Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el destino de Europa comenzó a decidirse por la fuerza de las armas. Fue un conflicto de una escala sin precedentes, con dos frentes principales, uno occidental y otro oriental, con la aparición, por primera vez en la historia, de los bombardeos aéreos, después de que las batallas por tierra y por mar hubieran sido durante mucho tiempo las principales manifestaciones de la guerra. Ya a comienzos de 1915 hubo ataques con bombas desde el aire, ejecutados por británicos y alemanes. Y las atrocidades cometidas sobre la población civil demuestran que esa guerra inauguró una nueva época en la violencia entre Estados, que alcanzó su cénit en la Segunda Guerra Mundial. La Primera Guerra Mundial, que decidió el destino de Europa por la fuerza, tras décadas de primacía de la política y de la diplomacia, ha sido considerada por muchos autores la auténtica línea divisoria de la historia europea del siglo XX, la ruptura traumática con las políticas entonces dominantes. Marcó el comienzo de la escalada de la violencia en esa era que se extendió hasta 1945, porque borró la línea entre el enemigo interno y externo, la frontera entre población civil y militar, fue el escenario de los primeros ejemplos de exterminio masivo de la historia y de ella salieron el comunismo y el fascismo, los movimientos paramilitares y la militarización de la política.
Antecedentes
Cuando comenzó esa guerra, Europa estaba dominada por vastos imperios, gobernados —excepto Francia, donde había surgido una república de la derrota en la guerra con Prusia en 1870— por monarquías hereditarias. La nobleza ejercía todavía un notable poder económico y político. En Gran Bretaña, Francia o Alemania, por citar a las naciones más poderosas, una oligarquía de ricos y poderosos, de buenas familias, de nobles y burgueses conectados a través de matrimonios y consejos de administración de empresas y bancos, mantenía su poder social a través del acceso a la educación y a las instituciones culturales.
Muchos ciudadanos europeos tenían restringida la libertad para hablar su idioma o practicar su religión y sufrían notables discriminaciones por el género, la raza o la clase a la que pertenecían. Las mujeres no votaban, con excepciones como la de Finlandia que les había concedido el voto en 1906, y en raras ocasiones se les permitía poseer propiedades o llevar sus propios negocios. Antes de 1914, la democracia y la presencia de una cultura popular cívica, de respeto por la ley y de defensa de los derechos civiles, eran bienes escasos, presentes en algunos países como Francia y Gran Bretaña y ausentes en la mayor parte del resto de Europa.
En 1919, sólo quedaban los imperios británico y francés. Todos los demás habían desaparecido
Fue ese orden el que comenzó a desmoronarse cuando Austria declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914, un mes después del asesinato en Sarajevo del heredero al trono austriaco, el archiduque Francisco Fernando. A partir de ahí, las tensiones y rivalidades entre los diferentes Estados la convirtieron en una guerra general, primero europea y, tras la entrada de Estados Unidos el 6 de octubre de 1917, mundial. Y aunque los gobiernos de los principales poderes, desde Rusia a Gran Bretaña, pasando por Alemania y Austria-Hungría, contribuyeron a poner en riesgo la paz con sus movilizaciones militares, ninguno de ellos había hecho planes militares o económicos para un prolongado combate.
PARA SABER MÁS, VER:
Conflictos y crisis puntuales: el camino hacia la guerra.
El complejo sistema de alianzas hacía que cualquier conflicto, por limitado y puntual que fuese, tendría un alcance internacional, implicando a varias potencias.
- 1903: Serbia: el rey Alejandro Obrenovicht es asesinado por sus simpatías austríacas. Es sustituido por el antiaustríaco Pedro I Karageorgevicht. Viena consideró desde entonces a Serbia como el adversario al que había que aniquilar.
- 1905: Guerra ruso-japonesa. Derrota rusa. Alejada Rusia del Extremo Oriente, volverá a interesarse por los Balcanes. Serbia se encuentra con un protector frente a Austria.
1.- Las crisis marroquíes.
- 1905: Primera crisis marroquí: El káiser Guillermo II hizo en Tánger unas declaraciones a favor de la independencia de Marruecos, cuando Francia ya tenía un plan de protectorado sobre el territorio. La Conferencia de Algeciras de 1906 dio la razón a las tesis francesas.
- 1911: Crisis de Agadir: ante la intervención francesa en el interior de Marruecos, Alemania, considerando que se había violado el Tratado de Algeciras, envió un acorazado. Tras largas negociaciones hubo un acuerdo colonial franco-alemán. Francia cedió gran parte del Congo francés a cambio de una pequeña parte del Camerún alemán. Por su parte, Francia y España implantaron sendos protectorados sobre Marruecos en 1912.
.2.- Las crisis balcánicas.
- Desde 1830 el imperio turco había ido perdiendo territorios: Grecia, Serbia, Rumanía, Montenegro, Bulgaria, Bosnia-Herzegovina.
- En 1878, por el Congreso de Berlín, se había encomendado la administración de Bosnia-Herzegovina al imperio Austro-húngaro. Esto despertaba recelos en Rusia, por su vieja pretensión de buscar una salida al mar por los Estrechos de los Dardanelos.
- Por otra parte, la recién independizada Serbia deseaba crear
la Gran Serbia , anexionándose territorios balcánicos.
Esto llevó a varias guerras en la zona:
- 1908: Austria-Hungría se anexiona Bosnia-Herzegovina, apoyada por Alemania, a pesar de las protestas de Rusia y Serbia.
- 1912: La Liga Balcánica, formada por Serbia, Grecia y Bulgaria, apoyadas por Rusia, expulsaron a los turcos de la zona, forzando al imperio otomano a reconocer la independencia de Albania.
- 1913: La distribución de esta conquista entre esos pequeños países trajo diferencias entre ellos. Un asalto imprevisto de los búlgaros a los serbios, fue rechazado por Serbia, que se anexionó el territorio ante la indignación de Austria, que estaba muy preocupada ante el engrandecimiento serbio.Rusia acrecentó su influencia en la zona frente a las potencias austriaca y alemana.
- El rearme material y moral.
La época de la "paz armada" había sido aprovechada por todas las potencias europeas para hacer un esfuerzo a fin de intensificar su industria de armamento. Además, la industrialización y los avances técnicos trajeron consigo nuevas armas, como acorazados o aviones.
Ni Austria-Hungría, ni Serbia ni Rusia, eran países industrializados. Alemania sí lo era, y en una industria tan vital para la guerra como la del acero, casi triplicaba la producción británica.
En armamento naval, la Entente era superior: 108 acorazados y 169 cruceros frente a los 56 y 69, respectivamente, de los austro-alemanes.
Los aliados contaban con 230 aviones frente a los 174 de la aviación alemana. En cambio, en artillería pesada la ventaja alemana era abrumadora: 2.000 cañones frente a los 308 del Ejército francés.
Por lo que respecta al contingente humano, a pesar de los llamamientos pacifistas, sobre todo de los partidos obreros y la A.I.T., las opiniones públicas de los distintos países, exacerbadas por las proclamas nacionalistas y xenófobas, hacía tiempo que estaban entusiasmadas por la probabilidad de una guerra que todos presumían corta y victoriosa.
