180 GEO-ASTRONOMÍA. ¿SABES MIRAR AL FIRMAMENTO?


GEO-ASTRONOMÍA. ¿SABES MIRAR AL FIRMAMENTO?

Un paseo por el universo para ver lo que hoy conocemos de galaxias, nebulosas, estrellas, agujeros negros y hasta los planetas de nuestro Sistema Solar. 

Un cielo repleto de estrellas parece enorme... pero lo que vemos no es más que nuestro vecindario más próximo. En las mejores noches posibles podemos ver hasta 2.500 estrellas (aproximadamente una cienmillonésima parte de las estrellas de nuestra galaxia),

Vía Láctea, la galaxia del Sistema Solar y KIC 8462852 . ESO-S. BRUNIERV


Hay tantas estrellas en nuestra galaxia (100.000 - 400.000 millones) como galaxias hay en el universo observable, aproximadamente, así que por cada estrella en la colosal Vía Láctea hay toda una galaxia ahí fuera. Si las sumamos todas llegamos al intervalo típicamente citado de entre 1022 y 1024 estrellas en total,

Sinaí   Stefan Seip AstromeetingLa Vía Láctea desde el desierto del Sinaí, Egipto. / Stefan Seip / 



















Si hay oportunidad de alejarse de las ciudades y de la luz de sus farolas, se puede alzar la vista y estar a solas con el Universo.
En ese caso os proponemos varias cosas para entender dónde está la Tierra y qué posición ocupa en la inmensidad.
-En primer lugar, si estamos en el hemisferio Norte, debemos buscar la Estrella Polar (Polaris). Está en la cola de la Osa Menor y marca el Norte. El motivo es que si se prolongase el eje de rotación de la Tierra tocaría con esta lejana estrella. En el hemisferio Sur hay que buscar la llamada Cruz del Sur, una constelación cercana al polo Sur.
-Después de haber identificado el Norte o el Sur y si hay tiempo, se recomienda pasar varias horas despierto y fijarse en las constelaciones.



Georges Lemaître sugirió que el UNIVERSO, en los primeros instantes de su existencia, pudo estar tan contraído que toda su masa y energía se concentraba en un «superátomo» o «huevo cósmico». El nacimiento del Universo habría comenzado con el gran estallido o «Big Bang».  ¿Qué pasó antes en ese instante 0? Realmente no lo sabemos. Esto es lo que se conoce como la singularidad inicial, si eso es o no el inicio de todo es especulativo. Según la teoría del Big Bang, el universo tiene unos 13.800 millones de años. Lo que sabemos es que tuvo un pasado muy caliente y muy denso y que ahora se está expandiendo. A finales de los años 20, el astrónomo Edwin Hubble se dio cuenta de que todas las galaxias se están alejando de nosotros y de que no solo se alejaban, sino que cuanto más distantes lejos estaban, más rápido era ese alejamiento. Esto es lo que se conoce como ley de Hubble-Lemaître. Y encajaba con la teoría de la relatividad general de Einstein que lo predecía.

El hecho de que el 68% del universo sea algo completamente desconocido se ha convertido en uno de los retos más apasionantes para la ciencia, y los físicos, además de buscar explicaciones teóricas del fenómeno, diseñan nuevas estrategias de observación del cielo para obtener los datos que ayuden a desentrañar el misterio. Ese 68% del cosmos, sea lo que sea, se llama energía oscura.

Fue en 1998 cuando dos equipos de astrónomos anunciaron, independientemente, el descubrimiento de que la expansión del universo, en lugar de estarse ralentizando, como cabría esperar debido al efecto de la atracción gravitatoria, estaba acelerándose, es decir, que cada vez se expande más deprisa. La primera reacción de los cosmólogos fue más bien de incredulidad. Pero a medida que más observaciones y más datos confirmaban el hallazgo, llegó la sorpresa y la incógnita. No se esperaba tal efecto y no había forma de explicarlo.


Mapa de todo el cielo formado por un gran mosaico de imágenes tomadas en infrarrojo por el telescopio 'Wise'. / NASA/JPL-CALTECH/UCLA

«Incluso viajando a la velocidad de la luz, llevaría 4.000 millones de años luz cruzar esta estructura.


Más de 500 millones de estrellas, galaxias y otros objetos celestes, captados por el telescopio espacial Wise, se recogen en un nuevo mapa completo del cielo, visto en infrarrojo, que ha presentado hoy la NASA. La astronomía de infrarrojo explora objetos y procesos fríos del universo. También el Sol emite en esta longitud de onda, pero sobre todo lo hace en luz visible. Pero también es la astronomía de lo oculto, dicen los científicos, porque hay muchos lugares del universo velados por nubes densas de polvo y gas que interceptan la luz visible pero que dejan pasar la infrarroja, por lo que esas nubes se convierten en transparentes para los telescopios de este rango. El Wise no fue el primero ni mucho menos, y ni siquiera el único en el espacio y no hay que olvidar, en los últimos años el Spitzer (también de la NASA), y el Herschel (de la Agencia Europea del Espacio),


