ITINERARIO POR CORDUVA. EL PODER POLÍTCO CRISTIANO DE LA CÓRDOVA DEL ANTIGUO RÉGIMEN.
Hacer un recorrido o tinerario o paseo por la Córdoba medieval, supone un reflexión sobre su contexto histórico-artístico y patrimonial. La ciudad hasta hace poco encerrada en su maralllas, al margen del rio Guadalquivir, ofrece una plano irregular y medieval. Calles estrechas, casas blasonadas, pequeñas plazas con sus fuentes, y ciertamente sus emblemas monumentales. Y aunque falta la vida cotidiana de la antigüedad, uno en su ensoñación puede intuir esos espacios de habitabilidad.
Se da fuero al pueblo de Cordova en 1241
EL ALCÁZAR DE LOS REYES CRISTIANOS
Tras la conquista musulmana, las autoridades se apropian de las instalaciones palatinas de época tardoantigua, ubicadas en el sector suroccidental de Córdoba, momento a partir del cual el alcázar se convierte en la sede principal del poder civil omeya y se inicia un secular proceso de reocupación y de permanente acondicionamiento y monumentalización de las estructuras del edificio áulico. Tras el colapso del califato omeya, se mantiene la ocupación del lugar hasta el final de la Edad Media, aunque experimentando intensas transformaciones.
El alcázar andalusí, también llamado alcázar califal o alcázar omeya, fue una fortaleza situada en Córdoba (España) de la cual solo quedan algunos restos, incluyendo los baños califales convertidos en museo. El término alcázar andalusí ha venido a sustituir al tradicional de alcázar califal ya que éste fue la sede del gobierno de Al-Ándalus desde la llegada de los musulmanes en el siglo VIII hasta la conquista cristiana, en 1236. Dicho término hace referencia a una serie de construcciones heterogéneas que iban desde las dependencias privadas de emires y califas y sus allegados a las áreas destinadas al servicio, pasando por los diferentes despachos oficiales desde dónde se gobernaba al-Ándalus, todas ellas rodeadas por una muralla que rodeaba una extensión de 39.000 m2.
Hacer un recorrido o tinerario o paseo por la Córdoba medieval, supone un reflexión sobre su contexto histórico-artístico y patrimonial. La ciudad hasta hace poco encerrada en su maralllas, al margen del rio Guadalquivir, ofrece una plano irregular y medieval. Calles estrechas, casas blasonadas, pequeñas plazas con sus fuentes, y ciertamente sus emblemas monumentales. Y aunque falta la vida cotidiana de la antigüedad, uno en su ensoñación puede intuir esos espacios de habitabilidad.
PARA SABER MÁS, VER:
"El soberano llegó a Córdoba y examinó el arrabal que ya habían fortificado los cristianos, pero era necesario cercar el resto, para lo cual el rey fue por la margen izquierda del río, tomando la fortaleza de la Calahorra e impidiendo con ello que se recibieran en la ciudad alimentos y ayuda militar.
El emir árabe Aben Hud, que andaba por Ecija, intentó socorrer a sus vasallos, pero viendo que la situación era muy difícil, abandonó la población con intenciones de volver con un ejército más poderoso y reconquistarla, huyendo hasta Almería, donde fue asesinado por el emir de aquella población, al-Rumami, después de recriminarle su cobardía y el abandono de la ciudad y de los suyos.
Cuando los cordobeses conocieron que su rey los había dejado solos, con la ciudad cercada y sin medios de obtener alimentos ni armas, no tuvieron otro remedio que capitular.
Don Fernando les pidió que se marcharan sin condiciones y les dio permiso para salir en libertad, llevándose sólo lo que pudieran transportar sobre sus espaldas. Las condiciones fueron aceptadas, y el día 29 de junio de 1236, festividad de San Pedro y San Pablo, salieron de la ciudad, al mismo tiempo que un heraldo del rey castellano-leonés, por mandato real, subió al alminar de la gran mezquita y colocó sobre él el estandarte real y la cruz de Cristo.
El día 6 de julio Fernando III y su ejército entraron en Córdoba, dirigiéndose a la Mezquita, donde el obispo de Osma, don Juan, hizo la consagración del templo musulmán como catedral cristiana bajo la advocación de la Asunción de la Virgen y dándole el nombre de Santa María la Mayor.
Reconquista de Córdoba año 1.236
Cuadro que se conserva en el Salón Liceo del Círculo de la Amistad (Córdoba)
Se da fuero al pueblo de Cordova en 1241
"Yo don Fernando, por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo, de León, e de Galicia, e de Córdoba, só el sennorío da la santa y non departida Trinidad del Padre, e del Fijo, e del Espíritu Santo, que es un Dios poderoso, al honor de la virgen santa María, y de los bienaventurados apóstoles sant Pedro y sant Pablo, en la fiesta de los cuales Córdoba fue rendida a los cristianos, por el otorgamiento, e por el plascimiento de mi madre la regna donna Berenguela, e de mi mujer donna Joana, en uno con mis fijos don Alfonso, e don Fadrique, e don Fernando, e don Enrique, do, e otorgo carta de fuero al pueblo de Córdoba, a los que agora son, y a los que serán por todos tiempos que vaca.
Dó, e otorgo por fuero al pueblo de Córdoba...
Que ayan jueces, alcaldes, e mayordomo, e escribano, e sean mudados cada anno, e los alcaldes que sean cuatro, e la collación en que la elección del alcaldía cayere, todos los de la collación escojan cuatro omes buenos...
Otorgo más, y establezco al concejo de Córdoba, que ayan para su juez, e para sus alcaldes,..
E de cuanto yo do, e daré a los caballeros de Córdoba de donadios, e de provechos, sea departido entre ellos, así como fuere el cuento de los unos a los otros....
