661 LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA. ETAPAS

PROCLAMA DE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA.


Inicio y causas del golpe

El sistema político de la Restauración, lo podríamos definir como un sistema liberal oligárquico en el sentido de que la constitución y la legislación permitían una amplia libertad aunque sólo era ejercida por una minoría, que no se imponía por la fuerza o coacción al resto, sino que era la apatía política del resto la que hacía que esa minoría monopolizara la vida política. Este sistema, típico de una sociedad rural estable, comenzó a entrar en crisis en el momento en el que se dio un cambio social, como fue el de la modernización. Poco a poco, se fue sufriendo un debilitamiento de la autoridad y de la responsabilidad del sistema político, causa principal del advenimiento de Primo de Rivera. Una posible interpretación de los orígenes de la dictadura parte no de la insistencia en el poder de los militares, sino en la debilidad del Estado Por la tanto, el papel que jugó el orden público fue una de las grandes causas de la contrariedad de Primo de Rivera; fue éste un factor decisivo para que la decisión anticonstitucional de los militares fuese aceptada con entusiasmo por la mayor parte de la población.

Tras medio siglo con el sistema de la Restauración, el excapitán general de Cataluña instaura su dictadura para «salvar la patria» y librarla de «los males» que acechaban a un Estado en plena descomposición. Uno de los primeros objetivos que se propuso –además de terminar con el sistema parlamentario «inmoral y corrupto», los desórdenes públicos y el problema marroquí– fue el de erradicar de un plumazo los separatismos en España.

El dictador impuso rápidamente una dura política contra los nacionalismos e independentismos periféricos, que quedó plasmada con la firma, pocos días después de haberse iniciado el directorio militar y de haberse declarado el estado de guerra

Miguel Primo de Rivera con el rey Alfonso XIII en septiembre de 1923


El regeneracionismo y corporativismo en la dictadura


El origen de la dictadura fue principalmente político, por lo que nada tiene de particular que en la etapa inicial se llevara a cabo una labor de reforma política, destacando principalmente el problema de Marruecos. Es posible que los principios ideológicos de esta actuación política a día de hoy nos puedan resultar incomprensibles, pero que en su momento se podían considerar como normales. Es lo que llamamos regeneracionismo liberal que partía de la diferencia existente entre la constitución política del país y la práctica habitual, para concluir en la necesidad de intervención de un “cirujano de hierro”, capaz de producir una reforma sustancial en las costumbres políticas en un espacio corto de tiempo.

Primo de Rivera intentó llevar a la práctica un amplio programa de reformas políticas, aunque su traducción a la realidad distó de ser satisfactoria. De lo que no cabe duda es de la voluntad liberal que los guiaba. Una curiosidad es que mientras que en el directorio militar se da un intento de regeneracionismo liberal, al cambiar al directorio civil se trata de lograr fórmulas de una cierta permanencia, con soluciones más autoritarias.

Respecto al sufragio, intentó introducir fórmulas de representación proporcional: el voto femenino, reducción de la edad necesaria para ser elector y perfeccionar los procedimientos de confección del censo. También existió un intento de reforma del senado, tendente a limitar la representación de los grandes de España, hacer desaparecer a los senadores vitalicios e introducir la representación corporativa.

Estos dos proyectos anteriores no pasaron de ser sólo proyectos, aunque lo que se llevó a cabo fue un nuevo Estatuto Provincial y otro Municipal. Éste último representaba la fórmula más democrática de los ayuntamientos españoles, pues además de procedimientos electorales más fiables, también se limitaba la intervención gubernamental y se potenciaba la capacidad de acción municipal. Pero al no llevarse a cabo dicho estatuto, se puede concluir que la Dictadura no había tenido otro efecto sobre la vida municipal que la de aumentar las deudas de las entidades locales al concederles mayor capacidad de obtención de créditos y el de introducir algunos concejales de representación corporativa, mientras que los electivos eran nombrados gubernativamente. El estatuto Provincial, creado a posteriori, contenía elementos menos renovadores.

