177 COLONIZADORES EN IBERIA: FENICIOS, CARTAGINESES Y GRIEGOS

 COLONIZADORES EN IBERIA: FENICIOS,  CARTAGINESES Y GRIEGOS

Pueblos colonizadores: fenicios, griegos y cartagineses
 – Los Fenicios (siglos X y VII A.c.) 
• Pueblo originario del próximo oriente (en las costas del actual Líbano. Sus principales ciudades Tiro, Biblos Sidón)
 • Se dedicaron al comercio a gran escala y a larga distancia, por todo el Mediterráneo en busca de metales. Allí donde encontraban riquezas metalíferas fundaban asentamientos permanentes (colonias) • Colonizaron la costa andaluza y del sudeste: Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñecar), Baria (Villaricos/Almería), Malaca (Málaga)
 • Dejaron de tener protagonismo en el siglo VII A.c..

 – Los Griegos (a partir del siglo VII A.c..) 
• Actuaron de forma muy parecida a los fenicios, pero principalmente en la zona norte de la costa mediterránea de la península 
• El principal producto que vendían los comerciantes griegos eran sus famosas cerámicas • El declive de la presencia griega en la península se debió a la expansión de dos nuevas potencias coloniales que preferían métodos menos pacíficos y no admitían fácilmente la competencia ajena en el comercio: Cartago primero, y finalmente, Roma.

 – Los Cartagineses
• Ocuparon toda la antigua zona de influencia fenicia en la península, pero con una estrategia colonial imperialista. 
 
Mapa de Europa según Estrabón (s.I d.C.)

Hispania en la visión de Estrabón
"Estrabón fue un geógrafo e historiador greco-romano nacido en Amasya (ciudad del Ponto, Asia Menor), en el año 63 a.C.
Su famosa obra que nos ha legado casi completa hasta hoy es "Geografía" (Geographikà), subdividida en 17 libros, que realizó entre el año 29 a.C. y 7 d.C., muchos años de labor de recopilación de datos. Los dos primeros libros son una introducción general y el resto está dedicado a Europa, Asia y África. Su interés es que no se basan únicamente en una compilación de datos geográficos, sino como era costumbre en los geógrafos greco-romanos, nos da una variopinta y valiosa infromación etnográfica sobre los pueblos que se extendían por todo el Imperio, intercalada con consideraciónes filosóficas e históricas. Se inspiró en las obras de Eratóstenes, Posidonio y, en el caso de Hispania, sobre todo en Polibio. El tercero de sus volúmenes, el que nos atañe, lo dedica exclusivamente a Iberia, en cuyo término engloba a toda la península que los romanos llamaban Hispania.
"Como casi todos los geógrafos antiguos, Estrabón nunca estuvo en la mayoría de lugares que describe, y desde luego parece que nunca puso sus pies en Hispania. Sus informaciónes se basan en varios autores anteriores y, por lo que al libro III se refiere, especialmente en Polibio (que escribió su Historia en la segunda mitad del siglo II a.C.) (...). Por consiguiente, buena parte de su obra está desfasada y trata de los asuntos que despertaban el interés de las clases cultas de un siglo y medio antes. Algunos capítulos están dedicados a identificar ciertos lugares de la región con sitios, pueblos y acontecimientos mencionados en la Ilíada y la Odisea de Homero, o a la larga discusión suscitada entre los autores griegos en torno a las Columnas de Hércules.

COLONIZACIÓN FENICIA


En el término de San Roque (Cádiz), los fenicios entraron en contacto con las poblaciones autóctonas, cuyo asentamiento principal era el actual Los Castillejos de Alcorrín (Manilva, Málaga). Allí habitaba una comunidad de finales de la Edad del Bronce emperaron relaciones con los intrépidos fenicios. Y con ellos llega la forja del hierro. Los lazos entre ambos grupos —que se alargaron casi medio siglo— permitieron la creación de la primera metalurgia férrica de la Península Ibérica. Entre los objetos que elaboraron con la nueva tecnología se encontraban pequeños cuchillos ceremoniales, La llegada de los fenicios modificó también el urbanismo local, resultado del cual fue la asunción de nuevas tradiciones arquitectónicas siguiendo los modelos traídos de Oriente Próximo: casas de planta rectangular y pavimentadas con conchas a su alrededor. (Instituto Arqueológico Alemán (IAA), el Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, Junta de Andalucía) 

