras masculinas, como femeninas, de pie, con los brazos abiertos o en posición de plegaria. A veces los hombres llevan armas y se conoce también alguna figura de jinete.

Sus lugares de aparición son normalmente los santuarios, aunque algunos hayan aparecido en otros espacios arqueológicos y, en cuanto al área geográfica de dispersión de los hallazgos, esta es muy grande, prácticamente todo el área íbera (Badajoz, Huelva, Sevilla, Córdoba, Granada, Jaén, Ciudad Real, Albacete, Murcia, Alicante, Valencia, Tarragona), aunque la máxima concentración se produzca en Despeñaperros, Castellar de Santisteban (Jaén) y Santuario de la Luz (Murcia), santuarios todos situados en el área de Sierra Morena y el sudeste.

La aparición de los bronces se debe a la abundancia de metal en la zona y a la técnica importada por los colonizadores de oriente. Pero esto no debe desligarse del propio desarrollo en el territorio ibérico de una cultura y una religión que propiciaron la aparición de una industria artístico-religiosa. La técnica de fundición era el proceso conocido como de la cera perdida en moldes de arcilla, retocándose posteriormente y realizando la decoración deseada. Por ser macizas no tenían un tamaño excesivo.

Con una función muy similar a los bronces y unas características también parecidas, se han hallado estatuillas realizadas en tierra cocida en yacimientos ibéricos.


Los conjuntos arqueológicos más importantes son los siguientes:


El de Porcuna (Jaén).
La Dama de Baza, descubierta en el año 1971 en el curso de las excavaciones de una necrópolis en Baza. Se fecha esta necrópolis con toda seguridad en la primera mitad del siglo IV a.c.
La Dama de Elche, aparecida en la Alcudia de Elche. Está realizada en piedra caliza y ha sido durante mucho tiempo el gran punto de referencia de la escultura ibérica en piedra.
La estatuaria del Cerro de los Santos (Albacete), entre las piezas destacan: La gran dama Oferente y las Damas Sentadas.
La estatuaria del Llano de la Consolación (Albacete).
La estatua sedente del Cabecito del Tesoro (Badajoz)

Todo ello en territorio andaluz o sus cercanías.

El material empleado por los íberos en la realización de estas esculturas en piedra fue de una calidad bastante inferior a la del resto de las culturas del entorno y la época con las que tuvieron relación. Frente al mármol abundante en las obras escultóricas de griegos y romanos, o el uso de piedras duras, como sucede en el arte egipcio, los íberos emplearon sobre todo la caliza y la piedra del país, aunque no por ello dejaron en ocasiones de realizar obras con una elevada perfección artística.

Es necesario resaltar que, salvo contadísimas excepciones, el hallazgo de esculturas humanas de piedra de bulto redondo se da en la zona oriental de Andalucía y el sudeste de España, es decir, zonas de un desarrollo económico importante. A ello hay que unir los impulsos llegados del exterior a través de los pueblos colonizadores, debidos en gran manera al mundo jónico, pero a partir del conocimiento del yacimiento del Pozo Moro (Chinchilla) por lo que hay que hablar de contactos con el mundo fenicio.

El relieve


 Se trata de una manifestación artística bastante menos abundante que las esculturas, realizadas también en piedra como aquellas, aunque de gran interés de los descubrimientos de Pozo Moro (Chinchilla).

En este yacimiento existió sobre una hilera de piedras un friso en bajorrelieve ocupando los cuatro lados del recito arquitectónico y que solo parte de ellos han llegado hasta nosotros.

Lo más interesante de Pozo Moro son los problemas que plantea en cuanto a sus relaciones con mundos artísticos bastante alejados, concretamente al norte de Siria, con sus relieves neohititas de influjo arameo y fenicio. Hay un hecho innegable y es que en el área ibérica del sudeste, a fines del siglo VI a.c., hay unos artistas que realizan unos relieves que tienen influencias de culturas muy lejanas en el espacio.