Otras medidas tomadas por el dictador fueron las relativas a la clase política del régimen liberal oligárquico. Siguiendo la tesis del regeneracionismo liberal, se debía emplear una actitud decidida respecto al caciquismo, y en segundo lugar, facilitar el que los intereses de la España real aparecieran por encima de la España oficial. Tomó medidas recibidas por la opinión pública de una manera entusiasta, como por ejemplo, la suspensión de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales para sustituirlos temporalmente por la Junta de Vocales Asociados y realizar mientras tanto una profunda labor de inspección de la gestión municipal. En realidad, todas las medidas tenían mucho de ficticio y en muchos casos eran temporales (ya hemos visto cual fue el destino de los ayuntamientos, totalmente diferente a lo estipulado en el estatuto). En el terreno de la persecución de la trama caciquil, la medida más importante fue la creación de los delegados militares gubernativos. Eran como una reproducción, a un nivel geográfico inferior, de la representación que Primo de Rivera tenía a nivel nacional. La misión de éstos era la de inspeccionar los Ayuntamientos y organismos administrativos, en donde su tarea debía consistir no sólo en la persecución del abuso, sino en favorecer una amplia regeneración que afectaba no sólo aspectos políticos o administrativos, sino también a los ejercicios físicos o las tareas caseras.

La gran medida regeneradora, con el propósito de engendrar una nueva política que sustituyera a los pésimos procedimientos de la antigua, fue la creación de la Unión Patriótica. Con ella demostró que si sus ideas con respecto a la destrucción de la vieja política podían resultar muy simples, pero eran al menos populares, en cambio en los aspectos más positivos carecían por completo de una orientación firme y coherente.. La Unión Patriótica, pensada como una agrupación de hombres de “ideas sanas” y organizada en su primer momento con el procedimiento de circulación de cuartillas, nunca se supo exactamente qué era. Admitió a gente de ideas muy diferentes, pero pronto predominaron no sólo los sectores conservadores, sino también quienes se aproximaban a unos procedimientos autoritarios que nunca tuvieron una aceptación completa por parte del dictador. Su intención fundamental era sustituir el caciquismo, pero en realidad, o eran mucho más caciques, o se convirtieron en ellos fácilmente. No se identificó nunca con el gobierno, hasta tal punto que los gobernadores civiles constituían, en las provincias, una autoridad superior y diferente. Siempre estuvo lejos de llegar a ser un partido único, que junto con su falta de precisión ideológica explica que se desvaneciera sin dificultad al final de la etapa dictatorial. Pero en sus filas se formaron quienes fueron figuras importantes de la derecha radical durante la segunda República.

Después de esto, podemos decir que la labor de la Dictadura respecto a lo que fue la transformación de las estructuras más íntimas de la vida política del país fue muy poco efectiva. Los cambios fueron mínimos, y consistieron en una desorganización de la red caciquil y en un aumento de su desprestigio ante la opinión pública. Aunque sus medidas fueron recibidas con entusiasmo, se demostraron simples y contraproducentes. Pero no debemos olvidar que fue el político español que intentó de manera más decidida cumplir el programa.

El corporativismo es entendido como el medio para suprimir el modelo liberal ya que éste no frenaba adecuadamente al socialismo, que era el elemento a batir. Según Aunós, ministro de trabajo durante la dictadura y máximo defensor del corporativismo “ el estado corporativo descansa sobre el pueblo organizado en entidades autárquicas. Así como el estado liberal proclama el “derecho” de los individuos, la base esencial del estado corporativo es la “función” de los mismos, de lo que infiere que su exigencia primaria es el deber social del trabajo. Cada individuo viene obligado a desempeñar la función para la que sea apto en beneficio de la colectividad y por ese motivo forma parte obligatoria de la organización corporativa correspondiente. Este principio excluye la ficticia libertad del estado democrático; sustituye el elemento abstracto de ciudadano por el de productor; subordina los intereses individuales o de clase a los más generales y soberanos de la colectividad; establece disciplina social y el respeto a las jerarquías que se derivan de la preeminencia en las tareas productivas y supone, por consiguiente, un Estado fuerte, con la suficiente autoridad para cumplir sus amplísimos fines.” El corporativismo buscaba reconducir la lucha de clases a un espacio de colaboración entre las mismas, en el que los que consideraban intereses particulares y egoístas debían subordinarse a los intereses nacionales, la defensa de los cuales garantizaba el beneficio común de patronos y trabajadores. No se trataba sólo de establecer comités mixtos, órganos de conciliación y arbitraje, sino también de regular obligatoriamente las relaciones de trabajo y de imponer de manera obligatoria la presencia de las dos partes en un entramado complejo. El dominio de la cúpula de dicho entramado garantiza la hegemonía sobre el en su totalidad y dicha cúpula pasa a ser un órgano del estado.