( Archivo de los condes de Priego de tiempo de Enrique III, que se guarda en el convento de san Pablo de Córdoba)
(Selección propia)
PARA SABER MÁS. VER:
Con el rey Fernando III llegó un grupo de castellanos, procedentes de León, Toledo, Talavera, Burgos y navarros, que se repartieron las propiedades los latifundios y minifundios procedentes de la época romana; y se intensificó la creación de los señoríos oligárquicos.
Pese a los nuevos asentamientos, no cambió el signo de la ciudad: siguió siendo el epicentro de contiendas civiles. Lo había sido en la época romana, más tarde con los visigodos y continuó siéndolo con los cristianos.
Pese a los nuevos asentamientos, no cambió el signo de la ciudad: siguió siendo el epicentro de contiendas civiles. Lo había sido en la época romana, más tarde con los visigodos y continuó siéndolo con los cristianos.
EL ALCÁZAR DE LOS REYES CRISTIANOS
Tras la conquista musulmana, las autoridades se apropian de las instalaciones palatinas de época tardoantigua, ubicadas en el sector suroccidental de Córdoba, momento a partir del cual el alcázar se convierte en la sede principal del poder civil omeya y se inicia un secular proceso de reocupación y de permanente acondicionamiento y monumentalización de las estructuras del edificio áulico. Tras el colapso del califato omeya, se mantiene la ocupación del lugar hasta el final de la Edad Media, aunque experimentando intensas transformaciones.
El alcázar andalusí, también llamado alcázar califal o alcázar omeya, fue una fortaleza situada en Córdoba (España) de la cual solo quedan algunos restos, incluyendo los baños califales convertidos en museo. El término alcázar andalusí ha venido a sustituir al tradicional de alcázar califal ya que éste fue la sede del gobierno de Al-Ándalus desde la llegada de los musulmanes en el siglo VIII hasta la conquista cristiana, en 1236. Dicho término hace referencia a una serie de construcciones heterogéneas que iban desde las dependencias privadas de emires y califas y sus allegados a las áreas destinadas al servicio, pasando por los diferentes despachos oficiales desde dónde se gobernaba al-Ándalus, todas ellas rodeadas por una muralla que rodeaba una extensión de 39.000 m2.
Tras la conquista cristiana, el alcázar perdió su función como centro de poder político para convertirse en centro religioso con la construcción del palacio episcopal, aprovechando restos de la muralla del alcázar que hoy pueden verse integrados en la fachada del propio palacio, así como en parte del palacio de Congresos. Igualmente, en un pequeño patio al que se accede desde el patio principal de dicho palacio puede verse uno de los torreones que protegían el lienzo norte del alcázar.
El recorrido por esta Casa Palacio es hacer un itinerario por la historia de la córdoba patrimonial. Su semplazamiento, los restos arqueológicos que conserva, los complementos mobiliarios o incluso su función actual de vida cotidiana cordobesa. Y, ciertamente, su función ambiental también se deja notar.
Junto a estos restos, lo único que se conserva del alcázar son unos baños, los llamados baños califales, situados en el Campo Santo de los Mártires.
Nuestra ruta, como no podía ser menos, empieza en el rio. Córdoba es una ciudad puente, y el rio Guadalquivir está presente en su historia. Por él, el puente romano que prolonga su historia hasta la actualidad. Y en un extre mos el Castilo de la Calahorra o Torre de la Calahorra
PARA SABER MÁS, VER:
La Calahorra tiene su planta en forma de cruz, de cuyos tres brazos arrancan tres torres con almenas, unidas por cuerpos de la misma altura, situados entre los de las torres cuadragunlares, y sus muros ostentan las armas reales de Castilla.
El edificio se conserva actualmente -con ligerísimas modificaciones- tal como fue alzado y realizado en 1369, por orden del rey Enrique II, sobre una fortificación de los musulmanes. Dicho monarca lo llevó a cabo para refuerzo de la defensa de la ciudad, decidida partidaria suya, en su larga contienda con su hermano, el rey don Pedro el Cruel, cuyos ejércitos y los de sus aliados musulmanes, fueron vencidos por los cordobeses en la batalla del Campo de la Verdad, lugar inmediato a la fortaleza Torre de la Calahorra
Fue reformada por orden de Enrique II de Trastamara para defenderse de su hermano Pedro I.
A las dos torres existentes, se le añade una tercera, uniéndose todas ellas por dos cilindros con la misma altura que aquellas. En los siglos posteriores, fue durante un tiempo, cárcel de la ciudad de Córdoba así como escuela de niñas.
COLLACIONES E IGLESIAS
En tiempos de Fernando III en la mezquita se dconstruye una catedral y comenzaron a construirse nuevas iglesias, hasta alcanzar el número de catorce parroquias, que pueden adscribiese, genéricamente. al llamado estilo fernandino o de la Reconquista: transición del románico monacal, al gótico castellanizado, caracterizado por una sólida fábrica, artesonados mudéjares y arcos de nervadura en ojiva.
San Hipólito como panteón real
Alfonso XI, en 1343 funda la primitiva iglesia como parte de un monasterio y panteón real. Años más tarde, Clemente VI la nombra Real Colegiata.
Situada en el Bulevar del Gran Capitán, los restos reales conservados en la Catedral cordobesa fueron aquí trasladados en 1728. En 1726 se concluye la edificación del templo.
Destacan de este conjunto la iglesia y el patio.
La portada principal se decora con una imagen de San Hipólito dentro de una hornacina.
El templo, de una sola nave, conserva del medievo la cabecera, de fábrica gótica.
En el presbiterio se encuentran los sepulcrosde los reyes Fernando IV el Emplazado y Alfonso XI el Justiciero.
PARA SABER MÁS, VER:
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