597 LA EDAD DE LOS METALES EN LA PENÍNSULA IBÉRICA


 EDAD DE LOS METALES


• La edad de los Metales en España 
– La Edad del Cobre (Calcolítico, hacia el año 3000 A.c.)
• El cobre era un metal poco resistente y duradero, por lo que no sustituyó a las herramientas de piedra, simplemente se añadió como una nueva posibilidad.
• Cultura de los Millares y Cultura del vaso campaniforme.
 – La Edad del Bronce (hacia el año 1700 A.c.)
• Se obtiene mezclando cobre y estaño.
• Cultura del Argar
• Cultura de “las Motillas de la Mancha”
– La Edad del Hierro (hacia el año 800 A.c.)
• La Edad del Hierro en la Península Ibérica está a caballo entre la Prehistoria y la Historia (Protohistoria)
• Tres culturas o pueblos: Tartessos, íberos y celtas
• Tres pueblos colonizadores: fenicios, griegos y cartagineses.
 El Calcolítico

El empleo de los metales supone un gran avance en el marco cultural, en el ocaso de la época neolítica. La utilización del cobre da nombre a la primera fase de la llamada Edad de los Metales: el Calcolítico o la Edad del Cobre.


Al Calcolítico se asocian dos culturas en la Península.

 
Los Millares
 
 Entre los años 2.500 y el 1.800 a. C. surge en la zona murciana y almeriense la Cultura de los Millares, nombre del principal yacimiento. Pertenecía a una sociedad densamente poblada, con una agricultura de regadío más desarrollada. En el poblado se pueden observar inmensas murallas y otras obras de fortificación.

Los Millares (Santa Fe de Mondújar, Almería)

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El poblado de Los Millares da nombre a una de las principales culturas de la Edad del Cobre en España, la cual se extendió por toda Andalucía Oriental y Levante. Fue una de las primeras culturas en nuestro país en construir recintos amurallados, necrópolis con monumentos megalíticos y en trabajar el cobre.

Los Millares está situado precisamente en las cercanías de las minas de cobre de la sierra de Gádor. Esta ventaja, sumada a su emplazamiento estratégico sobre una colina.  estuvo habitado durante casi mil años (desde cerca del 3100 a. C. hasta los alrededores del 2200 a. C.), ocupaba cerca de 5 hectáreas (sin contar con la necrópolis, que abarca otras 2 hectáreas) y llegó a los mil quinientos habitantes. UN un poblado constituido por cabañas circulares con zócalos de anclaje y sujeción de piedra, fortificado con cuatro murallas y torres de defensa.

Entre los restos que se han encontrado, y que pueden visitarse, hay fortificaciones, talleres metalúrgicos para el trabajo del cobre y tumbas que ya muestran signos de estratificación social (las tumbas más complejas y en las que se han encontrado los objetos de mayor riqueza se encontraban cerca de la muralla de la ciudad). Además, se han hallado espléndidas muestras de cerámica y objetos de metal del periodo, que pueden verse en museos como el Arqueológico Nacional de Madrid.




Los Tholoi de Los Millares. Restos de viviendas en Los Millares



El Argar

 Los primeros siglos de la Edad del Bronce en las provincias de Almería, Jaén, Granada, Alicante y Murcia, aproximadamente entre los años 2200 y 1550 antes de nuestra era, se conocen con el nombre de “grupo arqueológico argárico” o, más comúnmente, “cultura de El Argar. Grandes poblados ubicados en cerros
 

  La Bastida es el primer enclave argárico descubierto y, actualmente, uno de los más importantes de la prehistoria Europea, en concreto de la llamada Edad del Bronce.
Se han hallado decenas de viviendas, escalonadas en terrazas artificiales a lo largo de las laderas del cerro. El propio enclave se sitúa en un lugar estratégico, oculto desde el valle del Guadalentín y con buenas condicones naturales para la defensa.