Yacimiento de Castillejos de Alcorrín. Instituto Arqueológico Alemán

ANDALUCÍA (HIS-ESP-AND), PAISAJE Y PATRIMONIO

Sexi. Almuñecar

La primera colonia fenicia fundada en la península ibérica sería Gadir (Cádiz), ochenta años después de la caída de Troya (lo que, según el cómputo común en su época, la situaría en el año 1104 a. C., antes incluso de la undación de la propia Roma -753 a. C.-).

Cádiz se ha considerado la más antigua de las ciudades habitadas desde su origen de todo el Eccidente europeo y mediterráneo. Es una fundación de los fenicios de Tiro en torno al año 1000 a.C., ya que para el comercio fenicio eran de gran interés los metales, la púrpura, la pesca del atún y los salazones que encontraban en el Sur de la Península Ibérica.

En litoral gaditano están documentados hasta tres núcleos de asentamiento fenicios: Cádiz, el yacimiento del Castillo de Chiclana de la Frontera y la propia Doña Blanca, ubicada donde antes se encontraba la desembocadura del Guadalete. La ciudad fenicia de Doña Blanca era una ciudad portuaria en sí, en lugar de una ciudad con puerto anexo “La amplia extensión del yacimiento, su buena conservación, y su poca afección por construcciones de épocas posteriores, convierten este espacio portuario probablemente en el más extenso y mejor conservado de los conocidos para la antigüedad púnica en toda la cuenca mediterránea”

En origen, su topografía era muy diferente a la actualidad, pues estaba formada por un conjunto de islas, las Gadeiras. En una de ellas, la actual isla de Santi Petri, la investigación sitúa un templo fenicio dedicado a Melkart. El templo de Melkart adquirió un reconocimiento enorme desde el siglo VIII a.C., con gran esplendor en época romana. Estuvo en uso hasta su destrucción en el siglo XII por los almorávides.
Sarcófago antropomorfo fenicio hallado en Cádiz.

Aunque tal datación responde a criterios míticos, lo cierto es que muy recientes excavaciones parecen indicar la existencia de estructuras urbanas, si no de semejante cronología, sí de al menos el siglo IX a. C.; las evidencias arqueológicas sitúan la fundación de Malaka (Málaga) entre los siglos IX a. C. y VIII a. C. Además de Gadir y Malaka, y de la segura presencia fenicia en las ciudades tartésicas del entorno del Lacus Ligustinus, a lo largo del litoral sur peninsular hubo asentamientos fenicios, muchos de los cuales tendrían en una primera fase un carácter transitorio mientras que otros irían paulatinamente adquiriendo una importancia cada vez mayor hasta llegar a convertirse en destacables núcleos de población, como Abdera (Adra) y Sexi (Almuñécar). Junto a estas colonias, los fenicios utilizaron establecimientos de menor entidad, extendidos como bases portuarias para sus rutas de navegación y para la diversificación de los contactos con el interior; tanto en el litoral mediterráneo (Salambina -Salobreña-,Toscanos, Trayamar, Cerro del Villar, Calpe -Gibraltar-, Carteia -San Roque-) como en el atlántico (Barbate, Rota, Onuba -Huelva-, Aljaraque, Ayamonte, Baesuris -Castro Marim- Ossonoba -Faro-, Callipo -desembocadura del Sado-, Olissipo -Lisboa, desembocadura del Tajo-, Collipo -São Sebastião do Freixo-, Quinta do Amaraz, Leiria, Santa Olaia -desembocadura del Mondego-, Cale -Vila Nova de Gaia, desembocadura del Duero-) y en la costa norteafricana (Rusadir -Melilla-,Abila -Ceuta-, Lixus -Larache-).
La extensión de la actividad comercial fenicia alcanzó una considerable amplitud desde comienzos del VIII y sobre todo en el VII a. C., coincidiendo con la expansión asiria en Oriente Próximo, que afectó a las ciudades fenicias al cerrarles los mercados orientales, con lo que se vieron forzadas a reorientarse a los occidentales. La colonización fenicia buscó nuevas fuentes de riqueza en la industria de la pesca (almadrabas de atún) y los salazones, introduciendo técnicas propias que alcanzaron gran desarrollo y alta rentabilidad, prestigiando los productos de la zona (lo que continuó en época cartaginesa y romana, siendo la base de las exportaciones -el aceite y el garum-). También debe atribuirse a los fenicios la introducción a gran escala de las salinas, estrechamente vinculadas a esta actividad. Se inició la producción de tipologías cerámicas que con anterioridad solo tenían una difusión muy localizada. No está claro si hubo cambios agrícolas que pudieran deberse a influencia fenicia, aunque tradicionalmente se les atribuye la introducción de olivo, posibilidad que también es compatible los datos paleoecológicos, lo que habría completado la trilogía mediterránea característica de buena parte de los paisajes agrarios peninsulares.