 Iimagen del fondo cósmico de microondas, los restos del Big Bang-ESA

El mapa, elaborado por la sonda Planck, muestra el Universo cuando apenas tenía 380.000 años, aumenta su edad y descubre anomalías que aún no pueden ser explicadas

nebulosa NGC 5189 tomada por el telescopio Hubble. Se calcula que hay 125.000 millones de galaxias

El Sol no es una estrella muy destacable, puesto que tiene un tamaño medio y una luminosidad también mediocre. Y es una de los 100.000 millones de estrellas que forman parte de la Vía Láctea, y se calcula que hay unos 125.000 millones de galaxias más. La nuestra a su vez forma parte de un cúmulo llamado grupo local, donde hay otras 19 galaxias. Varios de estos cúmulos constituyen un supercúmulo, una estructura en la que las galaxias son puntos de luz.
Se cree que todas estas macroestructuras se mantienen cohesionadas por la débil fuerza de la gravedad
 Para dar una idea de la escala, nuestra galaxia, la Vía Láctea, se separa de su vecina más cercana, la galaxia de Andrómeda, por unos 0,75 Megapársecs (Mpc) -el pársec es una unidad de longitud utilizada en astronomía, paralaje de un segundo de arco o arcosegundo- o 2,5 millones de años luz.


 La Palma
La Vía Láctea en la isla canaria de La Palma / Sebastian Johnke / Twanight.org


Recreación de la emisión de gases por el agujero negro del centro de la Vía Láctea / DANA BERRY (NASA / SKY WORKS DIGITAL)


Los científicos saben que la edad del Sistema Solar (4.568 millones años) con bastante precisión. Gracias a ello pueden calcular los tiempos de formación de cuerpos relativamente pequeños, como los asteroides, también cuándo se sometieron a una extensa fusión, consecuencia del calor generado por la colisión. Sin embargo, es más difícil de concretar la edad de los cuerpos más grandes, ya que se desconoce cuánto tardan en crecer o en modificar su temperatura y qué elementos va eliminando por el camino.

¿Cuándo se formaron las estrellas y las galaxias en la historia del universo?
Las estrellas se formaron antes y fueron formando galaxias y estas fueron formando cúmulos, que son los objetos más masivos del universo. La mayoría de los cúmulos empezaron a ser importantes unos 4.000 millones de años después del Big Bang, y ahora el cosmos tiene casi 14.000 millones de años. Las perturbaciones de densidad iniciales fueron las semillas que crecieron y formaron los cuerpos celestes, galaxias y cúmulos.

¿Cuántos cúmulos de galaxias hay?

Queremos detectar todos los cúmulos en el universo observable con el detector espacial eRosita \[se lanzará en 2014\] y serán entre 100.000 y 150.000.

En cada cúmulo hay cientos o miles de galaxias, depende de lo rico que sea.

Aun así, la materia ordinaria supone menos del 5% de todo lo que existe.

El 4,5%. El resto es materia oscura \[22,5%\] y energía oscura \[73%\], que empieza a ser muy significativa en la evolución del cosmos cuando este tenía unos 5.000 millones de años. Pero en los cúmulos la energía oscura no es importante y están compuestos de galaxias con estrellas (un porcentaje pequeño del total), gas muy caliente (15%) y materia oscura (80%). Para conocer la composición y los parámetros fundamentales del cosmos ha sido muy importante el telescopio espacial estadounidense WMAP.

La nave espacial Voyager 1, lanzada al espacio por la NASA hace más de 35 años, se ha adentrado en una región desconocida del Sistema Solar, en el límite del espacio interestelar. Esta región inesperada de la heliosfera, la burbuja de partículas cargadas que emite el Sol en todas direcciones y envuelve nuestro sistema planetario, puede ser la última frontera que le quede a la sonda por cruzar para volar por fin hacia las estrellas.


Sonda espacial «Voyager 1»

La Voyager 1 fue lanzada en septiembre de 1977 pocos días después de que lo hiciera su gemela, la Voyager 2, ambas con la misión de explorar el Sistema Solar. La primera se desplaza a 17 km por segundo y sus datos tardan más de 16 horas en llegar a la Tierra. La segunda se encuentra ahora a más de 15.000 millones de km del Sol. Entre las dos han «visitado» Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y 48 de sus satélites. Sus baterías de plutonio están diseñadas para funcionar hasta 2025, momento en que dejarán de enviar datos a nuestro planeta. Ambas llevan una grabación en un disco de cobre con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres seleccionados por un comité de expertos presidido por el científico Carl Sagan.

Y seguimos viajando...

Gaia viajará al espacio a finales de 2013 a bordo de un lanzador Soyuz de Arianespace desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, Guyana Francesa, y estudiará las estrellas y sus propiedades físicas (temperatura, luminosidad o composición química) desde una posición a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección opuesta al Sol, conocida como el Punto L2 de Lagrange.

Una vez en órbita, el satélite rotará lentamente sobre sí mismo, realizando un barrido de todo el firmamento con sus dos telescopios, que están equipados con la mayor cámara digital jamás lanzada al espacio –con más de mil millones de píxeles. En cualquier caso, los mil millones de estrellas que censará, son apenas un 1% de la población de la Vía Láctea.