Entre 1910 y 1913 Alemania había instituido una Ley de Reclutamiento y Movilización que permitía asegurar un contingente de 8,5 millones de hombres. Además, la red alemana de ff.cc. aseguraba un rápido transporte de los ejércitos a las fronteras. Todo había sido calculado meticulosamente por el Estado Mayor.
Los Austro-húngaros estaban pobremente armados y la movilización de sus reservistas sería lenta e incompleta.
Los británicos no tenían servicio militar obligatorio y en caso de guerra debían recurrir al reclutamiento voluntario.
La inmensidad del imperio ruso, por su parte, así como la deficiencia de las comunicaciones, impedirían un rápido movimiento de tropas rusas.
En resumen: las fuerzas estaban bastante equilibradas en 1914: superioridad naval y numérica de la Entente; mayor capacidad de movimientos y superior potencia de fuego de los Imperios Centrales.
- El estallido de la guerra.
La situación europea en 1914 era explosiva. Tan sólo hacía falta una chispa para hacerla estallar. Y ésta saltó el 28 de junio de 1914, cuando el heredero de la Corona austro-húngara, Francisco Fernando, inició una visita a la ciudad bosnia de Sarajevo. A su paso por las calles en coche descubierto, el heredero y su mujer fueron asesinados por el estudiante bosnio pro-serbio Gavrilo Princip, miembro de la sociedad secreta Mano Negra, partidaria de
Contra toda la lógica, pese a haber sufrido un atentado fallido esa
misma mañana, Francisco Fernando decidió continuar con su visita a
Sarajevo como si nada ocurriese y formase parte de las costumbres
locales lanzar una bomba contra el coche en el que viajaba el heredero
de un imperio. La lógica indicaba que el ataque no era una casualidad
entre otras cosas porque la visita tenía lugar en una fecha de enorme
contenido simbólico: los serbios celebran su día nacional el 28 de
junio, San Vito, cuando perdieron su independencia frente a los turcos
en batalla del campo de los mirlos en 1389, en Kosovo
La noticia conmocionó a Europa. Los austríacos acusaron a Serbia de haber guiado la mano del asesino.
Este incidente aislado, que podía haberse resuelto por la vía diplomática, disparó el mecanismo de alianzas, acuerdos, ansias de revancha, recelos y resquemores de las potencias europeas, desembocando en una guerra generalizada en pocos días.
El gobierno austríaco envió un ultimátum al serbio. Casi todas las exigencias austríacas fueron aceptadas con una excepción: el permiso para que la policía y la Justicia austríaca investigara el atentado en la misma Serbia. Aún así esto no fue suficiente para parar los preparativos bélicos austríacos.
28 de julio: Austria-Hungría declara la guerra a Serbia.
30 de julio: como respuesta el zar ruso decreta la movilización general. Ante esto, Alemania envió sendos ultimátums a rusos y franceses. A los primeros, para que se estuviesen quietos; a los segundos, para que permanecieran neutrales ante un enfrentamiento ruso-alemán. Las respuestas no llegaron.
1 de agosto: Alemania declara la guerra a Rusia
3 de agosto: Alemania declara a guerra a Francia. Ese mismo día los alemanes invaden Bélgica.
4 de agosto: Gran Bretaña reacciona ante el atropello a la neutral Bélgica y declara la guerra a Alemania.
6 de agosto: Serbia entra en guerra con Alemania y Austria-Hungría con Rusia.
11 y 12 de agosto: Francia y Gran Bretaña declaran la guerra a los austríacos.
- El desarrollo de la guerra.
Esta guerra fue distinta a todas las anteriores por varios motivos:
Con razón fue llamada Iª Guerra Mundial pues implicó a territorios y países de todos los continentes. Aunque los principales contendientes era europeos y el teatro de operaciones se desarrolló básicamente en Europa, se proyectó también en las colonias africanas y de Oriente, y con la entrada de Japón y de EE.UU. en la misma, lo que era una contienda europea se convirtió en mundial.
Fue la primera guerra moderna, tanto por la entrada en juego de nuevos ingenios bélicos, como por la importancia numérica de los ejércitos y por las destrucciones generalizadas. Fue una guerra de masas, con millones de muertos y heridos y que implicó también a las poblaciones civiles.
Fue la primera guerra en la que la tecnología jugó un importante papel. Se emplearon nuevas armas, terribles y mortíferas: la aviación, la artillería pesada de gran alcance, las ametralladoras, los submarinos, los gases, los tanques...
1.- Los contendientes.
La guerra puso en marcha el mecanismo de las alianzas forjadas con anterioridad a la misma con alguna excepción:
Por parte de los Imperios Centrales participaron los miembros de la Triple Alianza (Alemania y Austria-Hungría), con excepción de Italia, que se declaró neutral en un principio y un año más tarde decidió participar, pero contra ellos, por el contencioso que tenía con Austria-Hungría por territorios del norte de Italia. Posteriormente entraron en guerra a favor de los Imperios Bulgaria y el Imperio Turco.
Por parte de la Entente participaron en un primer momento G. Bretaña, Francia y Rusia. Serbia, debido al ultimátum austríaco. Bélgica se vio obligada a la lucha por la invasión de su suelo por los alemanes. Posteriormente se incorporaron Japón, Italia, Rumania, Portugal, Grecia y EE.UU.
A pesar de ser una guerra mundial, los escenarios de la contienda fueron relativamente limitados:
El frente occidental estuvo en el norte de Francia, donde tras un fulgurante avance de los alemanes a través de Bélgica, el ejército del káiser quedó clavado durante toda la guerra.
El frente oriental estuvo en Prusia, desde el norte hasta Ucrania en la frontera de Rusia con Austria.
Tras la entrada de Italia en la guerra se abrió otro frente en el norte entre Italia y Austria, de los Alpes a Venecia.
En los Balcanes la guerra se desarrolló entre el norte de Grecia y Serbia, y entre el norte de Rumania y el sur de Austria y en la costa del mar Negro en torno al Imperio ruso.
Fuera del continente ruso jugó un importante papel el británico Lawrence (Lawrence de Arabia), en Mesopotamia que agrupó a los árabes en su lucha contra los turcos.
La guerra en el mar, aunque secundaria, fue decisiva para el desenlace de la guerra, pues la decisión alemana de utilizar la guerra submarina a gran escala en el Atlántico para cortar el abastecimiento a los aliados precipitó a los EE.UU. a entrar en la contienda, inclinando la balanza decisivamente a favor de la Entente.
3.- Fases del conflicto.
La guerra de movimientos. (1914-15)
Según el plan Sclieffen elaborado por el Estado Mayor alemán, era precisa una guerra relámpago para llegar a París en pocos días, para después dedicarse al frente oriental, ya que se esperaba que la movilización e incorporación de las tropas rusas a la frontera sería más lenta. Por eso, antes incluso de declarar la guerra oficialmente a Francia, los alemanes invadieron Luxemburgo y en pocos días ocuparon Bélgica penetrando en suelo francés. Pero fueron detenidos en el Marne por el mariscal Joffre.