CARTAGINENSES


El Estado cartaginés sustituyó a las metrópolis fenicias en el control de las factorías comerciales costeras mediterráneas. El papel de estos establecimientos fue superando el mero intercambio de productos ultramarinos con productos del interior para pasar a ejercer una verdadera función directiva sobre la producción local, principalmente la metalúrgica dependiente de las minas de Castulo (actual Linares, en la provincia de Jaén).

La influencia cartaginesa sobre las culturas ibéricas ("punicización") fue haciéndose progresivamente mayor, evidenciándose en la cerámica, los objetos funerarios y la implantación de divinidades púnicas, como la diosa Tanit (hallada en Baria -Villaricos, provincia de Almería- o en Gadir), que también se ha identificado con las llamadas "damas ibéricas". La introducción paulatina de ciertas mejoras en procesos industriales y agrícolas, así como la utilización del alfabeto púnico(en la escasa epigrafía tartésica e ibera) se produjeron en continuidad con la época fenicia.

La colonia de Ebusus (Ibiza, fundada previamente, en 653 a. C.) fue un enclave estratégico para el dominio naval de Cartago en el Mediterráneo occidental; que no fue cuestionado hasta la primera guerra púnica (264-241 a. C.), cuando los romanos se impusieron en Sicilia. La derrota cartaginesa no afectó a su área de influencia cartaginesa en la península ibérica; más que limitarla, fue un estímulo para la expansión, ya claramente de carácter territorial hacia el interior, y bajo la dirección política de la poderosa familia Barca. Según las fuentes clásicas romanas, el general cartaginés Asdrúbal el Bello Fundó la ciudad de Qart Hadasht (actual Cartagena) en el año 227 a. C., posiblemente sobre un anterior asentamiento tartésico denominado Mastia Tarseion. Cartagena fue amurallada y reurbanizada y se convirtió en la principal base púnica. 

Al año siguiente, romanos y cartagineses acordaron el llamado tratado del Ebro, por el que cada una de las potencias renunciaba a intervenir al otro lado de ese río. No obstante, en el 219 a. C. Roma dio garantías a una ciudad greco-ibera situada muy al sur del ebro (Arse, la actual Sagunto) de que la tomaba bajo su protección.


LA COLONIZACIÓN GRIEGA


Sólo están comprobadas arqueológicamente las de la costa oriental, como Hemeroskopeion(actual Denia) y Akra Leuke (Alicante).

Tras la batalla de Alalia (537 a. C.) los foceos debieron evacuar Córcega, y buscaron refugio en Massalia (la actual Marsella) y Emporion (la actual Ampurias), que había sido fundada con anterioridad (no está claro si a partir de Massalia o de las colonias griegas del sur peninsular). Las circunstancias de la fundación de la cercana Rhode (Rosas) no han podido establecerse con certeza.


 
-Crátera de cerámica de figuras rojasprocedente de la necrópolis ibérica deLos Nietos (Cartagena).
-Estatua de Asklepios (Esculapio) enAmpurias. En el Asklepeion de Ampurias (templo de Esculapio) se halló otra versión, del siglo III a. C., hoy en el Museo Arqueológico de Barcelona



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