El telescopio europeo Gaia cartografiará en la Vía Láctea mil millones de estrellas. Dicho así parece que serán muchísimas. Sin embargo, suponen solo el 1% de la población estelar de nuestra galaxia. Pero es una muestra tan significativa como para que los astrónomos obtengan un mapa galáctico tridimensional, con datos precisos de las propiedades físicas de cada astro observado, su posición y desplazamiento
Telescopio 'Gaia' sobre una fotografía de la Vía Láctea. / ESA/MEDIALAB/ESO/S. BRUNIER
ISS
El proyecto funciona como una estación espacial permanentemente tripulada, en la que rotan equipos de astronautas e investigadores de las cinco agencias del espacio participantes: la Agencia Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), la Agencia Espacial Federal Rusa (FKA), la Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA), la Agencia Espacial Canadiense (CSA) y la Agencia Espacial Europea (ESA).6 Está considerada como uno de los logros más grandes de la ingeniería.


Un cohete Titán 4-B despegó de Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos), llevando la sonda espacial Cassini cuyo destino era Saturno, el 15 de octubre de 1997. NASA


Explorando el Sistema Solar
El Sol
Una leyenda china sostenía que habían 10 soles. A través de la historia, el Sol ha sido deificado por muchas culturas. Actualmente sabemos que el Sol es una bola de gas que produce explosiones titánicas y que sostiene la vida en la Tierra.
El Sol, estrella central del Sistema Solar

El esquema explicativo actual es que la atmósfera careció de oxígeno –o al menos tenía menos de una cienmilésima de la concentración actual— durante la primera mitad de la historia de la Tierra; y que el llamadoGran Evento de Oxidación, el primer incremento relevante del nivel de oxígeno, ocurrió por tanto hace 2.300 millones de años. Los biólogos tienden a datar por esas fechas el origen de la primera célula moderna –la célula eucariota de la que estamos hechos todos los animales y las plantas—, aunque sus técnicas de datación genética no son muy precisas a esas grandes escalas.

 

La Tierra

La Tierra se formó por la fusión de muchos pequeños «planetesimales» rocosos hace unos 4.500 millones de años. Estas colisiones generan una gran cantidad de calor, al igual que la posterior separación del núcleo metálico de la Tierra y de la desintegración de elementos radiactivos. Como resultado, la antigua Tierra albergaba mucho más calor en su interior que hoy, quizás entre cinco y diez veces más.Si esto no fuera así, la principal alternativa al modelo de tubo de calor es una versión mejorada de la tectónica de placas, en la que enormes placas de la litosfera de la Tierra (la placa sólida de la superficie del planeta) se movían más rápido y transportaban más calor que actualmente. A pesar de ello, los científicos ven varias lagunas en esta posibilidad.

NASA
Además, también hay evidencias de que al enfriarse la Tierra fue disminuyendo la cantidad de actividad volcánica drásticamente, lo que llevaría a la litosfera a ser cada vez más delgada hasta que, finalmente, se rompió, lo que supuso la formación de placas, en una época posterior.
«La interacción entre las rocas y el agua caliente es muy buena para la vida, ya que libera energía térmica y energía química de las rocas, así como nutrientes esenciales como el fósforo y el azufre que se depositan en el agua», Hogar de una sorprendente variedad de vida, la Tierra es un conjunto complejo de ecosistemas interdependientes. A medida que la humanidad continúa expandiéndose, el planeta experimenta presiones ambientales.

La Luna

Es el compañero del sistema solar más próximo a la Tierra. Se piensa que se originó por un impacto cósmico hace aproximadamente 4.5 mil millones de años. La Luna fue visitada por última vez en 1972, aunque ha sido estudiada más recientemente por medio de misiones no tripuladas.


NASA

Según la teoría más aceptada sobre la formación de la Luna, en los orígenes del Sistema Solar, un objeto del tamaño de Marte colisionó contra la Tierra. A causa del brutal impacto, algo absolutamente inimaginable para nosotros, salió disparada una gran cantidad de escombros que finalmente se fusionaron hasta formar nuestro satélite natural. Hasta ahora, se creía que esto sucedió hace unos 4.500 millones de años, pero un nuevo estudio que ocurrió 100 millones de años antes. De este modo, nuestro satélite sería más joven: tendría entre 4.400 y 4.450 millones de años. Este hallazgo podría cambiar la forma en la que los científicos comprenden la Tierra primitiva y decomo de su satélite natural.
Ilustración de la sonda espacial ‘LADEE’ en órbita de la Luna. / NASA

Mercurio

Nombrado así en honor al mensajero alado de la mitología griega, Mercurio es el planeta más próximo al Sol. Debido a su lenta rotación, su superficie se 'hornea' y se 'congela' alternadamente.

Venus

Cubierto por nubes aislantes, Venus tiene altas temperaturas en su superficie. Fue el primer planeta explorado desde la Tierra, por la nave Mariner 2 en 1962. Debido a que sus tamaños y masas son similares, Venus y la Tierra son considerados como 'planetas hermanos'.

Tránsito de Venus,sam cornwell

Marte

Nombrado así por los romanos en honor a su dios de la guerra, Marte es el más exterior de los planetas internos. Su color rojo distintivo se debe a que el suelo marciano contiene mucho óxido de hierro.