En el frente oriental la movilización rusa fue más rápida de lo esperado y el 20 de agosto un ejército alemán fue derrotado en Prusia. El general Moltke, alarmado, envió rápidamente varias divisiones del frente francés, aliviando la presión en el Marne y facilitando la victoria de Joffre. Alemania cosechó algunos éxitos en el contraataque a Rusia. Pero mientras tanto, en Galitzia los austro-húngaros fueron derrotados por los rusos y sorprendentemente, en los Balcanes los serbios recuperaron su capital frente a los austríacos.
Por lo tanto, el plan Schlieffen de guerra relámpago fracasó y Alemania se vio obligada a enfrentarse a lo que tanto temía: una guerra en varios frentes a la vez.
La guerra de posiciones. (1915-16)
Fracasado el plan de "guerra relámpago" todos los ejércitos se aprestaron a consolidar las posiciones ocupadas para enfrentarse a una guerra larga. Se cavaron trincheras que formaron un inextricable dédalo de pasadizos en los frentes.
Este sistema favorecía a los ejércitos que defendían las posiciones por lo que las ofensivas fracasaron en todas partes. Los frentes evolucionaron muy lentamente o permanecieron casi estacionarios.
'En memoria de Ronchi', imagen captada por Bruno Miniati (1889-1974) en Ronchi dei legionari (Italia), en 1916. / BRUNO MINIATI / ALINARI ARCHIVES / CORBIS
'En memoria de Ronchi', imagen captada por Bruno Miniati (1889-1974) en Ronchi dei legionari (Italia), en 1916. / BRUNO MINIATI / ALINARI ARCHIVES / CORBIS
Ambos bandos desarrollaron una estrategia de "punto débil". Convencidos de la inutilidad de grandes operaciones en frentes consolidados, los contendientes se limitaron a desencadenar cortas y sangrientas ofensivas. Pero todas fracasaron: los franceses detuvieron a los alemanes en Verdún; los alemanes detuvieron a los franco británicos en el Somme; los turcos hicieron fracasar el desembarco aliado en los Dardanelos y Gallípolli.
Este tipo de guerra, unido al empleo de armas nuevas agigantó los sufrimientos y las pérdidas humanas. La guerra se convirtió en una sucesión de sangrientos duelos de artillería seguidos por masivos y suicidas ataques de la infantería a las posiciones del enemigo. El empleo de esta táctica permitía la conquista de algunos kilómetros, a veces tan sólo unos centenares de metros, que podían perderse en la siguiente contraofensiva.
Un soldado británico come en una trinchera durante la contienda / CORBIS
“Trincheras, pedazos de equipamiento, ropa (seguramente con manchas de sangre), munición, herramientas, sombreros, etc., etc., por todas partes. Pobres desgraciados yaciendo muertos por todas partes. Algunos son de los nuestros, otros son de la Primera Brigada de Guardias que pasaron por aquí antes que nosotros, y muchos son alemanes”, relata.
“Todos los setos están rotos y pisoteados, toda la hierba está pisoteada de barro, agujeros allí donde han estallado los proyectiles, ramas separadas de su tronco por las explosiones. En todas partes las mismas señales terribles, sombrías y despiadadas de la batalla y de la guerra. Ya tengo el estómago lleno de todo eso”, concluye. Paterson moriría a las pocas semanas de escribir ese testimonio, el 1 de noviembre de 1914.
“Todos los setos están rotos y pisoteados, toda la hierba está pisoteada de barro, agujeros allí donde han estallado los proyectiles, ramas separadas de su tronco por las explosiones. En todas partes las mismas señales terribles, sombrías y despiadadas de la batalla y de la guerra. Ya tengo el estómago lleno de todo eso”, concluye. Paterson moriría a las pocas semanas de escribir ese testimonio, el 1 de noviembre de 1914.
El retrato del día a día de una guerra que se pensaba que iba a ser corta y definitiva y que fue larga, cruel y transitoria: tan solo el pórtico de la II Guerra Mundial. Una guerra en la que murieron 16 millones de personas y otros 20 millones resultaron heridas. Quizás la última guerra de soldados, la última gran guerra de trincheras y bayonetas caladas en Europa. Luego llegaría la aviación, las bombas teledirigidas, los misiles, Y con el avance de la técnica, las víctimas colaterales: los civiles muertos por error o como escudos humanos.
4/6/1918, un avión inglés aterriza en Dunquerque”, escribe sobre el negativo de vidrio el autor.(CASA DE LA IMAGEN
“25/10/1917, tanque”,(CASA DE LA IMAGEN)
1917
Este año fue crucial en el desarrollo de la guerra y marcó el principio del fin de la misma debido a varios acontecimientos de suma importancia.
En Rusia la guerra provocaba cada vez un mayor descontento entre la población. El Ejército ruso estaba mal equipado y muchos soldados morían más por el frío y el hambre que por las balas enemigas. Cuando a estas circunstancias se unió un alza generalizada de precios, se desencadenó un movimiento de protesta que degeneró en revolución abierta.
El 15 de marzo de 1917 el zar abdicó y se formó un gobierno provisional. Pero este gobierno continuó conla guerra. La desilusión del pueblo hizo que aumentara el malestar. Muchos soldados desertaban y volvían a sus casas y se produjeron sucesivas crisis de gobierno. El 7 de noviembre se produjo la revolución soviética. El 15 de diciembre se firmaba un armisticio en Brest-Litovsk previo a la Declaración de paz. La Rusia soviética abandonaba la guerra.
Revolucionarios rusos contra la guerra
El 15 de marzo de 1917 el zar abdicó y se formó un gobierno provisional. Pero este gobierno continuó con
Ante el impasse de los frentes los contendientes optaron por la guerra económica. Los aliados sometieron a las potencias centrales a un bloqueo económico. Como respuesta, los alemanes emplearon una nueva arma que iba a resultar de gran efectividad: los submarinos. La guerra submarina tenía como objetivo hundir a los navíos de guerra enemigos, pero también privar del aprovisionamiento a los aliados. Por lo tanto, los submarinos alemanes hundieron también navíos de carga de países neutrales que llevaban suministros a los aliados. El tráfico marítimo en el Atlántico se paralizó, lo que ocasionaba grandes pérdidas a la economía norteamericana, principal exportadora a Europa. El Alto Mando alemán era consciente de que su táctica iba a obligar, tarde o temprano, a los EE.UU. a entrar en la guerra. Pero confiaban en que ésta hubiera terminado, con su victoria, antes de que tal cosa sucediera. Animaba esta creencia el hecho de que se hubiera producido la revolución en Rusia que conllevaba la firma del armisticio por este país.
