En el principio fue el Caos. Un desorden de fuerzas primigenias que los dioses o el Dios convirtieron en Cosmos, que en griego quiere decir ni más ni menos, orden (también ornamento)
Todo empieza en Atenas
A partir del III milenio a.C., entorno al Mediterráneo oriental se asentaron y crecieron unos pueblos que alcabzaron un gran desarrollo debido al comercio marítimo y organizados en ciudades-estado.
El espacio geográfico.
Grecia está situada en el Mediterráneo oriental, su clima es templado con lluvias escasas, vientos suaves y veranos calurosos. Los ríos son poco caudalosos y de régimen irregular. Su relieve está formado por cadenas montañosas que provocan un paisaje muy variado.
La Grecia antigua se extendía por el territorio que ocupa la actual Grecia y por los territorios del Asia Menor y todas las islas del Mar Egeo, el cuál se convirtió en el vehículo de comunicación más importante para los griegos.
La población se concentraba en las estrechas franjas litorales y en algunas llanuras interiores poco extensas. La agricultura era escasa y poco productiva debido al terreno. En los valles se cultivaba el trigo y las hortalizas y en las zonas en pendiente la viña y el olivo, del que se obtenía aceite, con el que se comercializaba.
Vídeo de introducción al tema
Origen de la civilización griega.
CRETA
Durante el III milenio a.C. en el Mediterráneo oriental surge la civilziación cretense o minoica. Alcanzó su máximo explendor entre el 2.200 y el 1450 a.C. gracias a su dominio del mar y su riqueza basada en su próspero comercio. La agricultura continuó siendo fundamental en su economía. A partir del 1.600 a.C. el poder se concentró en un sólo palacio: Cnoso.
Los cretenses eran buenos arquitectos, conocedores de la metalurgia, excelentes ceramistas y grandes decoradores. Tenían su propio sistema de escritura que aún no ha sido totalmente descifrado.
MICENAS
Eran conocidos también como Aqueos, a los que se le consideraba el primer pueblo propiamente griego, y que irrumpieron en Creta entre el 1.500 a.C. y el 1.400 a.C. Se instalaron en la región del Peloponeso y construyeron importantes ciudades fortaleza con palacios, templos y enterramientos. Su sociedad era jerarquizada y centralizada. Micenas fue el principal centro político, económico y militar.
Los micénicos eran guerreos y en sus tumbas se han encontrado numerosas joyas y armas. Eran grandes comerciantes y navegaron por todo el Mediterráneo. Algunos de los poemas épicos que cuentan sus hazañas y aventuras fueron los escritos por Homero: la Ilíada y la Odisea. Hacia el S. XII a.C. entra en crisis y desaparece esta civilización. Tras esto todos los pueblos del Egeo entran en crisis (Época Oscura).
Etapas de la historia de Grecia Antigua.
Se desarrolló durante tres etapas:
1. Época Arcaica (S. VIII a.C.-VI a.C): se caracterizó principalmente por el desarrollo de la polis, la introducción de la escritura y el inicio de la colonización comercial del Mediterráneo. Las polis eran independientes unas de otras y estaban unidas sólo por una misma lengua y la necesidad de defenderse de los pueblos extranjeros. Su organización social y política de estas polis dependía del control que ejercían sobre las tierras y sobre el comercio. Los grandes terratenientes ocupaban los principales cargos públicos de gobierno.
Durante este período se desarrollaron dos tipos de gobierno: la aristocracia y la oligarquía. A partir del año 750 a.C. Grecia empieza la colonización comercial del Mediterráneo. Los motivos de esta expansión fue el aumento de la población, que hacía insuficiente la producción de alimentos y aumentaba la necesidad de nuevas tierras, y el interés comercial hacia otros pueblos. Las colonias proporcionaron un gran crecimiento económico a las polis de origen (metrópolis) e impulsaron el desarrollo de la artesanía y el comercio.
2 .Época Clásica (S. V a.C.-IV a.C.): se inició con las guerras Médicas (490-448 a.C.) entre griegos y persas (batalla de las Termópilas)y las guerras del Peloponeso entre las propias polis griegas. Tras la victoria de Atenas sobre los Persas en las ésta se convertirá en la ciudad más poderosa, dominará el Egeo y levantará odios y envidias entre las polis, pricipalmente Esparta. Esto llevará a las Guerras del Peloponeso (431-404 a.C.) en la que se enfrentaron todas las polis griegas, unas aliadas con Esparta y otras con Atenas.Venció Esparta pero el conjunto de las polis se debilitaron, lo que fue aprovechado por Macedonia para aumentar su expansión.