 NASA. AP


La fotografía que el rover Curiosity de la NASAha conseguido sacarse a sí mismo en Marte. La calidad de la imagen en color y alta resolución y la extraordinaria perspectiva

Además, la imagen permite ver parte del monte Sharp en el lado derecho, el lugar al que se dirige el rover para estudiar el pasado del planeta y conocer si puede o pudo alguna vez albergar vida. Las montañas del fondo a la izquierda son la pared norte del cráter Gale

r
rover Curiosity en Marte, astrociencia


  Júpiter

El primero de los gigantes gaseosos, Júpiter es el mayor planeta del sistema solar. Su atmósfera estriada refleja procesos que ocurren en la Tierra, pero a una escala mucho mayor. Cuatro de las lunas de Júpiter han llamado la atención de los astrónomos debido a la presencia de actividad volcánica y campos magnéticos en algunas de las lunas. Se cree que una de ellas, Europa, tiene el mayor océano del sistema solar.


 La nave espacial ‘Juice’ junto al planeta Júpiter y una de sus lunas heladas. / ESA-AOES .

Europa, Ganímedes y Calixto son tres enigmáticos mundos de hielo. En realidad son lunas del gigante Júpiter, tres de las cuatro que descubrió Galileo Galilei en 1610, tres de las 50 que se han descubierto hasta ahora. Parece que las tres tienen grandes océanos de agua bajo una capa helada superficial e intrigan a los científicos hace tiempo.

Ganímedes es el mayor satélite que se conoce. Con tres cuartas partes del tamaño de Marte, es más grande que Mercurio (si estuviera en órbita solar en lugar de girar alrededor de Júpiter se podría clasificar como planeta). Tiene un centro metálico que genera un campo magnético, un manto rocoso y una capa gruesa (unos 800 kilómetros) de hielo recubriéndola. Calixto, casi del tamaño de Mercurio, es el objeto más marcado por cráteres del Sistema Solar. Y Europa, algo más pequeña que la Luna, es, junto con Marte, el lugar favorito de muchos para buscar algún signo de vida en el Sistema Solar fuera de la Tierra. Sobre una capa rocosa, Europa parece estar cubierta de océanos de agua salada y helada en su superficie, hielo que se resquebraja por las tensiones que generan las poderosas fuerzas de marea de Júpiter. Las observaciones de la Juice servirán como preámbulo para una ansiada misión espacial dedicada específicamente a esta interesante luna de Júpiter. Io, fuera del circuito de aproximación de la futura nave europea, es el cuerpo volcánicamente más activo del Sistema Solar.
SATURNO. LUNA IO. NASA

 Activos volcanes, lagos de lava y llanuras de sulfuro... Esa es Io, una de las lunas de Júpiter, uno de los territorios volcánicos más asombrosos del Sistema Solar. Parece la descripción de un infierno, pero resulta que, según un equipo de investigadores estadounidenses, el aspecto de la Tierra hace 4.000 millones de años era bastante parecido.

Saturno

La característica dominante de este planeta es su sistema de anillos. Los anillos de Saturno son, realmente, trillones de partículas que orbitan alrededor del planeta. Con 18 lunas, Saturno es el segundo de los gigantes gaseosos.


la nave Cassini que se dispone a adentrarse en la órbita del planeta Saturno y sus anillos interiores como parte final de su misión espacial, que se pretende ocurra el próximo 27 de abril, cuando pueda surcar los cerca de 2,700 kilómetros de espacio. La nave una vez complete esta fase ingresará en Saturno para recolectar datos de su interior a partir del mes de septiembre.La sonda espacial Cassini, que fue lanzada hacia Saturno en octubre de 1997,

Encélado, una de las lunas de Saturno. El trabajo de los investigadores de la misión Cassini, indica que el gas de hidrógeno, que potencialmente podría proporcionar una fuente de energía química para la vida, se encuentra en el océano helado de Encélado.
NASA EFE

Urano

El misterioso Urano tiene unos anillos que apenas son visibles y es el único planeta que rota sobre su lado, con su polo sur apuntando hacia el Sol. Tiene 21 lunas, la mayor cantidad para un planeta en el sistema solar.

Neptuno

Neptuno fue descubierto en 1846 junto con Triton, su mayor luna. Su descubrimiento fue realizado por medio de predicciones matemáticas basadas en la órbita esperada de Urano. Neptuno, el cuarto y más pequeño de los gigantes gaseosos, tiene ocho lunas.

Plutón

Durante las últimas dos décadas del siglo 20, Plutón estaba realmente más cerca del Sol que Neptuno, debido a que la órbita de Plutón es muy elíptica. Algunos científicos teorizan que Plutón -- más pequeño que la luna de la Tierra -- no es un planeta verdadero y creen que pudiera ser un cometa o una gran masa de restos espaciales.


EXPLORACIÓN ESPACIAL

¿Qué buscan los astrónomos cuando miran al cielo?