Aparte de los relieves de Pozo Moro tenemos, en la zona ibérica, unos conjuntos también importantes, acotados en el extremo occidental por los de Osuna, pero con la máxima concentración en la Alta Andalucía y el Sudeste.

Los más importantes son los de Osuna, el relieve de la Albufera, esculturas de animales procedentes de toda el área de influencia tartessica y el Levante, el importante hallazgo de Pozo Moro, el grifo de Redovan (Orihuela) que parece ser del año 500 a.c., la esfinge de Agost denota la influencia de los tipos griegos arcaicos por lo que hay que situarlas hacia finales del siglo VI, la esfinge de Bogarra, la bicha de Balazote, con cuerpo de toro y cabeza humana que tiene prototipos claros en el mundo griego, aunque con rasgos orientales evidentes y que debe datarse en el siglo IV a.c., la bicha de Toya similar a la anterior, el toro de El Molar, los toros de Rojales, las leonas de Mingulla (cerca de Baena), los leones de Nueva Cartaza, el toro de Porcuna relacionado con las influencias griegas que sincretizan con el influjo orientalizante de la zona de influencia tartessica y la leona de Los Molinillos cerca de Baena.


CERÁMICA
 
La cerámica pintada: Se trata de una de las manifestaciones mejor conocidas y más valoradas del arte ibérico, tanto las decoraciones con figuras geométricas, más tempranas y abundantes por más sencillas de realizar, como las figuras humanas y de animales.

La cerámica ibérica puede agruparse en dos periodos, uno primero a partir del siglo V a,c, con una temática muy simple y una segunda época ya en pleno dominio romano, a partir del año 200 a.c., donde aparece el estilo narrativo y simbólico de figuras humanas y de animales, aunque es muy posible que se hayan iniciado durante el siglo III. Dentro de la amplia área ibérica se distingue varias zonas

Cerámica ibérica andaluza: Valle del Guadalquivir y afluentes, así como sur de Portugal y la región extremeña, que emplea el torno, traído por los colonizadores orientales, desde época temprana. En esta área la cerámica protoibérica recoge las dos corrientes externas, la fenicio-chipriota y la jónica, a partir del siglo VII-VI a.c., no obstante no es una zona de desarrollo importante de la cerámica ibérica.

La cerámica del sudeste: llamada también cerámica de estilo simbólico, que tiene como focos principales los de Elche y Archena.

La cerámica de Oliva-Liria, denominada de esta forma por ser los yacimientos que proporcionaron los primeros lotes de este denominado estilo narrativo.

Azaila, en el Bajo Aragón, la cerámica es más tardía porqués sustrato sobre el que aparece es del siglo IV a.c..

La cerámica del nordeste, en Cataluña.


Como conclusión sobre la cerámica pintada podemos decir que las influencias externas encontraron en cada región sustratos distintos que derivaron en tendencias individualizadas en relación también con la época en que recibieron los influjos de la otra parte del Mediterráneo.



El Vaso de la Suidomaquia 


Vasija del siglo II antes de Cristo que narra un episodio de caza de un jabalí.

El Vaso de la Suidomaquia (Maquia: lucha; Suido: jabalí) narra cómo unos aristócratas armados con escudos, lanzas y espadas tratan de abatir a un jabalí, un tótem junto al lobo en el mundo mediterráneo de la época. Es la lucha de un animal salvaje —representante de las fuerzas de la naturaleza— contra el poder del hombre y su civilización.
narra la historia de un príncipe íbero y su paso de la adolescencia a la madurez.Fechado en el siglo II antes de Cristo,



PARA SABER MÁS:

601 IBEROS 
ARTE IBÉRICO [PPT] . iesjorgejuan.es
 
Imagen del Catálogo Monumental de la Provincia de Baleares 

Imagen del Catálogo Monumental de la Provincia de Baleares, MINISTERIO DE CULTURA / CSIC | 10-11-2011

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