LA ULTIMA BATALLA DE LOS 300
480 A.C. En un estrecho paso al norte de Grecia, siete mil soldados de la Antigua Grecia aguardan un impacto de proporciones épicas. Pronto harán frente a la mayor fuerza armada reunida hasta la fecha, el poderoso Imperio Persa. Los Griegos son conducidos por trescientos de los guerreros más feroces del mundo antiguo...los Espartanos. Su líder, el intrépido Rey Leónidas, tras la batalla pasa a formar parte de la leyenda de este famoso conflicto, que será recordado siempre como la Batalla de Las (...)
3. Época Helenística (S. IV a.C.-II a.C.): el debilitamiento de las polis griegas favoreció que el rey de Macedonia, Filipo II, llegara a dominarlas. Su hijo, Alejandro Magno, inició la formación de un gran imperio que abarcó de Egipto hasta el río Indo, mediante la conquista y expansión de la cultura y civilización helenística (helenismo). Sus sucesores no pudieron mantener la unidad del imperio. Grecia terminó por convertirse en una provincia romana en el siglo II a.C.
Vídeo de las conquistas de Alejandro Magno.
ALEJANDRO MAGNO
Título: "Alejandro Magno combate contra el rey persa Darío III en la batalla de Issos". Técnica: Mosaico Autor: Desconocido. Año: Entre el s.II a.C. y el s.I a.C. Museo: Casa del Fauno Pompeya | Museo Archeologico Nazionale Napoli.
PARA SABER MÁS, VER:
Alejandro” (Libro I: Unificador de Grecia). Libro II: Conquistador de Asia. Gisbert Haefs. Pocket Edhasa, 2005. Traducción: José Antonio Alemany y Adan Kovacsis.
Alejandro Magno (Biografía). Mary Renault (Edhasa 1991). Traducción. Horacio González Trejo.
ESPARTA Y ATENAS
Esparta.
Estaba situada en el sur de la Península del Peloponeso. La mayoría de la población la constituían los ilotas, esclavos sin derechos políticos y trabajaban la tierra para sus amos espartanos. Los periecos eran campesinos libres con derechos restringidos y la obligación de participar en el ejército. La política estaba reservada a los nobles espartanos, los espartiatas.
La asamblea popular o apella era el vehículo de participación en el gobierno de la ciudad. Podían participar todos los ciudadanos mayores de 30 años, pero las decisiones las tomaba el consejo de ancianos o Gerusia. Los Cinco éforos o magistrados ejecutaban las decisiones de la Gerusía.
Todos os hombres nacidos en Esparta tenían la obligación de servir en el ejército. Su vida estaba dedicada a aprender el arte de la guerra.
Atenas.
Era la capital del Ática, desarrolló un sistema de gobierno, la democracia, y se convirtió en la más poderosa, rica y culta de las polis griegas. Vivía sobre todo del comercio y de la artesanía. Se extendía al pie de la acrópolis y el ágora, espacio abierto donde se hallaban los principales edificios de gobierno.
La forma de gobierno era la democracia, que no era como la actual, sino más limitada. Ya que sólo se reconocía el derecho a participar en la política a los ciudadanos varones y adultos que representarían un porcentaje muy bajo de sus habitantes.
La asamblea o ekklesia era el principal órgano de la vida política. Sólo se convocaba para elegir a los magistrados y para cuestiones importantes. Todos los ciudadanos podían votar y opinar, aunque en la práctica sólo los más ricos tenían tiempo para dedicarse a la política. La ekklesia elegía a los arcontes, que eran los máximos gobernadores, a los estrategas, jefes militares que en tiempos de guerra tomaban las decisiones sobre la defensa de la ciudad, y también elegía la bule, un consejo formado por 500 miembros que trataba de asuntos generales sobre los que después decidiría la ekklesia, proponía las leyes y se reunía con una mayor frecuencia.
Destacó la figura de Pericles, gran defecnsor de la democracia, que dirigió la política ateniense, fomentó las artes y las letras y llevó a esta ciudad hasta cimas de esplendor no conocidas hasta entonces.
Los antiguos griegos obtenían casi todo lo que necesitaban de su tierra: trigo y cebada para hacer pan, guisantes, habas, vides, olivos y frutales. Comían carne sólo en ocasuiones especiales.