Primo de Rivera no toma el poder con fines de largo plazo, no era su intento inicial el de tomar medidas coyunturales, sino que su pronunciamiento buscaba una nueva legalidad, sanear la situación y volver al punto de partida modificando la prácticas políticas. Pero el cambio fundamental se produce una vez solucionado el problema africano. Sabedor de su popularidad, empieza a pensar en la idea prolongada de su situación como regenerador, pasando así del directorio militar al directorio civil.

En su proyecto de programa de gobierno se preocupa sobre todo de la adopción de medidas de administración. Es impulsado a emprender una obra reconstructiva, donde mezcla la rapidez y el método para elevar los grados morales y materiales de la nación, fomenta las obras y los trabajos públicos, utiliza las grandes riquezas del país, perfecciona la legislación, sanea Hacienda y reorganiza los servicios del Estado. Además, en este proyecto también que se gobernaría por decreto, no se convocarían elecciones y no se suprimiría la censura. Fue entonces cuando surgió el corporativismo, manifestándose claramente en el seno de la dictadura.

Se formaron los comités paritarios, que eran uniones por los vértices de sindicatos de obreros y patronos para cuestiones comunes entre capital y trabajo. Aunós no lo veía así, pues según él, estos comités estaban minados por el socialismo habían servido como instrumentos de luchas de clases. Esta política laboral corporativa constituyó un “éxito relativo”, debido sobre todo a la buena disposición del socialismo español para con la dictadura. La Organización Corporativa Nacional, a través de sus corporaciones agricultura, industria y comercio, y servicios, va a determinar, controlar y solucionar ciertos problemas sociales, gracias al Comité Paritario. El corporativismo social permite al régimen asegurar la cuota de orden público que el sistema de producción demandaba, y que la colaboración de clases prestó una gran contribución, y sin embargo, en lo económico, contribuyó a aumentar la injusta distribución de la renta, ya que el nivel de vida de la clase trabajadora disminuyó considerablemente.

La Organización Corporativa Nacional también se encarga de ordenar el país en el sentido económico, como fueron la creación de leyes como la de creación del Consejo de Economía Nacional, el aumento de los derechos arancelarios, el restablecimiento del Comité Regulador de la Producción Industrial, creación de las confederaciones hidrográficas ya mencionadas, leyes sobre protección y fomento de la Industria Nacional, la orientación de la emigración a Hispanoamérica en un sentido plenamente protegido de intervención, la intervención de la peseta, creación de monopolios (CAMPSA, Telefónica…) y mucho más es lo que configura la política intervencionista de la dictadura. Pero esta intervención es impensable sin la planificación.

El poder público dirige y regula la economía, orienta la producción, invierte en obras públicas, etc. De este modo nace en 1924 el Consejo de Economía Nacional, con el fin de regular todo lo posible y a informar de todo cuanto interesa a la producción y a su exportación. Era una especie de instrumento de defensa de nuestra economía.

Este corporativismo español fue de gran pobreza teórica. La nueva economía que se quería construir demostró poca consistencia, por lo que la gran mayoría de su esquema teórico era el de la economía clásica, con unos ligeros retoques, aportaciones que nada variaban de lo fundamental. Otros aspectos a tener en cuenta son los que se refieren a toda actuación pública tendente a la ordenación y puesta al día del mecanismo productivo del país que se dirigió a favorecer y proteger única y exclusivamente a la economía nacional (nacionalismo económico). La creación de CAMPSA, las facilidades dadas al fomento de productos como el maíz, plomo, motores y automóviles, construcciones de buques, química, farmacéutica, papel, tabaco etc son manifestaciones de ese nacionalismo económico profesado por calvo Sotelo, sin el cual España no sería grande, ni “una”, ni libre, porque no gozará de verdadera independencia nacional. Es en esta época cuando empieza a tomar cuerpo el ideal de la autarquía económica

Durante la época, muchos autores no percibían a la dictadura y el corporativismo sin el fascismo, aunque la mayoría de ellos no incluyen el periodo dictatorial entre los fascismos debido a diferencias entre unos y otros, como puede ser la falta de apoyo en una reacción de las masas pequeño burguesas, la no existencia de una situación prerrevolucionaria por parte de la clase obrera, no alentar un régimen prefascista ni querer crear un estado nuevo, la ausencia de violencia, falta de un partido fascista, mantenimiento en la legalidad de un partido político y una central sindical de carácter obrero, como el P.S.O.E y U.G.T.