 yacimiento de La Bastida, en Totana (Murcia). ASME.UAB

Son de especial interés sus tumbas, ya que éstas se localizan bajo el suelo de las viviendas. Solían contener uno o, a veces, dos individuos en posición encogida, dentro de vasijas de cerámica o de cistas, esto es, cajas hechas con losas o paredes de piedra. Una parte de estas tumbas contenía también ofrendas, como cuencos y ollas de cerámica, armas, útiles y adornos de cobre o plata, y collares de cuentas de hueso, concha y piedra
http://www.turismo.totana.es/la_bastida/index.asp
Los intercambios en el mediterráneo aproximan los descubrimientos desde oriente a occidente y a la inversa. En Almería, Granada y Murcia se desarrolla la cultura de El Argar. La ciudades fortificadas son de planta rectangular, más grandes, y a su alrededor se desarrolla una importante agricultura y ganadería junto a la industria metalúrgica donde desempeñan un papel fundamental el estaño, el cobre, la plata, el oro y las distintas aleaciones a las que dan lugar, por ejemplo, el bronce. Aparece el poder político superior a los clanes y familias, y cambia de manera brusca la organización social. Aquí se fija la aparición de una vida urbana en un sentido más próximo a nuestros días. El control de las materias primas es elemento constitutivo de castas.
 en la localidad de Antas) se halla el yacimiento del Argar, perteneciente a una cultura de la Edad del Bronce que se considera la sucesora de la de Los Millares.
La necrópolis consta de más de 100 enterramientos "Tholoi", que por lo general son de planta circular, aunque también existen de planta rectangular. Su importancia le ha dado nombre a toda su zona de influencia -cultura de los Millares- que abarca toda la costa sudoeste de la Península.
El Argar (Almería): Posiblemente como evolución de la cultura de Los Millares se desarrolló más tarde, a principios del II milenio a.C., y en la misma zona. Es una nueva forma de construir: los pueblos son fuertemente amurallados y las viviendas pasan a tener una planta rectangular y en casos, compartimentada. Desaparecen los inhumaciones colectivas, por lo tanto también sus expresiones arquitectónicas, ya que los enterramientos se realizan bajo la misma vivienda. Al final de la Edad de bronce aparece la cultura del Vaso Campaniforme, presente tanto en las Islas Baleares como en Los Millares o El Argar.


Vaso Campaniforme

Otra cultura dentro de la Edad del Cobre es la Cultura del vaso campaniforme, desarrollada entre el 2.200 y el 1.700 a. C., cuya principal característica es su distribución por toda Europa. Hay una gran presencia de cuencos y vasijas cerámicas con la forma de campana invertida y una serie de objetos de ajuar de cobre en tumbas que evidencian la existencia de élites sociales diferenciadas por su nivel de riquezas. Se han encontrado restos en la desembocadura del río Tajo, en Portugal, Cataluña, Madrid (Ciempozuelos) y el Guadalquivir.



Vaso campaniforme procedente de Ciempozuelos.

Se pueden hallar en sepulturas individuales, con ajuares funerarios que incluyen objetos de cobre. Corresponden a la fase más avanzada del Calcolítico


 Las Motillas

En el centro peninsular hallamos también la cultura de Las Motillas, elevaciones defensivas situadas en el entorno del Guadiana.
La Cultura del Argar tiene intensos contactos, hacia el Guadiana, con otras vecinas y coetáneas como la Cultura del Bronce Manchego, en Albacete y Ciudad Real. En un principio se creyó que no era más que una expresión diferente de la cultura argárica, resultante de su expansión hacia el interior; pero actualmente se tiende a caracterizarla como horizonte cultural diferenciado aunque con fuertes relaciones con el Argar y el Bronce Valenciano. Los asentamientos de esta cultura suelen ser numerosos y, aunque dispersos y extensivos dentro de un territorio, mantienen relaciones entre sí creando agrupaciones de asentamientos. Los caracterizados como morras (en Albacete) y motillas (en Ciudad Real), fortalezas circulares dispuestas en anillos concéntricos en torno a una gran torre central, constituyen lugares de habitación sin parangón en el resto de la Península. Son propios de esta cultura otros tipos de asentamientos como los castellones, los asentamientos en cuevas o los llamados de fondos de cabaña. Incluso existen algunos muy singulares, como el crannóg (especie de palafito) de El Acequión, que sugieren una gran versatilidad de esta Cultura para adaptarse a las condiciones de habitabilidad más dispares desarrollando diferentes soluciones.


 Cultura Talayótica

También comenzó el desarrollo de la cultura talayótica hacia el año 2.000 a. C. en las Islas Baleares. Su nombre deriva de las grandes torres defensivas, troncocónicas y construidas con enormes piedras en torno las cuales se establecían los poblados. Además, había otro tipo de monumentos llamados taulas, que al parecer eran altares de sacrificio situados al aire libre, de tres o cuatro metros de altura, de las que se conservan una treintena en Menorca. El tercer tipo de monumento caracterizado por su vastedad era la naveta, edificio rectangular terminado en ábside y construido con grandes bloques de piedra, que servía como lugar de enterramiento colectivo.