Dos hechos forzaron la declaración de guerra de EE.UU. en la primavera de 1917: el primero fue un telegrama alemán, captado por los británicos, en el que el Secretario de Estado alemán, Zimmermann, (VerTexto) ofrecía al gobierno mexicano la devolución de territorios anexionados por los norteamericanos (Texas, Nuevo México y Arizona) a cambio de su alianza en la guerra. Este telegrama es objeto aún hoy de controversia sobre su autenticidad. El segundo fue el hundimiento de un mercante estadounidense por un submarino alemán. Esto obligó al presidente Wilson a declarar la guerra a los imperios centrales el 2 de abril de 1917.
Marines estadounidenses parten hacia la guerra
- La guerra en la retaguardia.
.1.- La movilización económica.
La Iª guerra en sentido moderno de la historia implicó también a las retaguardia. El desplazamiento de millones de hombres a los frentes de guerra implicó un gran esfuerzo de organización. Por lo tanto, fue preciso también acometer una movilización de los recursos económicos.
- Utilización de las redes ferroviarias para abastecer de hombres y pertrechos al frente.
- Sustituir la mano de obra movilizada en el frente por población civil en las fábricas, principalmente mujeres.
- Regular el consumo mediante controles y cartillas de racionamiento ante la escasez y el encarecimiento de víveres.
- Sufragar el gasto de la guerra mediante la petición de créditos, sobre todo a los EE.UU.
- Intervencionismo estatal: el Estado intervino en la dirección económica de los países, fijando precios, regulando el mercado, orientando
la producción. Esto acababa con el principio liberal de "laissez faire" e iba a marcar el principio económico que fue imperante en gran parte de Europa durante la segunda mitad del siglo XX.
La guerra convulsionó la economía de los países: el territorio más industrializado de Francia fue ocupado por los alemanes. Gran Bretaña hubo de pedir numerosos créditos a los EE.UU. Alemania sufrió los efectos del bloqueo económico.
La guerra trajo consecuencias económicas también a los países neutrales, esta vez de tipo positivo: ante la escasez de materias primas y productos industriales y el estrangulamiento de las economías de los países contendientes, éstos dependieron en exclusiva de los aprovisionamientos de países neutrales, que dominaron el comercio y además pudieron encarecer sus exportaciones. Es en este momento cuando se produce el despegue industrial de España en la industria pesada, la marina mercante y el sector textil.
Pero la economía que salió más fortalecida por la guerra fue la de EE.UU , que desde entonces se convirtió en la gran potencia económica mundial.
Cartel de propaganda de la Cruz Roja durante la guerra
Soldados del cuerpo sanitario alemán con una ambulancia
2.- El apoyo moral.
Poco a poco la masiva adhesión inicial con la que contó la guerra fue enfriándose, debido a las penalidades de los combatientes en las trincheras y las continuas masacres de las inútiles ofensivas y contraofensivas.
La Internacional socialista, si bien había fracasado en el primer momento en su intento de detener la guerra, convirtiéndola en una revolución mundial, poco a poco fue ganando adeptos en su seno la idea de una paz sin anexiones ni indemnizaciones(derrotismo revolucionario). Esto aumentó después de la Revolución rusa y la paz de Brest-Litovsk.
La indisciplina militar y los llamamientos cada vez más amplios, a la terminación de la guerra trajeron como consecuencia la toma del poder en la mayoría de los países por parte de los sectores más recalcitrantes y partidarios de la misma. Los parlamentos perdieron parte de sus atribuciones y la mayoría de países de hecho se vieron sometidos a dictaduras de guerra (generales Hindenburg y Ludendorff en Alemania, Clemenceau en Francia, Lloyd George en G. Bretaña). Estos políticos mantuvieron la guerra a ultranza frente a las peticiones de paz o armisticio.
- El final de la guerra.
“21/10/1918, resistencia final alemana en Hooglède (Bélgica)”, escribe sobre el negativo de vidrio el autor.(CASA DE LA IMAGEN)
Desde finales de1917 a finales de 1918 los acontecimientos se precipitaron y el equilibrio de fuerzas se rompió definitivamente. Si por un lado el abandono de Rusia dio a los imperios centrales la posibilidad de ganar la guerra derrotando a Francia y G. Bretaña antes de que entrasen los EE.UU en liza, la llegada de éstos logró imponerse finalmente y la derrota de la alianza austro-alemana precipitó e final.
Desde finales de
Las razones de la derrota de los imperios centrales fueron varias:
- Sin duda, la entrada de EE.UU. en la guerra, que aportaron refuerzos bélicos y un inmenso arsenal.
- La descomposición del imperio austro-húngaro, en el que se evidenciaron los nacionalismos disgregadores de checos, eslavos del sur, rumanos y húngaros, que proclamaron o anunciaron la independencia de sus nacionalidades.
- El rechazo a la política militarista de Hindemburg y Ludendorff en Alemania, lo que llevó a la revuelta en Berlín , la abdicación del káiser y la proclamación de
la república. Esto hizo que, aunque fueron los militares quienes pidieron el armisticio, éste fue firmado por el socialdemócrata Ebert, que había tomado el poder trasla revolución. Por lo tanto, esto fue el origen del mito de la "puñalada por la espalda" que atribuyeron los militares a los políticos de la República de Weimar, y que sería alimentado después por los nazis.
Se sucedieron los armisticios por parte de los contendientes de los imperios centrales. Alemania firmó el 11 de noviembre de 1918 y tuvo que entregar a los aliados la marina de guerra, la aviación y el armamento pesado. Sin embargo, en un primer momento, Alemania no fue ocupada por el enemigo ni hubo devastaciones ni venganzas por parte de los vencidos.
Al inicio del otoño de 1918, los Imperios Centrales estaban a punto de su descomposición. La larga campaña de bloqueo naval aliado
y las necesidades de la economía de guerra dieron lugar al
desabastecimiento y el hambre, lo que, junto con el hartazgo por la
terrible contienda y el influjo de las ideas de la Revolución Rusa,
habían provocado un fuerte descontento social.
Militarmente la situación era todavía peor: si las tropas alemanas se habían agotado en el tremendo esfuerzo de cuatro ofensivas consecutivas durante la «Kaiserschlacht», los ejércitos de sus aliados no se encontraban en mejor estado.
Derrota en Oriente
En oriente, el Imperio Otomano
se derrumbaba bajo los golpes británicos por todo el Levante, mientras
la revolución árabe minaba sus últimas fuerzas, lo que obligó a Ankara a rendirse el 30 de octubre. Un día antes, en los Balcanes, lo había hecho el Reino de Bulgaria, derrotado por el ejército combinado de varias naciones aliadas que se integraban en el frente de Salónica.
La salida de Bulgaria de la guerra supuso dejar totalmente expuesto el flanco sur del Imperio Austrohúngaro, que en aquellos momentos debía no sólo hacer frente a la exitosa ofensiva italo-aliada de Vittorio-Venetto,
sino que intentaba en vano contener el influjo de las enormes y
continuas tensiones nacionalistas que agitaban prácticamente a todas las
nacionalidades del Imperio.
