La población pasó de 25.877.000 habitantes en 1940 a unos 35.500.000 en 1975. El crecimiento más fuerte se produce en los años 60 (desarrollo económico), sobre todo en el quinquenio 65-70 (1960: 30.430.000, 1965: 31.965.000 e 1970: 34.032.000). Elcrecimiento de 1961-70 e uno de los más grandes de la demografía española. Está unido al baby boom de los años 60 (crecimiento económico) y a las bajas tasas de mortalidad.
Se acompaña este crecimiento de unas tasas de natalidad que oscilan entre el 24,3 por mil en 1940 al 18,6 por mil en 1975, y una mortalidad en fuerte descenso: en 1940 es del 16 por mil y se sitúa en 1960 en el 8,6 por mil. Las causas de los descensos están en el progreso económico y en la transformación social.
- POBLACIÓN ACTIVA
Es otra de las grandes transformaciones de la sociedad que se ve en el siguiente cuadro:
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1940
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1975
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SECTOR 1º
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50,52 %
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21,46 %
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SECTOR 2º
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22,13 %
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38,24 %
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SECTOR 3º
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27,35 %
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40,30 %
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Este cambio en la distribución es como consecuencia del proceso industrializador. También debemos destacar el aumento de la población trabajadora, ya que en 1940 la población activa representa solo el 34,61 % de la población y en 1975 es del 38 %.
- MOVIMIENTOS MIGRATORIOS
Los movimientos migratorios se producen por diferencias de tensión demográfica sobre los recursos disponibles. Las migraciones van de los lugares de mayor crecimiento vegetativo a los de mayor crecimiento económico.
Las migraciones interiores se dirigen hacia las zonas más industrializadas: Madrid, País Vasco, Valle del Ebro, Valencia... (16 provincias), provocando el abandono de las provincias emisoras (34). En el período 1951-60 sale un millón de personas, entre 1961-70 casi dos millones.
Las migraciones exteriores no comienzan hasta finalizar la Segunda Guerra Mundial. Hasta 1958 el destino preferente era Hispanoamérica, después el polo de atracción esEuropa (fuerte crecimiento económico). Esta salida hacia Europa afectó, en términos generales, a casi un millón de personas (lo que ayudó notablemente al triunfo de las medidas estabilizadoras: menos paro en España, más renta para los que quedan, envío de dinero para comprar cosas en España y ayudar a compensar la Balanza de Pagos). El aumento más importante es en los años 1961-62 con case 120.000 salidas, situándose después en unas 65.000 anuales.
4. PURITANISMO IDEOLÓGICO Y CONTROL SOCIAL
El franquismo impuso profundos cambios en la vida cotidiana, en los comportamientos culturales y religiosos y en el marco político.
Los primeros años de la posguerra fueron años de represión. La Ley de Responsabilidades Políticas, de febrero del 39, atribuía las responsabilidades de la guerra a todo sospechoso de republicano. Esto obligó a miles de personas a cambiar de comportamientos e ideas (otros no lo hicieron a tiempo); fueron depurados y España sufrió una pérdida irreparable. El temor a la represión y la necesidad de trabajar generará una adhesión al nuevo régimen (incluso se valió de un sistema policial de delaciones –denuncias y venganzas-) que afectó a todos los sectores de la sociedad.
El hambre y la escasez son otras de las características de la posguerra. La elevación del coste de la vida, la pérdida de poder adquisitivo, la falta de productos y el racionamiento hacían difícil sobrevivir cada día. Las clases bajas sufrían aun más fuertemente esa situación debido a las enfermedades y epidemias.
CONTROL IDEOLÓGICO Y COSTUMBRES
En la posguerra existió un estricto control ideológico, tanto estatal como eclesiástico. Se crearon organizaciones e instituciones de encuadramiento ideológico y político: el Frente de Juventudes, la Sección Femenina de FET y de las JONS, etc. La religión católica fue la única reconocida por el Estado: matrimonio, bautismo, non divorcio, moralidad en las costumbres (baile, baños, comportamiento social –prostitución-, papel de la mujer), educación, etc., estaban dirigidos por la moral católica.
Rezaba así la siguiente noticia:
En el patio de Armas del castillo de Almodóvar del Río, la Sección
Femenina de Córdoba organiza en octubre de 1950, con motivo de la
festividad de Santa Teresa, patrona de la organización, el pase de las
muchachas Margaritas y de las jóvenes Flechas Azules al escalón
siguiente de la estructura de este brazo falangista una vez superado el
periodo de adoctrinamiento político y de formación con la finalidad de
cumplir tareas educativas y sociales en el Estado franquista. El acto
solemne del paso de las secciones, como era tradición y obligación,
estuvo precedido por una misa en la iglesia parroquial de San Nicolás a
la que asistieron los mandos provinciales de la Sección Femenina,
afiliadas y jerarquías del Movimiento. Trasladadas a Almodóvar, el marco
histórico del castillo sirvió para subrayar el tradicionalismo y el
esquema de valores conservador de la entidad. Una vez formadas en el
patio, la regidora de juventudes, Purita León, se despidió de las
muchachas con una vibrante alocución. El ceremonial del paso de las
flechas a la Sección Femenina se representó con un intercambio de
guiones, la inclinación de los mismos y el juramento tomado por la
delegada provincial, camarada Mercedes Ordóñez. El programa se completó
con la entrega de banderines a las juventudes más destacadas en la
provincia, una tabla de gimnasia rítmica y, por parte de las Margaritas,
de una selección de bailes populares.
CENSURA Y CULTURA
La unificación lingüística en torno al castellano (“habla la lengua del Imperio”) fue uno de los principios del nuevo Estado. La obsesión lingüística llevó a erradicar todo vocablo extranjerizante –castellanización-. A nivel artístico tuvo un carácter reaccionario: estilos historicistas, grandilocuentes, triunfalistas. A nivel literario: la censura sobre las grandes obras de escritores españoles y extranjeros llevó a la llamada literatura de kiosko: los cómics “El Coyote”, “Roberto Alcázar y Pedrín”, “El Capitán Trueno”, etc. El cine por su difusión e influencia fue objeto de especial atención y control. El Departamento Nacional de Cinematografía establecía las ideas en las que debían basarse las películas del nuevo régimen: valores patrióticos, religiosos, familiares... Todas las producciones, nacionales y extranjeras, debían superar la censura (cortes, cambios de diálogo). Las películas de los años 40 y 50 fueron de temas militares, patrióticos y folclóricos (Antonio Molina, Lola Flores). Además, antes de la proyección era obligatoria la visualización del NO-DO (hasta el 1 de enero de 1976), instrumento de propaganda del régimen.
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