El lanzamiento de los satélites Galileo, aplazado al menos 24 horas
El cohete Soyuz, preparado para el lanzamiento de los satélites Galileo.Reuters

El lanzamiento de un cohete Soyuz con los dos primeros satélites del sistema de navegación Galileo Agencia Espacial Europea (ESA).
primer Ariane el 24 de diciembre de 1979
Diseñado principalmente para poner dos satélites de comunicaciones en órbita a la vez, lo que reducía los costes. A medida que el tamaño de los satélites creció, Ariane 1 fue sustituido por los más poderosos Ariane 2, Ariane 3... y así hasta cinco. El próximo mes de diciembre, la agencia espacial discutirá la creación de un nuevo Ariane 6



- la sonda Philae marcó Novienbre 2014 un hito sin precedentes en la historia de la exploración del espacio: aterrizó en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko después de viajar por el Sistema Solar a 510 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. La sonda se había desprendido siete horas antes de la nave Rosetta, una misión de la Agencia Europea del Espacio (ESA) que está dando vueltas al cometa desde el pasado 6 de agosto, e inició la caída hasta el suelo, hasta un lugar bautizado Agilkia. Nunca hasta ahora se había intentado el descenso de un robot en uno de estos cuerpos celestes.
Philae' capturada desde Rosetta.ESA

Todo tipo de fenómenos y astros, por supuesto. Incluso se asoman al universo tal y como era cuando apenas habían transcurrido unos minutos desde la gran explosión del Big Bang. Han adquirido una ingente cantidad de conocimientos de notable precisión sobre cómo nacen las estrellas, cómo se distribuyen las galaxias en el cosmos, de qué está hecho este, etcétera. Pero cuantas más respuestas obtienen, más incógnitas emergen y las preguntas fundamentales, los retos más difíciles, van cambiando.

 Hoy aún destacan ocho profundos misterios en la astronomía, según la perspectiva de la revista científica Science.
El más candente, la llamada energía oscura que está estirando el universo más de lo esperado, podría ser un misterio para siempre, aventuran los expertos. Otros, como los detalles de las explosiones estelares o los mecanismos subyacentes al intenso calor de la corona solar, quizá se descifren pronto.

» Energía oscura. Desde que hace 13.700 millones de años nació en una gran explosión, el universo se expande, como un globo que se hincha, y las galaxias se alejan unas de otras. Así seguiría hasta que, si hubiera suficiente masa, la atracción gravitatoria haría que en algún momento empezara a replegarse y acabaría de nuevo todo comprimido. Caso de no haber suficiente masa en el cosmos, la expansión no cesaría nunca. Hace 14 años, unos científicos se llevaron la gran sorpresa: la expansión del universo, en lugar de ralentizarse, se acelera. Los datos vencieron el escepticismo inicial, y hasta tal punto el descubrimiento se considera sensacional que se llevó el último Premio Nobel de Física. Se ha denominado la energía oscura, pero nadie sabe qué es lo que está actuando para producir esa aceleración de la expansión.
La mejor explicación para muchos es la constante cosmoló-gica que propuso Einstein —aunque luego la rechazara— y que sería “una propiedad del vacío que estiraría el espacio-tiempo”, analiza Science. También podría ser un nuevo tipo de fuerza, algo llamado la quinta esencia del universo. “Por último, la energía oscura podría ser una ilusión, un signo de que la comprensión que los científicos tienen encapsulada en la relatividad general no es correcta”, continúan estos expertos.

» Materia oscura fría o caliente. Según los cálculos actuales, solo el 4,6% del universo es materia común, los átomos y partículas que forman todo lo que vemos. El 72% es energía oscura, y el 23% no está mucho más claro: es la denominada materia oscura. No absorbe ni emite luz en cualquier longitud de onda que se mire, pero manifiesta su presencia por su efecto gravitatorio, sobre todo, en las galaxias. Según una teoría, la materia oscura estaría compuesta de desconocidas partículas elementales pesadas, lentas —frías— de masa entre una y mil veces la del protón. Pero las observaciones, cálculos, hipótesis y simulaciones no cuadran de todo; y otra opción es que la materia oscura sea caliente, con partículas igualmente desconocidas, pero con una masa de unas pocas millonésimas de las del protón. Para buscar respuestas hay varias iniciativas, como la observación de galaxias y las estructuras que forman. Pero también el gran acelerador LHC puede encontrar la clave, ya que tal vez encuentre, si existen, nuevas partículas que serían buenas candidatas a materia oscura.