Solían construir sus templos con sólidas piedras, pero sus casas eran mucho más sencillas y, tanto en la ciudad como en el campo, las casas estaban hechas de adobes secados al sol.
Los viajes por mareran muy frecuentes. Los juegos, los festivales y el comercio eran las razones fundamentales para viajar. Las naves de guerra eran los tirremes, barcos más veloces, gracias a los numerosos remeros de que disponía.
"Los derechos de la mujer no aumentaron con respecto a las civilizaciones egipcia y mesopotámica. Las leyes reconocían el divorcio y el repudio de la esposa sin necesidad de alegar motivo alguno. La mujer, sólo en caso de malos tratos, podía conseguir que se disolviera el matrimonio. Por lo demás, pasaba toda su vida confinada en el hogar, y tenía a su cargo el cuidado de los hijos y de los esclavos sin que se le permitiera participar en los negocios públicos. De niña vivía al lado de su madre y se casaba a los 15 años sin ser consultada"
A los veinte años, una ateniense del siglo V o IV a.C. estaba entrando ya en el último tercio de su existencia, porque en esa época la expectativa de vida femenina no llegaba a los treinta años; en ello tenía mucho que ver la maternidad, que se relacionaba con la muerte de una de cada cuatro mujeres.
Imaginemos que esa mujer se llama Eudoxia. A los catorce años se había casado con el heredero de una hacienda (oikos) de tamaño medio, que ya había cumplido los treinta. Al principio estuvo en una posición secundaria en la casa de su esposo, a la que se trasladó después de la boda; pero, ahora que ya es madre de dos hijos, ejerce de dueña y señora. No en vano había aportado al matrimonio una dote importante, mientras que la hacienda de la familia del esposo se había visto disminuida en parecida proporción para constituir la dote de la cuñada de Eudoxia. En la casa de su familia de origen, Eudoxia
aprendió las labores femeninas y recibió una serie de enseñanzas que
garantizaban su valor como futura esposa de un ciudadano hacendado. De
esta forma, ahora puede leer y escribir con soltura, sabe tocar la lira y
puede controlar la educación de sus propios hijos, hasta los siete años
la de los varones y hasta su casamiento la de las féminas, aunque
cuente para ello con la ayuda de esclavos ilustrados.
Las ocupaciones matutinas
Se puede decir que Eudoxia es una mujer feliz, querida y respetada por todos, porque asume su papel de esposa y madre con el mismo sentido del deber con el que su marido se entrena para la guerra y acude al combate cuando es necesario. A él le corresponde asegurar la pervivencia de la comunidad con las armas, y a ella, alumbrar y criar hijos que sustituyan a los muertos en el combate y a los ancianos. Por otro lado, mientras el marido participa en la gestión política y en la administración del Estado, ella, que no tiene que ausentarse por motivos bélicos o de trabajo, se encarga de dirigir y administrar la casa.Un día cualquiera, Eudoxia se despierta con la primera luz del sol. Mientras da de mamar a su bebé, oye desde su dormitorio, situado en la planta alta de la vivienda, el ruido de los esclavos que emprenden sus actividades cotidianas, así como a su esposo que se dispone a salir. Su hija mayor, de cuatro años, se ha levantado ya de la cama; aunque toma otros alimentos, no ha dejado todavía de ser lactante, pero es la nodriza quien se ocupa de ella.
Cuando ha terminado de dar el pecho al pequeño, Eudoxia retira rápidamente de su rostro la mascarilla a base de leche aplicada la noche anterior y se recoge el cabello en una especie de moño. Luego se cubre con un sencillo peplo de lana fina, una pieza rectangular que enrolla en torno a su cuerpo y sujeta en los hombros por medio de fíbulas. Tras coger las llaves de la despensa, baja por la escalera de madera a la planta inferior, donde están la cocina y el gran patio central desde el que se accede a las distintas dependencias. Allí la esperan dos esclavas atentas a sus órdenes. Eudoxia pide a una de ellas que saque agua del pozo para lavar unas piezas de vestuario, mientras se dirige con la otra a la despensa para sacar las vituallas del desayuno. Come unos trocitos de pan de cebada mojados en vino y bebe leche de cabra.