En medio de las derrotas militares empezaron a surgir las declaraciones unilaterales de independencia:
Checoslovaquia, Hungría… El 4 de noviembre, el Imperio Austrohúngaro no
sólo estaba ya fuera de la guerra, sino que, disuelto, pasaba a la historia.
Agotamiento alemán
En el frente occidental, el ejército alemán, como hemos
dicho, había quedado muy debilitado tras los combates de
primavera-verano. Aunque el volumen de bajas
era muy similar en ambos bandos (alrededor de un millón en cada uno de
ellos), para Alemania esas pérdidas resultaban irreemplazables, sobre
todo teniendo en cuenta que un porcentaje muy alto de las mismas se
había producido entre sus mejores unidades, las tropas de asalto, que habían llevado el peso de las sucesivas ofensivas de la «Kaiserschlacht».
El Alto Mando germano no sólo debía afrontar la propia
incapacidad para llevar a cabo operaciones ofensivas, sino que, como se
vió tras los contraataques aliados, a duras penas podía mantener posiciones defensivas.
Reforzamiento aliado
Por el contrario, en el bando aliado la situación mejoraba a
medida que pasaba el tiempo. La confianza en la victoria final y la
moral eran altísimas después del éxito de la Segunda Batalla del Marne y
de las contraofensivas sucesivas que fueron empujando hacia el norte al
ejército germano, que sólo unas semanas antes parecía incontenible.
No sólo afluían reemplazos al frente y se organizaban
nuevas tropas de todas partes de la metrópoli, colonias y dominios
franceses y británicos, sino que ya se podía contar con todo el poder de
unas fuerzas estadounidenses que se reforzaban continuamente con nuevas unidades expedicionarias llegadas desde el otro lado del Atlántico.
Y a ello había de añadirse, además, todo el poderío industrial
de las democracias occidentales trabajando sin tregua, ya que no
sufrían, como sus oponentes, las escaseces de un embargo: más aviones,
más tanques, más cañones, más munición, más barcos…
Por otra parte, se habían desarrollado nuevas formas de lucha:
ofensivas continuadas, pero cortas y con objetivos limitados, uso
masivo de la aviación y de los tanques… Por último, la unificación del
mando en torno al general Foch también
resultó un factor crítico y los continuos y coordinados ataques aliados
rompieron las líneas de trincheras y fortificaciones germanas.
Armisticio
Aunque todavía se mantenía en territorio conquistado, la
derrota definitiva del ejército alemán era sólo cuestión de tiempo; así
lo re-conocían sus altos mandos, Hindenburg y Ludendorff, convencidos
ya, no sólo de que no se podía ganar la guerra, sino de que ni siquiera
se podía mantener una línea defensiva sólida que garantizase una
posición fuerte en unas posibles conversaciones de paz: abandonada por
sus aliados —que habían sucumbido uno tras otro— y con parte de sus
tropas, sobre todo las de la marina, amotinadas y en medio de un
levantamiento popular, el 7 de noviembre comenzaron las negociaciones
para solicitar el armisticio. El día 11, a las 11 de la mañana, entraba en vigor. La derrota alemana y de sus aliados era total e incuestionable.
Sólo una pausa llena de guerras menores
- El balance de la guerra.
El largo conflicto provocó terribles pérdidas demográficas.
Alrededor de 10 millones de muertos en los frentes.
Alemania perdió 1.800.000 hombres; Francia 1.400.000; el Reino Unido 700.000. Rusia fue la que más sufrió con casi 3 millones, más casi el doble de muertos en la guerra civil sufrida tras la revolución.
A estas pérdidas hay que añadir los varios millones de heridos, mutilados y afectados por los gases.
Las destrucciones materiales fueron intensas, sobre todo en Francia. Tres millones de has. fueron afectadas, la red ferroviaria interrumpida, los puentes y miles de construcciones destruidos.
El coste de la guerra supuso para Francia el 30% de su riqueza nacional, para Alemania el 22%, para Inglaterra el32%, para Italia el 26%, para los EE.UU el 9%.
Hubo cambios institucionales, debido a revoluciones políticas en aquellos países vencidos: Alemania (República de Weimar), Hungría (Bela Khun), Turquía...
Aparecieron nuevos estados nacionales con la independencia de las nacionalidades: Checoslovaquia, Yugoslavia...
La guerra debilitó el poder económico europeo y los EE.UU se convirtieron en la primer potencia económica mundial. Los países europeos contrajeron con los EE.UU una deuda superior a los 10 mil millones de dólares en 1919.
Por otro lado también hubo consecuencias sociales: la incorporación de la mujer a una serie de trabajos hasta entonces monopolio masculino se intensificó. Con el tiempo se reconocieron sus derechos políticos (en 1918 tuvieron el derecho de voto en G. Bretaña). Aparecieron nuevos ricos, fabricantes de armas y especuladores que amasaron grandes fortunas. Surgió el tipo humano del excombatiente, nostálgico del peligro, incapaz de reintegrarse a la sociedad y la vida normal y que constituirá la base de movimientos hipernacionalistas y revanchistas como el nazismo.
“26/03/1918, refugiados en la plaza de Oise (norte de Francia)”, escribe sobre el negativo de vidrio el autor.(CASA DE LA IMAGEN)
Las revueltas sociales.
Con el fin de la guerra varios países europeos, sobretodo los que habían sido vencidos, se enfrentaron a revueltas sociales, guerras civiles y revoluciones. Los efectos económicos de la guerra fueron muy dolorosos y se hicieron sentir en forma de paro y empobrecimiento general de la población. Además el ejemplo de la revolución soviética rusa cundió en otros países.
En Alemania, tras la proclamación de la república, las tensiones entre los socialdemócratas que ahora gobernaban y socialistas partidarios de los soviets (los espartaquistas de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo) terminaron en guerra civil. La revuelta fue aplastada por el gobierno y los militares en enero de 1919, y los cabecillas fueron eliminados.
Tropas preparadas para aplastar la revolución espartaquista en Alemania
En Hungría, ahora desgajada de Austria, sí triunfó una revolución bolchevique, comandada por Bela Khun, en 1921. Se establecieron soviets. Pero la revolución fue aplastada poco tiempo después por fuerzas militares.
También hubo revueltas en otros países, incluso en los que habían permanecido neutrales como España. En estos casos se mezclaba el ejemplo soviético con la reconversión de sus economías al caer sus exportaciones a los antiguos beligerantes con la llegada de la paz.
- Los nuevos gobiernos.
En la mayoría de los países europeos triunfaron tras la guerra las opciones políticas reformistas de izquierda. Los gobiernos cayeron en manos de socialdemócratas o laboristas .Esto era consecuencia de un cambio económico: se abandonaba el liberalismo a ultranza y se admitía el intervencionismo estatal en la economía y la planificación. Este tipo de intervencionismo también se dio en las opciones fascistas como la italiana.
- La organización de la paz.
El Tratado de Versalles.