» Los átomos perdidos. “Para describir el universo uno necesita saber qué hay en él y dónde residen sus componentes”, plantea Science. “Pero los astrónomos están lejos de completar el inventario”. No solo se resiste la energía oscura y la materia oscura. Más de la mitad de la materia bariónica, los protones y neutrones de los átomos ordinarios de las estrellas, los planetas, el gas y polvo del universo sigue pendiente de cuadrar en el balance. Los cosmólogos han calculado la densidad de los bariones en el universo primordial y, aunque el cosmos ha cambiado mucho desde entonces, la misma cantidad debería estar en el presente. Pero el recuento actual no casa: las galaxias suponen el 10% de la materia bariónica; otro 10% es el gas intergaláctico y un 30% más está en las acumulaciones de gas frío en el espacio. Los físicos sospechan que el 50% de materia bariónica que falta está en forma de un plasma caliente y difuso del medio intergaláctico.
» Explosiones estelares. Las estrellas nacen, viven y mueren. Y su destino depende de su masa. En su interior, un reactor de fusión la hace lucir y evita su colapso bajo el efecto de la gravedad. Pero el combustible, hidrógeno, se acaba. Si la estrella es, al menos, ocho veces más masiva que el Sol, cuando se apaga el reactor se hunde; se forma en el centro una compacta estrella de neutrones y las ondas de choque generadas en el proceso hacen que salgan disparadas las capas exteriores en una explosión de supernova, que puede brillar más que la galaxia que la aloja. Si la estrella es aún más masiva se formará al final un agujero negro. Otra posibilidad es que dos estrellas estén orbitando una en torno a otra y una atraiga materia de la vecina hasta que colapsa y genera una brillante explosión. Pero sobre estos procesos hay muchas incógnitas: ¿cuánta materia debe robar una a otra en el último caso? ¿Cuánto tarda el proceso? ¿Cómo se forma un agujero negro?

» Primeras estrellas y galaxias. Tras el Big Bang, el universo empezó a expandirse y a enfriarse. Hace unos 400.000 años, los protones y electrones se habían enfriado suficiente como para formar átomos de hidrógeno neutro, y los fotones, las partículas de luz, pudieron empezar a viajar libremente. El universo se hizo transparente. Pero cientos de millones de años después, algo arrancó de nuevo los electrones de los átomos y la mayor parte de la materia del universo se convirtió en el plasma ionizado que permanece hasta hoy. ¿A qué se debió? Los telescopios son capaces de ver el universo en su infancia, cuando tenía 400.000 años. Pero entre esa transparencia y las galaxias formadas hubo un periodo oscuro, en el que tuvo lugar la ionización, inaccesible por ahora a nuestros observatorios. Fue en esa era oscura cuando se originaron las primeras estrellas y galaxias.

Imagen captada por el telescopio ‘Hubble’ de la región del cielo donde está la galaxia z8-GND-5296 (ampliada), que es la más lejana confirmada hasta ahora. / V. TILVI (TEXAS A&M) / S. FINKELSTEIN (UT AUSTIN) /CANDELS TEAM /HST/NASA

La galaxia más lejana detectada hasta ahora se llama z8-GND-5296 y su luz ha tardado 13.000 millones de años en llegar hasta nosotros desde que se emitió. Los astrónomos, por tanto, la ven ahora como era cuando habían transcurrido solo poco más de 700 millones de años desde el Big Bang .La edad del universo ha sido establecida por el telescopio espacialPlanck en 13.800 millones de años, así que si la luz de z8-GND-5296 que llega ahora a los telescopios en la Tierra ha estado viajando algo más de 13.000 millones de años; cuando se emitió el cosmos tenía alrededor del 5% de su edad actual. Como el universo se está expandiendo desde el Big Bang, los investigadores calculan que esa galaxia estará ya ahora a unos 30.000 millones de años luz de distancia de nosotros.


» Rayos cósmicos superenergéticos. Los rayos cósmicos son partículas eléctricamente cargadas —protones, electrones y núcleos atómicos de hidrógeno o helio— que bombardean constantemente la Tierra procedentes del espacio. Son de diversa energía y se generan, por ejemplo, en el Sol o en objetos de nuestra galaxia. Pero también pueden surgir en el entorno de agujeros negros o en las explosiones de rayos gamma. El origen de los más potentes, con energías hasta 100 millones de veces superiores a las partículas que circulan en los aceleradores de vanguardia, son un enigma.

» El extraño sistema solar. Desde que se descubrió el primer planeta extrasolar, hace 17 años, se han detectado más de 700. Los hay de todo tipo: grandes, pequeños, rocosos, gaseosos, fríos, incluso en órbita de dos astros. Pero la diversidad y la incógnita esta también en casa: los astrónomos no acaban de explicarse muchas cosas de los ocho planetas que giran alrededor del Sol. Mercurio, Venus, la Tierra y Marte son rocosos con núcleos metálicos, pero distintos. Basta ver la habitabilidad de la Tierra y el infierno de atmósfera densa de Venus o el desierto Marte. Júpiter Saturno, Urano y Neptuno tienen sus características. Los científicos tienen explicaciones para muchas diferencias, como la distancia al Sol o su formación y primera evolución, pero faltan importantes detalles.

» El ardiente Sol. De nuestra estrella se sabe mucho, pero no todo. La atmósfera del astro, la corona, alcanza temperaturas que van desde los 500.000 grados centígrados hasta seis millones de grados. Se comprende básicamente cómo se calienta esa corona y, sin duda, hay mucha energía en el interior del Sol que emerge a la superficie por los campos magnéticos. Pero sobre el mecanismo de transporte de calor hacia el exterior, no hay acuerdo entre los expertos. Aunque se observa la estrella con telescopios en el espacio y en tierra, los físicos aún no pueden medir directamente muchas propiedades cruciales. Los nuevos observatorios en preparación pueden dar respuestas. ELPAIS.COM, ALICIA RIVERA, 3-6-2012


AGUJEROS NEGROS

Los agujeros negros son las entidades más enigmáticas del Universo conocido. Pueden llegar a tener una masa de hasta diez mil millones de veces la de Sol concentrada en una región del espacio ridículamente pequeña. Se piensa hoy que prácticamente todas las galaxias albergan en su región central un agujero negro que evoluciona de manera paralela a la del resto de la galaxia que lo aloja. Estos agujeros negros supermasivos crecen engullendo estrellas o nubes de gas de su entorno o, cuando se produce una colisión entre galaxias, fusionándose con otros agujeros negros.