Invasiones

 Hace más de 5.000 años, grupos de pastores a lomos de caballos se lanzaron desde las estepas del este de Europa a la conquista del resto del continente. Los jinetes, conocidos hoy como yamnayas, llevaban consigo una innovación tecnológica: carretas con ruedas que facilitaban la rápida ocupación de nuevas tierras.
tecnología superior, con mejores armas y también caballos domesticados, lo que pudo haberles aportado alguna ventaja en la guerra” Hace 4.500 años los descendientes de estos habitantes de las estepas llegaron a la península Ibérica , lucharon y se merzclaron  genéticamente con las mujeres. Pero cuidado.  con la terminología empleada. A veces, cuando se habla de masacres y héroes caemos en riesgos reducionista y poco afortunados. Más hablando en la prehistoria.e


 Las penetraciones a través del Pirineo de otras culturas es constante y durará centenares de años. El impacto de estas migraciones es mayor en el interior y norte de la península que todavía no tiene el desarrollo de la zona meridional. Los nuevos pobladores son diestros en la explotación y fabricación de instrumentos de hierro. Las oleadas de inmigrantes se acercan por dos puntos: por las actuales Navarra y País Vasco por un lado, y por la zona oriental hasta Cataluña por otro. Traen mejores técnicas agrícolas y ocupan los espacios de la Meseta que son los que menos población tienen en esos momentos. Usaron los yacimientos de hierro del norte de España, y aplicaron la cultura cerealista y una ganadería extensiva. Siendo dominantes en el centro y parte noroccidental de España, lograron finalmente ser la clase dirigente en la zona de norte del Mediterráneo español, mientras que las culturas del sur y del sureste permanecieron más ajenas.
Hacia el final de este periodo (1200-1000 a. C.) se extienden desde el otro lado de los Pirineos los primeros asentamientos de la Cultura de los Campos de Urnas.


La Edad del Hierro

La Edad del Hierro transcurre desde el año 800 a. C. hasta aproximadamente el comienzo de la conquista romana de Hispania, en el 218 a. C. Esta es la última etapa prehistórica que, en el territorio peninsular, coincide con la colonización de los pueblos mediterráneos (fenicios, griegos y cartagineses) y de los pueblos del norte de Europa (los celtas).

En el transcurso de esta etapa, se mezclan los rasgos autóctonos de las culturas indígenas con la influencia cultural llegada del exterior. Generalmente, no existe una gran discontinuidad entre las culturas del Bronce y las del Hierro; los restos arqueológicos nos hacen pensar en una paulatina evolución, y solamente las aportaciones tecnológicas y culturales externas provocaron una progresiva diferenciación entre los pueblos mediterráneos, mucho más avanzados, y las culturas del interior.

Los orígenes de la metalurgia del hierro no son claros. Como en el caso del bronce, hubo una elaboración rudimentaria de hierro meteórico, a la que posteriormente siguió la del mineral de hierro propiamente dicho, que debió de aparecer a mediados del II milenio adC en Asia Anterior, aunque otros estudiosos se decantan más por África. De una manera práctica, el hierro no comenzó a trabajarse hasta el año 1.200 a. C., y durante siglos todavía compartió con el bronce (a veces más estimado) la primacía de material para la fabricación de armas, útiles y adornos.

La metalurgia del hierro tardó mucho tiempo en descubrirse, pues aunque la materia abundaba en muchas zonas, la elevada temperatura a la que se funde (unos 800ºC) determinó que sólo la casualidad hiciera posible el hallazgo. Primeramente se tostaba en fuego de carbón y luego se fundía en un pozo en el que habían colocado capas alternas de carbón vegetal y hierro a las que se prendía fuego avivado mediante fuelles. Se conseguían así lingotes de hierro puro que, tras un nuevo calentamiento, eran golpeados con martillo para separar la escoria y darles la forma deseada. Lamentablemente, este método no podía proporcionar armas ni objetos tan eficaces como los de bronce. Solo una verdadera especialización hizo factible la mejora de la metalurgia del hierro y su predominio sobre los antiguos artículos de bronce.

En la Península es prácticamente imposible precisar la entrada del nuevo metal, principalmente porque durante algunos siglos coexistió con el bronce. Es posible que lo trajesen los fenicios al establecerse en la península hacia el año 1.000 a. C., o bien los griegos, que fundaron su primera colonia en este país, probablemente Rhodes (Rosas, Gerona), en el siglo VIII a. C. Tampoco hay que olvidar que a partir del 900 a. C. comenzaron las oleadas célticas en la península, cuyo metal ya conocían, además de ir armados con espadas, lanzas, escudos y cascos del mismo.