ETAPAS

El 13 de septiembre de 1923, ante la crisis que vive el país y para evitar la exigencia de las responsabilidades derivadas de Annual, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera se sublevó contra el Gobierno y dio un golpe de Estado con el apoyo de la mayoría de las unidades militares. Dado el desprestigio en que había caído el sistema político de la Restauración, el golpe de estado no encontró ninguna resistencia. 

La dictadura tuvo siete años de vida en los que se sucedieron dos formas de gobierno: el Directorio Militar (1923-25) y el Directorio Civil (1925-30).

La reunión prevista de las Cortes Generales para fechas inmediatamente posteriores con el objetivo de analizar el problema de Marruecos y el papel del ejército en la contienda, fue el detonante último de la sublevación. A esta situación se une una grave crisis del sistema monárquico que no acaba de encajar en un siglo XX marcado por la revolución industrial acelerada, un papel no reconocido a la burguesía, tensiones nacionalistas y unos partidos políticos tradicionales incapaces de afrontar un régimen democrático pleno. 

Resumiendo, podríamos decir que los hechos que coadyuvaron a las salida dictatorial fueron las distintas crisis: económica (después del boom de la I guerra Mundial), social, militar (desastres de Marruecos), de orden público (terrorismo, pistoleros, represión, política, etc) Previamente, Antonio Maura había desaconsejado al Rey la posibilidad tanto de un golpe de estado como del establecimiento de cualquier sistema autoritario. El 14 de septiembre el gobierno legítimo había pedido al Rey la destitución inmediata de los generales sublevados, singularmente José Sanjurjo y el propio Primo de Rivera, y la convocatoria de las Cortes Generales, pero el monarca aceptó finalmente el golpe.
En el Manifiesto de los sublevados se invocó la salvación de España de "los profesionales de la política". Con el apoyo del ejército, de la burguesía industrial vasca y catalana y de los terratenientes andaluces, el Rey Alfonso XIII no pone mayores obstáculos a nombrar Presidente del Gobierno a Primo de Rivera en su calidad de dictador militar el 15 de septiembre. Se suspendió la Constitución, se disolvieron los ayuntamientos, se prohibieron los partidos políticos, se crearon los somatén como milicias urbanas y se declaró el estado de guerra. Por otra parte, se suprimió toda aspiración regionalista o nacionalista. Reaccionaron con energía contra los que se tomaron la libertad de criticar su legalidad establecida. Unamuno fue destituido de su puesto de rector de Salamanca, el Ateneo de Madrid fue clausurado, etc…
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La nueva dictadura cortejó con éxito a industriales y hacendados, así como a la Iglesia y a la UGT. Los tres primeros elementos fueron característicos del fascismo italiano y de las dictaduras centroeuropeas. La colaboración con los socialistas fue un rasgo original de la dictadura española. Primo de Rivera ofrecía una imagen campechana y paternalista, al tiempo que mantenía un discurso antisistema muy al día en la época, tildando de corruptos a los políticos y enviando a la población mensajes sencillos que hacían pensar en una fácil solución de los problemas con recetas puramente domésticas al alcance de todos. 

En el plano económico, debemos tener en cuenta que durante la I Guerra Mundial la economía española prosperó, pues los industriales multiplicaron sus beneficios y los obreros vieron subir sus salarios, a pesar de que los precios aumentaron más deprisa. Pero al finalizar la guerra, la situación social se agravó, y la lucha de clases estuvo a punto de convertirse en un conflicto abierto, con actuaciones de violencia como la del general Martínez Anido. Además de en Barcelona, hubo revueltas en Andalucía, donde los anarquistas ocuparon pueblos y tierras durante el denominado “trienio bolchevique”, que finalmente fue dominado por el ejército. Sin embargo, durante la dictadura, el estado acometió grandes proyectos de obras públicas, y en el plano social, puso en práctica un programa vagamente reformista, con la implantación de los comités paritarios y los tribunales industriales, intentando ganarse la adhesión del partido socialista mediante el contacto establecido con los reformistas Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto. Pero los obreros no dejaron de notar que los salarios no seguían la curva de una prosperidad patronal ostentosa y que el derecho de huelga había sido suprimido.