Cada agujero negro supermasivo suele estar rodeado por un disco de acreción que, al sufrir los enormes efectos gravitatorios producidos por la gran masa central, va dejando caer parte de su masa al abismo del agujero. La región de interacción entre el disco y el agujero es una zona tremendamente energética en la que se pueden originar grandes chorros de materia que se eyectan desde las zonas polares y donde se producen emisiones de muy alta energía en rayos X.



Una esfera con una masa de dos millones de soles y un diámetro de más de tres millones de kilómetros (ocho veces la distancia de la Tierra a la Luna), cuya superficie gira casi a la velocidad de la luz, es lo que más se aproxima al agujero negro que han observado astrofísicos estadounidenses y europeos con dos telescopios espaciales. Lo que han conseguido confirmar por primera vez es que los agujeros negros situados en el centro de las galaxias giran a gran velocidad, lo que da pistas sobre cómo y cuándo se formaron y crecieron. La masa de los agujeros negros galácticos puede ser hasta miles de millones de veces superior a la del Sol. En la Vía Láctea existe uno de estos monstruos, pero los astrofísicos se han fijado esta vez en el que ocupa el centro de una galaxia espiral cercana, la NGC 1365, situada a 56 millones de años luz de la Tierra. Con el nuevo telescopio espacialNustar de la NASA y el XMM-Newton de la ESA, han podido probar que el agujero negro rota rápidamente, aunque sin sobrepasar los límites que impone la teoría, basada en las ecuaciones de Einstein. Los resultados se publican en la revista Nature.

Alineación cósmica 
Cometa Lemmon, GC 47 Tucanae y el SMC

Alineación cósmica Cometa Lemmon, GC 47 Tucanae y el SMC ignacio diaz bobillo

CUÁSAR


ESO. Recreación de un cuásar
Los cuásares son los núcleos de las galaxias de los primeros días del universo que se someten a períodos breves de brillo extremadamente alto, lo que los hace visibles a través de enormes distancias. Estos períodos son «breves» en términos astrofísicos, pero en realidad duran de 10 a 100 millones de años.

Nebulosa cabeza de caballo


NASA

La nebulosa es parte de la nube molecular de Orión, situada a unos 1.500 años luz de distancia de la Tierra en la constelación de Orión. La nube también contiene otros objetos conocidos como la Gran Nebulosa de Orión (M42), la Nebulosa de la Llama, y el bucle de Barnard. Es una de las regiones más cercanas y más fácilmente fotografiadas en las que se están formando estrellas masivas. Los astrónomos estiman que a la formación todavía le quedan unos cinco millones de años antes de que se desintegre completamente. Cuando se la ve en longitudes de onda infrarrojas, ya que pueden penetrar a través del material polvoriento que normalmente oscurece las regiones internas de la nebulosa. El resultado es una estructura bastante etérea y de aspecto frágil, hecha de delicados pliegues de gas, muy diferente de la apariencia de la nebulosa en luz visible. El rico tapiz de la estructura espacial sobresale en el contexto de estrellas de la Vía Láctea y galaxias distantes, fácilmente visibles a la luz infrarroja.

Nebulosa Carina


La nebulosa Carina, un panorama de gas, polvo y estrellas, vista en infrarrojo por el telescopio VLT, en Chile. / ESO / T. PREIBSCH


¿Hay vida ahí fuera? 
 
La posibilidad de que no estemos solos en el Universo ha motivado las inquietudes filosóficas y científicas del ser humano desde la Antigüedad. La literatura y el cine se han alimentado de fantasías extraterrestres, pero los organismos que buscan los científicos no son seres verdes y con varios ojos, ni malvados marcianos en platillos volantes. La investigación de las formas de vida extremófilas —capaces de vivir en condiciones extremas— en la Tierra lleva varias décadas abriendo nuevos horizontes en la exploración de planetas y satélites. Lugares como el desierto de Atacama, los cráteres de algunos volcanes o el río Tinto, en Huelva, son modelos muy buenos de lo que pueden ser las condiciones fuera de nuestro planeta.