ARTE, CULTURA, PATRIMONIO

 El fenómeno cultural de más importancia es el de los monumentos megalíticos. Son grandes enterramientos colectivos, también comunes en el resto de Europa y que aparecieron en la zona atlántica, relacionados con el desarrollo de las creencias religiosas. Los monumentos son muy diversos, desde el dolmen hasta las tumbas de corredor, construidas con enormes piedras y techadas posteriormente con una gran losa plana, aunque a veces preferían elementos más pequeños. Se encuentran por todo el territorio peninsular, pero los más significativos se sitúan en Andalucía oriental. Tienen su origen en el Neolítico, a comienzos del cuarto milenio y se prolonga hasta mediados del tercero, ya en la Edad del Bronce.

En general, las viviendas no han llegado en buenas condiciones hasta nuestros días, por el contrario sí se mantienen las construcciones de tipo funerario, denominadas construcciones megalíticas (mega, grande lithos, piedras), que en España adoptan estas formas:  

Dolmen.

 Son las estructuras más simples, consistentes en la sustentación de grandes piedras mediente la colocación de otras, a modo de pilares, en sus laterales. A veces estas construcciones funerarias se recubren de tierra formando un túmulo. Son las construcciones características de la zona norte peninsular, desde Cantabria hata los Pirineos catalanes. Llagan a dimensiones máximas de 2 metros de longitud por 1,5 m. de altura. 
   

Dolmen en el Valle de Hecho (Huesca) Dolmen de Torrent (Tarragona) en 1919.

Dolmen de corredor. 
 La cámara mortuoria, de planta circular o rectangular, está precedida de un pasillo. La forma de cubrir la estructura es, o bien, de falsa cúpula (por aproximacion de piedras) o bien, por grandes piedras a modo de dinteles. Son típicos de una cultura interior extendida fundamentalmente en el sudoeste de la peninsula, que, posteriormente se extendió hacia el norte, llegando hasta la ribera del Duero. En la provincia de Málaga, en el pueblo de Antequera se juntan los ejemplos arqueológicos más importantes.

Dolmen de Matarrubilla en Valencina de la Concepción, Sevilla.
De La Pastora en Valencina de la Concepción, Sevilla.A



 

Dolmen de galería
Consisten en un pasillo que se ensancha progresivamente hasta la cámara mortuoria.


Dolmen de Menga en Antequera, Málaga.
Dolmen de Soto en Trigueros, Huelva.  
Menhires, 
una gran piedra alargada colocada verticalmente sobre el terreno.


Menhir La Matorra II en Casasola, Cantabria. Mide 1,80 m. de Altura.
Menhir de Las Nieves en Guriezo, Cantabria.

Talayots. 
Son torres de planta cuadrada o circular, y alzado piramidal, realizadas en piedra y aparejos megalíticos. Típicos de las Islas baleares, son construcciones muy caracteristicas que han determinado incluso el nombre cronológico de estas épocas en dichas islas: Bronce Pretalayotico (1.100 al 800 a.C.) o Bronce antiguo (1.700 al 1.200 a.C.), y Bronce Talayotico (1.100 a 800 a.C.), hasta la edad de Hierro (800 al 407 a.C.). 

Talayots (I. Baleares). 

Taula. 
Construcciones en forma de "T", exclusivas de la Isla de Menorca en las I. Baleares. Consta de dos piedras colocadas en una forma concreta: una vertical, y sobre ella otra horizontal que sobresale en todos los alzados a modo de paraguas.

Taulas en Menorca (I. Baleares). 

  Navetas. 
Recintos funerarios construidos con planta rectangular a modo de barco invertido -de aquí su nombre- a la que se accede por un estrecho pasillo y que a veces termina en tres naves. Parece que las influencias de estas construcciones son de las mismas que la peninsular "cultura de los Millares" dadas sus claras similitudes. También son características de las Islas Baleares. 

Navetas (I. Baleares). 

Además debemos destacar la aparición de otras formas de construcción funeraria no megalítica que se realizó en la misma época:

  Tholoi. 

Son construcciones funerarias con elementos constructivos no megaliticos, esto es con la fabricación de muros y cámaras a base de la conjunción de piedras de mediano o pequeño tamaño. Las cubiertas son de falsa bóveda, compuesta de planchas de piedra en hileras que se van juntando -aproximación-. Destaca el yacimiento de Los Millares en Santa Fé de Mondújar, Almería.



PARA SABER MÁS, VER:

hspanisharts.com/a/prehistoria


HIS-ESP-ANTIGUA-iberos

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