Ahora hay que repasar las cuentas y el registro de las existencias. Eudoxia abre un arcón y saca una tablilla encerada. Apunta la miel y los higos producidos en la hacienda, que uno de los esclavos llevará a vender en el mercado del ágora de Atenas. Y reflexiona sobre lo que debe pedirle que traiga de allí. La casa está en las afueras del área urbana propiamente dicha, de modo que el esclavo debe recorrer un largo camino a pie y no es cuestión de que vaya todos los días. Tal vez sea mejor que se lleve el asno y concentre los encargos, lo que lo dejará libre para otras tareas. Lo habla con su esposo, que se encuentra todavía fuera de la casa.
Luego Eudoxia da una vuelta por la habitación en la que está instalado el telar. Allí encuentra a su pequeña curioseando las tareas en las que todavía no la dejan participar. La madre de su esposo, viuda y, para la época, ya anciana, se entretiene hilando, porque ya no tiene la vista necesaria para tejer. Le está contando a su nieta el mayor orgullo de su vida: había sido una de las arréforas, las dos niñas de entre siete y once años que se elegían anualmente para pasar nueve meses en un edificio de la Acrópolis ateniense, tejiendo el magnífico peplo que recibía la diosa Atenea cada cuatro años. Esa historia, tantas veces repetida con todo lujo de detalles, provoca siempre entre las mujeres presentes un murmullo de admiración. Es el honor público más grande que cabe imaginar para una niña ateniense.
Después de controlar la tarea de las tejedoras y darles las instrucciones oportunas, Eudoxia coge de la mano a su pequeña y se dirige con ella a cumplir un ritual cotidiano de la mayor importancia. Se acercan al altar de la diosa Hestia, protectora del hogar. Eudoxia derrama sobre él unos granos de trigo, con una fe profunda en que ese acto de piedad asegura la protección divina de la casa. La niña observa en silencio lo que tendrá que hacer ella misma el día de mañana, y luego cruza el patio correteando en busca de su muñeca.
Ha llegado el momento de que Eudoxia se prepare para las actividades fuera del hogar previstas para ese día. Una de las esclavas ha llenado una pila con el agua de su aseo personal y luego la va a ayudar a maquillarse y peinarse, algo imprescindible porque los espejos metálicos de la época son pequeños y no reflejan como los modernos. Una vez acicalada, Eudoxia sustituye el sencillo peplo de lana por una llamativa túnica que deja traslucir las formas del cuerpo. También es una pieza rectangular sin hechura alguna, pero de un lino muy vaporoso, teñido con un color chillón. Está cerrada por una costura lateral, formando una especie de saco, que en la parte superior deja un amplio escote y los brazos a la vista. Se ciñe mediante un cinturón que forma un repliegue sobre las caderas.
Ahora la esclava acerca a Eudoxia el cofre de las joyas. Primero coge dos brazaletes iguales trabajados en espiral, que imitan la forma de una serpiente. Luego duda sobre los pendientes, decidiéndose por dos grandes aros con colgantes. Después se pone un collar de piedras finas combinadas con piezas de metal. Finalmente, añade al peinado algunos adornos y se encuentra satisfecha con la imagen que le devuelve el espejo. Elige unas sandalias primorosamente trenzadas y baja rápidamente la escalera, porque la posición del sol le indica que tendría que haber salido ya.
Eudoxia cubre con prisa, acompañada por una esclava, la distancia que la separa de una de las casas vecinas. Allí se han reunido cuatro mujeres de su misma condición social para pasar juntas la tarde, lo que incluye para ellas la comida principal del día. Se acomodan en lechos, delante de los cuales hay platillos de cerámica con aceitunas, higos, queso y pescado seco. Se cruzan cumplidos sobre el vestuario y el aspecto físico, y se interesan mutuamente por las circunstancias personales. Una de ellas anuncia que cree estar embarazada. La abrazan y le desean un parto feliz. Otra cuenta con quién había coincidido el día anterior mientras cumplía con el deber de realizar el ritual funerario en la tumba de su esposo, muerto en la guerra. Eudoxia habla de sus pequeños. La cuarta mujer está preparando la boda de su hija: comenta los detalles y pide consejo a sus amigas sobre algunos detalles de la celebración. La dueña de la casa coge su lira y acompaña con ella unos versos de la adorada poetisa Safo, que hacen vibrar a las demás. Antes de ponerse el sol, Eudoxia se despide de sus amigas y regresa a su casa, de nuevo acompañada por una esclava. Ha pasado una tarde estupenda y está bien dispuesta para compartir el lecho con su esposo, bajo el signo de Eros.