En enero de 1919 se reunía en París la Conferencia de Paz que habría de poner punto final a la Primera Guerra Mundial. Se reunieron 32 naciones beligerantes, pero excluyendo a las vencidas. La paz, pues, fue una cuestión de los vencedores. Las grandes decisiones fueron tomadas por el llamado "Consejo de los cuatro", integrados por Lloyd George (G. Bretaña); Clemenceau (Francia); Orlando (Italia) y Wilson (EE.UU.)
Firma del Tratado de Versalles en el salón de los espejos
Los vencidos no fueron escuchados, y sólo se les convocó para entregarles los borradores de los tratados ya acordados y para su posterior firma. Si unimos a esto que los franceses impusieron la firma de la paz a Alemania en el Salón de los Espejos de Versalles, el mismo lugar donde en 1871 se había firmado el fin de la guerra franco-prusiana que dio lugar al Reich alemán, podemos hacernos una idea del carácter revanchista y humillante de estos tratados.
Este fue el origen del llamado "Diktat" de Versalles que creará un amargo rencor en Alemania y a no sentirse moralmente obligada a su cumplimiento.
La Paz de París está formada por cinco tratados de paz más el Pacto de la Sociedad de Naciones:
- Tratado de Versalles con Alemania (28 de junio de 1919)
- Tratado de Saint-Germain con Austria (10 de septiembre de 1919)
- Tratado del Trianon con Hungría (4 de junio de 1920)
- Tratado de Sevres con Turquía (10 de agosto de 1920)
- Tratado de Neully con Bulgaria (27 de noviembre de1920)
La Paz de París aspiraba, en principio, a reconstruir una Europa fundada sobre la libre determinación de las nacionalidades y a instaurar un nuevo orden internacional basado en el arbitraje colectivo que rechazara la vieja diplomacia secreta y afirmaba la supremacía del derecho internacional sobre el nacional. Sin embargo, en la realidad, los vencedores se inclinaron por explotar al máximo su victoria.
Se dieron también divisiones entre los vencedores, que aspiraban a conseguir satisfacciones diversas.
Se creó un instrumento para garantizar la paz, la Sociedad de Naciones. Pero no se permitió la entrada de Alemania, por juzgarse causante de la guerra, ni de Rusia, que tras la revolución bolchevique se veía envuelta en una guerra civil con los contrarrevolucionarios ayudados por tropas aliadas. Pero tampoco EE.UU, que había propugnado ese organismo, formó parte del mismo, al rechazar el Congreso de EE.UU. la propuesta de Wilson de integración y optar por el aislacionismo.
Cada uno de los países vencedores tenía una visión distinta sobre cómo debía ser el mapa de la postguerra europea:
- El presidente de EE.UU. Woodrow Wilson pretendía que se aprobasen 14 puntos que consideraba imprescindibles para alcanzar una paz duradera en Europa. Entre ellos estaba el respeto al principio de las nacionalidades y la creación de un organismo supranacional que se encargase de llevar a cabo acuerdos entre las potencias a la vista de toda la comunidad internacional: la Sociedad de naciones (SDN).
- El francés George Clemenceau pretendía tomarse la revancha frente a su enemiga Alemania sobre la humillación sufrida en 1871. Francia se anexionó Alsacia y Lorena, pero también pretendía llevar su frontera hasta el Rhin para crear fronteras naturales y debilitar económicamente a Alemania, ya que tanto el Sarre como
la Renania Occidental constituían regiones económicas de primera magnitud. Los aliados rechazaron las pretensiones francesas y dieron el territorio a la SDN para que lo administrase provisionalmente.
- El británico Lloyd George ponía el acento en el futuro del imperio otomano y quería aparecer como el árbitro de la situación en Oriente Medio, donde consiguió dominios sobre esos territorios.
- El italiano Orlando salió frustrado de la Conferencia pues no fueron atendidas sus demandas sobre los territorios adriáticos, en especial sobre Albania. Esto será también motivo de conflictos futuros. Italia se consideró también engañada en Versalles.
FUENTE: vlnervion.blogspot.com
- El nuevo mapa de Europa.
Los nuevos países en Europa
El fin del año 1918 reorganizó radicalmente el mapa de Europa central y del Este. En lugar de las tres potencias —Alemania, Rusia y el Imperio austrohúngaro— surgieron algunos países nuevos (o resucitados después de siglos). Los países de reciente creación eran pobres y estaban enemistados y cuidadosamente separados por los cordones de fronteras y aduanas. Fue una época de nacionalismos triunfantes. Tuvieron mala suerte aquellos que, como los ucranios, no fueron capaces de luchar por su país porque los rivales resultaron ser más fuertes.
Cuando en septiembre de 1918 el Imperio austrohúngaro intentó por su cuenta establecer contacto con las potencias occidentales y pedir el alto el fuego, el gobierno de Estados Unidos, la mayor potencia a la que la guerra no agotó, respondió que su posición ya la había expuesto el presidente Woodrow en los "14 puntos" en enero de 1918. Aparte de exigir la conclusión manifiesta de los acuerdos internacionales, la libre navegación en alta mar y la supresión de barreras en el comercio internacional, abordaban también las nuevas fronteras en Europa, basadas en los principios étnicos, así como el renacimiento de Polonia.
Las naciones de Europa central muchas veces se entremezclaban y reclamaban los mismos territorios
Durante la conferencia de Versalles, en 1919, el postulado de las "fronteras basadas en principios étnicos", resultó ser no solo utópico, sino que se convirtió en el foco de muchos conflictos. Las naciones de Europa central muchas veces se entremezclaban y a menudo reclamaban los mismos territorios. Cualquier resolución tomada por las grandes potencias originaba protestas diplomáticas y, a menudo, también conflictos armados.
El país de nueva creación más grande fue Polonia, renacida después de 123 años de ocupación. Ganó sus fronteras después de una serie de conflictos armados con Alemania, Letonia, Ucrania, Checoslovaquia y la gran guerra con la Rusia roja. En 1923, cuando por fin se acordaron las fronteras de Polonia, la república mantenía relaciones medianamente amistosas con solo dos países vecinos, la diminuta Letonia, al norte, y la alejada Rumanía al sur. Cuando en septiembre de 1918 el Imperio austrohúngaro intentó por su cuenta establecer contacto con las potencias occidentales y pedir el alto el fuego, el gobierno de Estados Unidos, la mayor potencia a la que la guerra no agotó, respondió que su posición ya la había expuesto el presidente Woodrow en los "14 puntos" en enero de 1918. Aparte de exigir la conclusión manifiesta de los acuerdos internacionales, la libre navegación en alta mar y la supresión de barreras en el comercio internacional, abordaban también las nuevas fronteras en Europa, basadas en los principios étnicos, así como el renacimiento de Polonia.
Las naciones de Europa central muchas veces se entremezclaban y reclamaban los mismos territorios
Durante la conferencia de Versalles, en 1919, el postulado de las "fronteras basadas en principios étnicos", resultó ser no solo utópico, sino que se convirtió en el foco de muchos conflictos. Las naciones de Europa central muchas veces se entremezclaban y a menudo reclamaban los mismos territorios. Cualquier resolución tomada por las grandes potencias originaba protestas diplomáticas y, a menudo, también conflictos armados.