De existir alguna forma de vida a nuestro alcance, es decir, dentro del Sistema Solar, lo más probable es que se trate de vida bacteriana capaz de digerir hierro y de aguantar una alta radiación ultravioleta y temperaturas que rondan los 100º C, eso sí, siempre en presencia de agua, un líquido esencial para la vida que conocemos. Este planteamiento llevó a los científicos de la NASA a estudiar y explorar Marte.
FUENTE: Especial El Mundo

La búsqueda de mundos más allá de nuestro sistema solar ha avanzado considerablemente desde que se confirmaron los primeros exoplanetas a principios de los 90. Desde entonces, la media de descubrimientos ha pasado de tres al año a entre cincuenta y cien al año en los últimos cinco. En 2012, con 854 nuevos mundos descubiertos e informes sobre nuevas detecciones cada semana, gracias en parte al telescopio Kepler de la NASA, los astrónomos opinan que nos encontramos en la edad de oro del descubrimiento de planetas extrasolares.
Ahora el reto es encontrar el gemelo de la Tierra, un planeta de tamaño aproximado al nuestro situado en la zona habitable alrededor de una estrella donde sería posible la presencia de agua en estado líquido, y los expertos creen que ese día podría no estar tan lejano.
En 2012, estuvieron muy cerca de localizar un planeta con estas características, o al menos uno potencialmente habitable.
«Sin embargo, no podremos confirmar la habitabilidad de ninguno de estos planetas hasta que podamos observar su atmósfera, algo que puede llevarnos años» «El principal objetivo ahora es encontrar un planeta de tamaño parecido al de la Tierra en la zona de habitabilidad de su estrella».
Hasta entonces, aquí tenemos cinco de los descubrimientos más interesantes del pasado año:
Tau Ceti e y f. A menos de 12 años luz, el sistema planetario Tau Ceti, anunciado en diciembre, es sin duda uno de los descubrimientos de exoplanetas más importantes de 2012. Tau Ceti es el cuarto sistema conocido con cinco placentas. Dos de los exteriores, con cuatro y seis veces la masa de la Tierra, podrían tener las condiciones adecuadas para albergar agua, e incluso vida.
Cuando los cinco planetas orbitan alrededor de su estrella más cerca que como lo hace Marte alrededor del Sol, debido que el brillo de su estrella es sólo el 55% de la nuestra, tanto Tau Ceti e como Tau Ceti f entran en la zona de habitabilidad. Ambos exoplanetas son los mejores candidatos a ser habitables.
Alfa Centauri Bb. En octubre se anunció la detección de un planeta de tamaño similar a la Tierra orbitando alrededor de Alfa Centauri B, a sólo 4,3 años luz de la Tierra, lo que lo convierte en el exoplaneta más cercano a nuestro sistema solar. Se encuentra a unos pocos millones de kilómetros de distancia de su estrella, unas diez veces más cerca que Mercurio de nuestro Sol, y es demasiado caliente como para ser habitable. Aún así, es posible que el sistema vecino Alpha Centauri contenga otros planetas situados a la distancia adecuada como para albergar agua en estado líquido.
Gliese 667Cc. En febrero del pasado año anunciaban el descubrimiento del primer exoplaneta que orbita en la llamada zona de habitabilidad de una estrella, a solo 22 años luz de la Tierra. Con 4,5 veces la masa de nuestro planeta, este exoplaneta rocoso fue clasificado como súpertierra y completa la órbita alrededor de su estrella en tan sólo 28 días. A pesar de su cercanía, el planeta está bañado en radiación infrarroja y recibe un 10% menos de luz de lo que nosotros recibimos del Sol, por lo que la presencia de agua en estado líquido sería posible en su superficie.
Kepler-42 b, c y d (KOI-961 b, c y d). Se encuentran a 126 años luz, en la constelación Cygnus (cisne) y son los exoplanetas más pequeños descubiertos hasta la fecha. Este sistema solar, anunciado en enero, está formado por tres mundos rocosos de tamaños comparables a Venus y Marte que orbitan alrededor de una pequeña estrella solamente un 70% más grande que Júpiter. Estos planetas son más pequeños que la Tierra, pero están tan cerca de su estrella que sólo necesitan 2 días para completar su órbita. Por ese motivo son demasiado calientes como para contener agua en estado líquido.
Kepler-34b y Kepler-35b. Estos planetas tienen un tamaño aproximado a Saturno y cuentan cada uno con dos soles. Por este motivo recuerdan a Tatooine, de La Guerra de las Galaxias, aunque no forman parte de ninguna ficción.
Kepler-34b es un gigante gaseoso con casi el 22% de la masa de Júpiter que orbita alrededor de sus estrellas en 289 días. Su órbita le lleva igual de lejos de su estrella que la Tierra del Sol, y se encuentra a 4.900 años luz de nuestro planeta. Kepler-35b cuenta con el 13% de la masa de Júpiter y tarda 131 días en completar su órbita, lo que hace alrededor de una pareja de estrellas situadas a 5.400 años luz.
Los astrónomos creyeron en su momento que las condiciones ambientales alrededor de un sistema binario serían demasiado caóticas, pero estos descubrimientos han demostrado que este tipo de mundos con dos soles podrían ser algo relativamente común.

Envisat, del tamaño de un autobús de dos pisos  . ESA

Lanzado el 1 de marzo de 2002 y pasó diez años en órbita. Sus diez instrumentos científicos han sido utilizados para observar la atmósfera, los océanos, la tierra y el hielo del planeta, ayudando a comprender las causas y consecuencias del cambio climático


PARA SABER MÁS, VER:



 
Profundiza sobre los planetas del Sistema Solar:

Surcando el Cosmos (PULSA)


La luz que guía a las estrellas' (Guiding Light to the Stars) fotografía ganadora de la edición de 2013.MARK GE

No hay comentarios:

Publicar un comentario