1ª etapa: el directorio militar (1923-1925):




El Directorio Militar fue una etapa estrictamente militar que estaba formado por nueve generales y un almirante. Primo de Rivera asumió todos los poderes, cuya finalidad en sus propias palabras era "poner España en orden" para devolverla después a manos civiles. Se consiguió restablecer el orden público, y para conseguirlo se adoptó como medida el estado de guerra y se abolieron las libertades. Además, se intensificaron las actuaciones represivas contra el movimiento obrero, se creó una milicia nacional que fue puesta al servicio del régimen y se formó la unión patriótica formada por conservadores, burgueses católicos y grandes terratenientes; también se organizó un sistema ágil de administración central, provincial y municipal. 

En 1924 se hace cargo de la situación en Marruecos, iniciando un movimiento de repliegue a las zonas de Ceuta, Tetuán y Melilla. Se evacuó Xauén. En 1925 y de acuerdo con Francia, las tropas españolas desembarcan en el peñón de Alhucemas en respuesta a los ataques del Abd-El-Krim, y la campaña continúa hasta la derrota de este jefe rifeño, que se entrega a Francia. Así, en 1926 finaliza la guerra de Marruecos, aunque el sometimiento y la ocupación del territorio marroquí no termina hasta 1927.
"Tras la llegada al Poder de Primo de Rivera y la retirada por éste de 29.000 soldados, Abd el Krim pudo incrementar su poder en el Yabala, atacando en junio de 1924 las posiciones españolas de la zona, en Septiembre la mayoría de éstas estaban asediadas. 

La llamada retirada de Xauen, estuvo apunto de convertirse en un nuevo Annual, la retirada se convirtió en una operación muy difícil y el costo en bajas para el ejercito español fue muy elevado.

Tras la evacuación española los Ajmas, kabila hostil a España y a Abd el krim, fueron reprimidos con dureza por éste, desde la zona francesa se podían ver las aldeas arrasadas por los rifeños, después le llego el turno al Raisuly que fue capturado en su fortaleza de Tazarut, 1924 es el año de máximo poder de Abd el Krim. 


Tras la victoria sobre los españoles Abd el Krim pone sus ojos en el valle del Uarga, en zona francesa forzado por la propia falta de recursos en que había quedado el Rif tras cuatro años de guerra, la necesidad de mantener su prestigio que se basaba sobre todo en los éxitos militares y la necesidad de someter a la tarica Darkauiya, en el territorio de los Banu Zarual que ejercían como foco de oposición a los Abd el Krim.

Desembarco de Alhucema fue una operación ya organizada y con muchas lecciones aprendidas

En Abril de 1925 los rifeños se lanzan al ataque de las líneas francesas que no pudieron contenerlo, en pocos días atraviesan el río Uarga y a principio de Junio, están a 40 Km de Fez, residencia de los sultanes. 

Abd el krim exigió a los notables de Fez su reconocimiento como sultán, que estos rechazaron, a partir de aquí comienza su declive.Una conferencia Hispano-Francesa iniciada en Madrid pone las bases para un acuerdo de cooperación y acciones coordinadas contra el Rif. 

En septiembre de 1925, comienza la contraofensiva española y el 10 de Septiembre los españoles desembarcan en la playa de la Cebadilla, al oeste de la bahía de Alhucema en lo que fue una gran operación anfibia, 16.300 hombres 104 buques y 88 aviones participaron en el desembarco, el 2 de Octubre los españoles toman Axdir. Los franceses a su vez atacaron por el sur hasta unirse a las tropas españolas.


Tras la infructuosa conferencia de Ouxda, donde no se consiguió la paz, las tropas hispano-francesas liquidaron la resistencia rifeña. 

El 26 de Mayo de 1926 Abd el Krim se entregó a los franceses, continuando algunos focos aislados de resistencia hasta 1927. 