Esta situación iba a tener en breve malas consecuencias
Europa central y balcánica se dividió en Estados nacidos de las ruinas del imperio austríaco:
Europa central y balcánica se dividió en Estados nacidos de las ruinas del imperio austríaco:
Hungría se redujo. Se prohibió expresamente la unión de Austria con Alemania (Anchluss); una y otra perdieron su acceso al mar.
Polonia fue reconstruida,
Rumania aumentada.
Nacieron Checoslovaquia y Yugoslavia.
Italia recibió el Trentino, Istria y Trieste, pero no Albania.
Turquía se vio reducida al Asia Menor y a un pequeño territorio europeo en torno a Estambul. La zona europea de la Tracia se incorporó a Grecia
El resto del imperio turco se dividió:
Arabia bajo la administración de la SDN.
Siria bajo administración francesa.
Mesopotamia y Palestina bajo administración de Inglaterra. Consolidaba así su presencia en el Próximo Oriente dominando su ruta terrestre hacia la India y pasando a controlar importantes recursos petrolíferos.
El mapa de Europa que resultó de Versalles fue disparatado y creó una serie de cuestiones abiertas. El desmembramiento del imperio Austro-húngaro no resolvió el problema de las nacionalidades, sino que lo multiplicó con la creación de nuevas naciones. Había importantes minorías nacionales dentro de los nuevos estados: los sudetes (alemanes) en Checoslovaquia, alemanes en Rumania o Polonia, magiares en Rumania o Checoslovaquia. Además, el hundimiento del Imperio Austro-húngaro, la debilidad de una Rusia aislada por un cordón sanitario de Estados tapón y el hundimiento del imperio otomano rompieron el equilibrio europeo de las grandes potencias europeas que funcionaba desde el S. XVIII. Ahora sólo quedaban dos: Francia e Inglaterra.
Otras consecuecias:
- La cuestión de "las reparaciones".
Alemania perdió parte de sus territorios anexos a Bélgica que pasaron a ésta. Perdió también el Schlewig a favor de Dinamarca. Se construyó una Polonia independiente a costa de parte de Prusia y Rusia. Estas últimas pérdidas les parecieron intolerables a los alemanes.
No sólo se trataba de recortar el mapa alemán sino también de que no pudiese repetirse lo sucedido en el futuro. Y aquí es donde vinieron las discusiones más fuertes del tratado: se consideró a Alemania la culpable moral de la guerra. Se la obligó por lo tanto a una reducción de su poderío bélico y a pagar "indemnizaciones de guerra":
- Reducción del ejército alemán a 100.000 hombres.
- Fue privada de artillería pesada, aviación y marina.
- La orilla izquierda del Rhin fue ocupada durante 15 años y desmilitarizada la derecha.
La ocupación militar por Francia fue un instrumento de presión para pagar las reparaciones de guerra.
Los alemanes rechazaron tanto la idea de la culpabilidad como el monto de las reparaciones, que fue abusivo. Los aliados amenazaron entonces con la ocupación de la industrial cuenca del Ruhr lo que obligó a los alemanes al pago.
La Sociedad de Naciones.
La Iª Guerra Mundial había demostrado que los sistemas reguladores de la vida internacional, primero el de Congresos propuesto en Viena en 1815, luego el de bloques inspirado por Bismarck, no habían puesto fin a la guerra entre las naciones. Por lo tanto, era preciso encontrar un sistema arbitral.
Woodrow Wilson diseñó una organización internacional con participación de todas las naciones que garantizara la paz en el mundo. Así, el Tratado de Versalles recogió en su articulado el Pacto de la Sociedad de Naciones, que entró en vigor el 10 de enero de 1920.
La nueva institución se proponía el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Aunque no prohibía el recurso a la guerra, los estados miembros asumían ciertos compromisos de agotar primero todos los procedimientos pacíficos de solución de los conflictos y establecía sanciones económicas y militares contra los estados agresores.
Con sede en Ginebra la SDN se estructuraba en los siguientes organismos:
Asamblea General de todos los estados miembros, que se reunían anualmente.
Consejo de nueve miembros, de los cuales cinco eran permanentes.
Secretario General.
Tribunal Internacional de Justicia (en La Haya)
Oficina Internacional de Trabajo (OIT) encargada de defender los intereses de los trabajadores por medio de convenios internacionales.
Aunque se proponía ser una organización universal, la primera ausencia importante fue la de EE.UU. vetada por el Congreso estadounidense.
Los aliados se opusieron también al ingreso de Alemania hasta 1926; la URSS no fue admitida hasta 1934. Alemania y Japón se retiraron de la SDN en 1933, Italia en 1937. La URSS fue expulsada en 1939.
La SDN no consiguió evitar las anexiones ni las tendencias expansivas de los estados totalitarios, ni impedir la nueva conflagración mundial en 1939. Sin embargo constituyó una nueva experiencia en la búsqueda de un nuevo orden mundial y algunas de sus instituciones subsistieron en la O.N.U. de la segunda postguerra
La emancipación de la mujer
Una de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial fue la emancipación de la mujer: este es uno de los clichés que distorsionan en numerosos relatos la realidad del conflicto.
Es una cuestión que los historiadores siguen debatiendo. No cabe duda de que, durante la guerra, las mujeres se ocuparon de tareas que antes habían sido fundamentalmente masculinas, no cabe duda de que obtuvieron derechos políticos más importantes en varios países como el Reino Unido, no cabe duda de que ciertas modas como él estilo à la garçonne representaron una liberación de los códigos femeninos tradicionales. Pero en realidad, el trabajo femenino ya estaba aumentando antes de 1914, y, al terminar la guerra, muchas mujeres regresaron a sus tareas anteriores.
La feminización del trabajo fue limitada y dependía de los sectores. Se incrementó en el comercio, las profesiones liberales y la banca. Por otro lado, a la mujer se le negaban todavía muchos derechos. (En Francia no pudo votar hasta 1944, mientras que en Alemania lo hizo en 1919 y en el Reino Unido obtuvo el derecho al voto en 1918 para las mayores de 30 años y en 1928 a los 21, igual que los hombres.) Y, sobre todo, las formas de emancipación de los papeles tradicionales solían ser muy limitadas, social y cuantitativamente. Varios estudios recientes destacan este periodo como una etapa de transición que prepara el terreno para las evoluciones posteriores.
La paz en las colonias.
Tras de la guerra se produjeron también importantes cambios en las colonias. Se estableció el sistema de mandatos, mediante los cuales se atribuían a potencias europeas la administración de los territorios bajo el auspicio y la tutela de la SDN.
La asignación más importante de territorios por su valor estratégico y por sus consecuencias para un futuro que llega hasta la actualidad fue el reparto del Oriente Próximo, como consecuencia del hundimiento del imperio turco. La política seguida con este reparto creó una gran inestabilidad.