PARA SABER MÁS, VER
La mujer en la Grecia clásica. Claude Mossé. Nerea, Madrid, 2001.Así vivieron en la antigua Grecia. Raquel López Melero. Editorial Anaya, Madrid, 2001.
www.nationalgeographic.com.es/dia_vida_una_mujer_atenas_clasica.html
RELIGIÓN
La mitología griega es el conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos griegos que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo y los orígenes y significado de sus propios cultos y prácticas rituales. Formaban parte de la religión de la Antigua Grecia. Los investigadores modernos recurren a los mitos y los estudian en un intento por arrojar luz sobre las instituciones religiosas y políticas de la antigua Grecia y su civilización, así como para entender mejor la naturaleza de la propia creación de los mitos.
La vida cotidiana y la religión estaban muy unidas. Los griegos tenían una religión politeísta y antropormorfa, es decir, existían muchos dioses y su apariencia física y comportamiento eran semejantes a los humanos, pero a diferencia de estos, eran inmortales y tenían grandes poderes. Todas las ciudades griegas compartían esta religión politeísta y cada ciudad tenía un dios proyector. Los dioses más importantes vivían en el monte Olimpo.
Los griegos rendían culto a sus dioses de diversas maneras: sacrificios rituales u ofrendas, actos religiosos como las Panateneas de Atenas, o juegos como los celebrados en Olimpia en honor de Zeus, en los que participaban todas las polis griegas. El triunfo de los juegos honraba a la familia del atleta y a su ciudad natal. Los primeros juegos olímpicos se celebraron en el año 776 a.C.
Los dioses intervenían constatemente en la vida de los hombres, por los que, según sus historias, los héroes eran hijos de un dios o una diosa y un mortal. Algunas de estas historias fueron recogidas por Homero en la Ilíada y en la Odisea. Estas historias tenían un gran contenido religioso que se transmitían oralmente y se llamaban mitos, y anto el conjunto de estos mitos como la disciplina que los estudia se denominan mitología.
El legado cultural.
ARTE
Arquitectura.
Escultura.
Clásico.
Helenístico.
Arquitectura.
Construyeron grandes templos en honor de sus dioses y también para celebrar el poder de una ciudad o los éxitos en una batalla. Los templos no estaban destinados a albergar en su interior a gran cantidad de gente, ya que las ceremonias religiosas se realizaban en el exterior. Interesa especialmente, por tanto, el efecto visual que causaba desde fuera. Se construían con bloques de piedra calcárea o marmol, bien tallados y unidos entre sí por medio de clavijas. Los techos y los tejados eran de madera.
Los griegos combinaron las partes del edificio según unas reglas fijas, dando lugar a los órdenes arquitectónicos que fueron: dórico, jónico y corintio.
Otro tipo de edifcio muy importante fueron los teatros. Son unas de las edificaciones más espectaculares que se conservan de las civilizaciones antiguas. Un ejemplo es el teatro de Delfos.
Escultura.
Esta se dicidió principalmente en tres periodos, igual que la historia dela Grecia antigua: arcaica, clásica y helenística.
Arcaica.
Llegaría hasta el siglo VI a.C., y su escultura se caracterizaría por tener un estilo frontal y rígido (hieratismo). Las esculturas representan jóvenes desnudos (kouros o kouroi) o jóvenes doncellas vestidas (korai o koré).
Clásico.
Abarca del siglo VI al IV a.C. y se caracterizó por la búsqueda constante de la belleza, la naturalidad y el movimiento. Esto llevó a los griegos a buscar la proporción de la figura humana y a proponer el modelo escultórico ideal del cuerpo humano. Las esculturas eran preferentemente masculinas yse basaron en la armonía de las proporciones y la serenidad de la expresión. Algunos de los ejemplos más representativos son el Discóbolo de Mirón, el Doríforo de Policleto o el Hermes de Praxíteles.
Helenístico.
Se extiende entre los siglos IV a II a.C., y se caracterizó por la acentuación del realismo, tanto en el movimiento como en la expresión. Ejemplos de este período son la Venus de Milo o el Laocoonte.
PARA SABER MÁS, VER:
ART-GRIEGO EN TUSCIENCIASSOCIALES
Unidad del libro de Edelvives: La Grecia antigua.
PARA SABER MÁS, VER:
ART-GRIEGO EN TUSCIENCIASSOCIALES
Unidad del libro de Edelvives: La Grecia antigua.
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