"Me adelanté a mi tiempo" manifestaría posteriormente Abd el Krim a la revista egipcia Al-Manar. En realidad había vencido a sus enemigos locales y unificado el Rif, pero no pudo resistir el esfuerzo conjunto de dos ejércitos europeos.


Al terminar la primera etapa de la dictadura su balance era positivo: gozaba de una acogida favorable entre los sectores políticos y la opinión pública.

La política monetaria de 1923-1925 

Los objetivos económicos no ocuparon un lugar de importancia en el programa del dictador y desempeñaron un papel muy subordinado en la política del directorio militar. El episodio más significativo de este periodo fue la crisis bancaria que tuvo lugar en junio de 1924, cuando quebró el Banco Castilla, y en 1926, cuando cerró el Banco Sabadell. Seis entidades financieras importantes liquidaron y un gran número estuvo a punto de suspensión de pagos. Esas dificultades fueron las sufridas por el Banco Central, que de haber caído, habría ampliado las consecuencias para la economía nacional. La retirada de depósitos comenzó a partir de 1924, que se prolongó hasta 1925. 

Generalmente la retirada masiva de depósitos se produce cuando los poseedores de éstos desconfían de la liquidez o solvencia de las entidades financieras y temen por la seguridad de sus activos. En otros casos, los bancos liquidan cuando registran importantes pérdidas de capital, o la rentabilidad de sus inversiones disminuye y sus beneficios se reducen o desaparecen. Parece ser que la razón de quiebra de aquellos años fue la insolvencia. El descenso de los precios de las mercancías y valores privados que había tenido lugar a raíz de la conclusión de la I Guerra Mundial y que se extendió hasta 1923 trajo consigo un deterioro en la calidad de los préstamos e inversiones bancarias. Muchos bancos experimentan pérdidas de capital, a la vez que crecía el número de incobrables, sobre todo las instituciones vinculadas a sectores industriales. Es decir, las consecuencias de la I Guerra Mundial fueron la causa principal de las dificultades financieras, pero a esto le debemos añadir la falta de previsión y la inadecuada política de activos seguida por muchas entidades de crédito. 

No fue hasta 1925 cuando se comenzó a hacer frente a la situación económica que se estaba desarrollando. Para entonces el nivel de depósitos bancarios había experimentado ya un considerable descenso y varias entidades habían presentado la suspensión de pagos. Fue Carlos Vergara Cailleux quién informó al consejo de la situación crítica de la banca, haciendo referencia especial a la situación del Banco Central, que había solicitado con urgencia el auxilio del Banco de España, pues las consecuencia que tendría para España la suspensión de pagos de éste serían incalculables, por lo tanto, se solicitó que la Comisión de Operaciones procediese con mayor libertad a la concesión de créditos para el Banco Central. Fue sólo en esta operación en la que el Banco de España participó en un salvamento financiero, adoptado ante las otras entidades una actitud pasiva, dejando que la crisis siguiera su curso, puesto que pensaban que las quiebras bancarias eran consecuencia de una mala gestión y que no era labor del Banco de España rescatar a todos aquellos bancos que habían caído en las especulaciones y excesos.

 En muchos casos era cierto, pero en otros no consideraron la situación de insolvencia causada por las relaciones entre las entidades de crédito y determinados sectores industriales afectados por la crisis de postguerra. Tampoco se tuvieron en cuenta las consecuencias que podría tener sobre el público del sistema financiero y sobre las expectativas empresariales las suspensiones de pagos. Respecto a la política de tipos de interés, no fue hasta 1922 cuando comenzaron a realizar disminuciones de los mismos. Se supone que dicha bajada se debió al estancamiento que estaban sufriendo las operaciones comerciales del Banco, pues al estar los tipos de interés alto se estaba provocando un descenso de la actividad económica. 

A partir de 1923 fue cuando se comenzó a notar una recuperación económica, aunque no es creído por diversos autores que “se deba a las diversas medidas adoptadas por las autoridades, tales como el arancel de Cambó o la rebaja del tipo de descuento del Banco de España.” Se piensa que esta recuperación económica es la producida normalmente después de que hubiese tocado fondo, a la vez que la economía europea comenzaba una fase de crecimiento. En este periodo, desde el punto de vista de la política económica, los dos problemas que se quedaron sin resolver fueron la estabilidad de la moneda y la nivelación del presupuesto. Además, en 1925 aún no se había logrado formular una estrategia adecuada que pudiera conducir a la solución de ambos problemas.