Se crearon zonas de influencia en la zona para Francia (Líbano y Siria) y G. Bretaña (Irak y Transjordania)
Se creó un estado árabe independiente en la Península Arábiga (Arabia Saudí)
Se prometió al movimiento sionista internacional, por la Declaración Balfour, la creación de un "hogar nacional judío" en Palestina, ocupada por musulmanes. Se trataba de atraerse los capitales de los banqueros judíos norteamericanos (Rothschildt). Esto será el origen del problema actual entre judíos y palestinos.
La transformación de Oriente Próximo
La paz en las colonias.
Tras de la guerra se produjeron también importantes cambios en las colonias. Se estableció el sistema de mandatos, mediante los cuales se atribuían a potencias europeas la administración de los territorios bajo el auspicio y la tutela de la SDN.
La asignación más importante de territorios por su valor estratégico y por sus consecuencias para un futuro que llega hasta la actualidad fue el reparto del Oriente Próximo, como consecuencia del hundimiento del imperio turco. La política seguida con este reparto creó una gran inestabilidad.
Se crearon zonas de influencia en la zona para Francia (Líbano y Siria) y G. Bretaña (Irak y Transjordania)
Se creó un estado árabe independiente en la Península Arábiga (Arabia Saudí)
Se prometió al movimiento sionista internacional, por la Declaración Balfour, la creación de un "hogar nacional judío" en Palestina, ocupada por musulmanes. Se trataba de atraerse los capitales de los banqueros judíos norteamericanos (Rothschildt). Esto será el origen del problema actual entre judíos y palestinos.
La Primera Guerra Mundial y los tratados que la siguieron transformaron el mapa de Oriente Próximo al crear nuevos Estados y nuevas realidades políticas en el territorio del derrotado imperio otomano. La rivalidad entre Gran Bretaña y Francia, la expansión del nacionalismo árabe, las ambiciones sionistas en Palestina y el nacimiento de laTurquía moderna cambiaron la faz de la región. Una de las ironías más formidables de la historia es que las líneas que se trazaron en las arenas de la guerra están empezando a difuminarse un siglo después.
El acuerdo Sykes-Picot de 1916 dividió en secreto los antiguos territorios otomanos en zonas de influencia británica y francesa. El sistema de mandatos creado por la Liga de Naciones en el periodo de entreguerras solo prometió llegar a un autogobierno, no a la independencia inmediata por la que Sharif Hussein había lanzado desdeLa Meca una revuelta en el desierto contra los turcos, con la ayuda del coronel T. E. Lawrence ("de Arabia"). Y, en otro ejemplo de promesas contradictorias, la Declaración Balfour de 1917 ofreció el apoyo delReino Unido a la creación de un "hogar nacional" para los judíos en Tierra Santa, y así sentó las bases para el nacimiento de Israel y el conflicto más difícil de resolver del mundo contemporáneo. Desde entonces, los historiadores no dejan de discutir sobre este enredo diplomático y sus funestas repercusiones.
Las diferencias étnicas, sectarias y tribales importaban poco a los encargados de diseñar el mapa en la era colonial. Irak se formó mediante la fusión de tres provincias otomanas, dominadas respectivamente por los chiíes, los suníes y los kurdos. Además, quedó separado de Kuwait, un dato que posteriormente daría pie a conflictos. Su rey era hachemita, procedía de la Península Arábiga y había sido expulsado de Siria; también lo era el rey de la vecina Jordania, nacida de un plumazo de Winston Churchill después de un almuerzo empapado en alcohol, celebrado en El Cairo en 1921. Líbano se arrancó a la "Gran Siria" con el propósito de establecer un hogar para los cristianos cuyo apoyo reforzaría la influencia de Francia.
Los mayores perdedores de la posguerra en Oriente Próximo fueron los kurdos. Hoy, este pueblo, que aún carece de Estado, al menos disfruta de un gran grado de autonomía regional, además de una paz relativa, en el Estado federal de Irak, mientras que sus compatriotas en Siria controlan áreas a las que no llegan las fuerzas de Bashar el Asad. La propia idea del nacionalismo árabe está en peligro, por culpa de los extremistas sectarios que apelan al islam para crear un nuevo califato (abolido por los turcos recién secularizados en 1922). Entre los enemigos de El Asad se encuentra un grupo yihadista vinculado a Al Qaeda. Su nombre en árabe es "El Estado Islámico en Irak y al Sham (Siria y Líbano)", una eliminación deliberada de las fronteras posteriores a la Primera Guerra Mundial.
BIBLIO/WEBGRAFÍA:
-Briggs, Asa y Patricia Clavin. Historia contemporánea de Europa, 1789-1989. Barcelona: Crítica, 1997. Sugiero revisar el capítulo VI: “Una guerra civil europea, 1914-1918″.
-Ferro, Marc. La Gran Guerra, 1914/1918. Madrid: Alianza, 1970. Muy buena historia narrativa del conflicto, que toma en cuenta diversos puntos de vista. Es bastante amena para leer.
-Gerd Hardach. La Primera Guerra Mundial.
-Hobsbawm, Eric . Historia del siglo XX. Barcelona: Crítica, 2005. De este libro, se puede leer los capítulos I (“La época de la guerra total”) y II (“La revolución mundial”). Ya está colgado en Intranet de la PUCP.
-Lowe, Norman. Guía ilustrada de la Historia moderna. México: FCE, 1982. Excelente síntesis del siglo XX. Revisar capítulos I y II.
-Parker, R. A. C. El Siglo XX. Europa 1918-1945. México: Siglo XXI, 2002. Bastante informativo, con buenos análisis a detalle de la situación en cada país.
-Castelló, José Emilio. La Primera Guerra Mundial. Excelente introducción al tema, explicado de manera muy sencilla.
-Antonio López Vega: «1914: el año que cambió la historia»
BIBLIO/WEBGRAFÍA:
-Briggs, Asa y Patricia Clavin. Historia contemporánea de Europa, 1789-1989. Barcelona: Crítica, 1997. Sugiero revisar el capítulo VI: “Una guerra civil europea, 1914-1918″.
-Ferro, Marc. La Gran Guerra, 1914/1918. Madrid: Alianza, 1970. Muy buena historia narrativa del conflicto, que toma en cuenta diversos puntos de vista. Es bastante amena para leer.
-Gerd Hardach. La Primera Guerra Mundial.
-Hobsbawm, Eric . Historia del siglo XX. Barcelona: Crítica, 2005. De este libro, se puede leer los capítulos I (“La época de la guerra total”) y II (“La revolución mundial”). Ya está colgado en Intranet de la PUCP.
-Lowe, Norman. Guía ilustrada de la Historia moderna. México: FCE, 1982. Excelente síntesis del siglo XX. Revisar capítulos I y II.
-Parker, R. A. C. El Siglo XX. Europa 1918-1945. México: Siglo XXI, 2002. Bastante informativo, con buenos análisis a detalle de la situación en cada país.
-Castelló, José Emilio. La Primera Guerra Mundial. Excelente introducción al tema, explicado de manera muy sencilla.
-Antonio López Vega: «1914: el año que cambió la historia»
No hay comentarios:
Publicar un comentario