2ª etapa: directorio civil (1925-1930): 


El Directorio Civil a la entrada del Palacio Real (diciembre de 1925)


“En suma, señor, para exponer mi pensamiento clara y sinceramente, lo que propongo a V. M. es la sustitución de una dictadura militar por otra civil y de organización más adecuada pero no menos vigorosa, y me permito proponerlo así, recogiendo el ansia popular, que sólo teme del cambio de forma de gobierno que se debiliten los resortes del mando que han sido carácter del Directorio militar, cuya vida, como genuina representación del ejército y de la marina, que tan patrióticamente han ofrecido el prestigio de sus nombres corporativos a esta arriesgada labor, no debe llevarse a momento de desgaste o de quebranto; ni tampoco debe sustraerse por más, tiempo al país, en su representación civil, que es la adecuada y tan manifiestamente está a nuestro lado, la participación y la responsabilidad en la obra de reconstituirlo y reeducarlo administrativa y políticamente. “


Miguel Primo de Rivera, al Rey, 1925.

La pacificación de Marruecos afianzó el poder personal de Primo de Rivera. En 1925, abandonando la idea de transitoriedad, nombra un gobierno civil compuesto por 4 militares y 6 civiles.

El nuevo gobierno contaba con políticos jóvenes y técnicamente bien preparados (Calvo Sotelo, Aunós, Lorenzo Pardo, Conde de Guadalhorce, etc..).La entrada de estas personas supone en cierta medida el paso de las soluciones improvisadas a una economía planificada y dirigida. Además, contaba con el apoyo de la Unión Patriótica, fundada en 1924, y que pretendía ser una especie de partido llamado a dar continuidad en su día a la obra de Primo de Rivera. 

Un hecho que caracteriza a la época es el proceso de industrialización, que se desarrolla paralelo a la escasa atención que se pone en la agricultura, que permaneció inamovible, a pesar de posturas como la de Calvo Sotelo que pensaba que el poder público debía actuar con urgencia por medio de una ley agraria, con la cual y mediante la parcelación de latifundios, borraría de España el fantasma comunista. Pero sólo las confederaciones Hidrográficas y la repoblación forestal tuvieron algún interés en el campo agrícola, junto con las juntas de Reintegración del Campo (intento de devolver al campo a los obreros que lo habían abandonado, y mantener a los que aún permanecen en él). A pesar de la escasa actuación, Primo de Rivera fue el más ambicioso en sus proyectos que todos los anteriores.

 En el campo hacendístico y de obras públicas es dónde el régimen consiguió sus mejores bazas. Calvo Sotelo logró aliviar la deuda pública y monopolizó algún sector clave: petróleo (Campsa).

 En obras públicas, al calor de la bonanza económica, se ampliaron y mejoraron carreteras, puertos y regadíos. 

Estas reformas fueron, sin embargo, truncadas en sus expectativas con el estallido del crash bursátil de Wall Street en 1929.

Política monetaria de 1926-1929 .

 Calvo Sotelo Fue a partir de 1925 cuando Europa comenzó a experimentar una expansión económica. En España también podríamos decir que fue a partir de este periodo cuando se comenzó a notar esa prosperidad económica, y las autoridades comenzaron a tomar medidas para tratar de estabilizar la peseta. Los impulsos que ayudaron a que nuestra economía avanzara fueron sobre todo de la mano de la política fiscal, concretamente de los gastos públicos en inversión. La actividad del estado, estimuló la demanda agregada de bienes y servicios y generó un conjunto de economías internas y externas que facilitó la inversión privada en las actividades directamente productivas. Además, el crecimiento también fue debido al hecho de la aceleración no anticipada de la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero y por la depreciación del tipo de cambio de la peseta. Calvo Sotelo, en su labor de Ministro de Hacienda, en un primer periodo se centró más en los problemas presupuestarios, dejando de lado a la política cambiaria. Sin embargo, a partir de 1928, fue la estabilización de la peseta y la posibilidad de adoptar el patrón oro su principal preocupación.

 Por lo tanto, durante ese primer periodo que abarca de 1926-1927, se intentó llegar a una nivelación del presupuesto mediante una política económica austera que no era sólo hacer economías en los presupuestos, sino más bien en intentar no amentarlos creando nuevos servicios. Se tenía una preferencia por la deuda a largo plazo, la necesidad de evitar los efectos perturbadores de las obligaciones del Tesoro sobre el mercado de dinero y la incertidumbre que conllevan los vencimientos cortos. Fue a partir de 1928 cuando la atención se centró más sobre el tipo de cambio de la peseta, debido a la favorable evolución que estaba sufriendo la peseta.

 Esta evolución positiva fue debida a las expectativas de revalorización generadas por una creciente confianza en la situación política, económica y financiera de España, además de la mejora temporal de la balanza comercial debido al aumento de las exportaciones de vino y naranja y de la caída del precio de varios productos de importación. Como ya hemos señalado, en el periodo anterior de la política de Calvo Sotelo, se había dejado que la peseta se revaluase, hasta que en 1927 nuestra moneda comenzó a sufrir una lenta pero continuada depreciación, por lo tanto fue en 1928 cuando las autoridades se enfrentaron al problema de la caída de la cotización en el exterior de la moneda.

 Ante las opciones que tenía Calvo Sotelo, y sabedor de ellas, sin embargo decidió no hacer nada y aplazar cualquier decisión sobre el tema, cuando para muchos autores resultaba obvio que con la depreciación de la peseta, ésta se iba a consolidar. El ministro sin embargo confió en una revaluación natural, aunque nada en España justificaba ese animado punto de vista, pues los precios en el mercado mundial mostraban una persistencia a la baja, además, ya en 1928 se comenzaba a n otra el desgaste político de la dictadura. Esa revalorización natural que Calvo Sotelo esperaba no llegó a producirse, sino todo lo contrario, pues la depreciación de la peseta se acentuó, por lo tanto, en 1928 la moneda española comenzó a recibir apoyo oficial en el mercado de divisas hasta enero de 1929, cuando se dio por terminada la primera fase de apoyo oficial. 

Hubo más tarde una segunda, que tampoco solucionó el problema que se estaba viviendo. Debido a estas situaciones, no fue hasta finales de 1928 cuando el ministro de Hacienda decidió adoptar una política monetaria deflacionista. Calvo Sotelo dimitió en 1929, y Primo de Rivera reconoció que la intervención había sido un fracaso y un error, por lo que la dictadura finalizó sus días sin haber logrado estabilizar los cambios.

EL FINAL DE LA DICTADURA: CAUSAS

Mientras duró la relativa prosperidad económica, la Dictadura se mantuvo sin demasiadas dificultades, pero al terminar aquella perdió rápidamente la fácil popularidad que había conquistado. Al ver que se había quedado claramente sin apoyo alguno, que incluso la burguesía (antes esperanzada con él) se manifestaba en su contra, preguntó a los altos oficiales del ejército si estaban dispuestos a que siguiera en el poder, y al comprobar que no le sostenían, presentó la dimisión en enero de 1930. Durante los meses que siguieron, el rey experimentó con diversos gabinetes militares. El general Berenguer fue el encargado de sustituirle, pero el prometido retorno a la normalidad constitucional se llevaba tan lentamente que la oposición y la opinión pública mostraron su descontento hacia lo que irónicamente se llamaba "dictablanda".
En el verano de 1930, se firmó un pacto entre varios políticos e intelectuales republicanos, socialistas, defensores del nacionalismo catalán y constituyeron el movimiento al servicio de la República.

En 1930 - El general presentó su dimisión al Rey Alfonso XIII, finalizando así su dictadura


Primo de Rivera, en 1926, ABC 

La oposición de una parte del Ejército, que se manifestó en: La Sanjuanada (1926)

Intento fracasado de rebelión dirigido por el general Aguilera y algún político liberal. Pronunciamiento militar de 1929: nuevo intento de insurrección, esta vez organizado por políticos conservadores y oficiales del cuerpo de artillería de Ciudad Real y Valencia. Paulatino deterioro de la situación política y social: Aumento del endeudamiento del Estado. Recrudecimiento de los conflictos sociales ante los inicios de la crisis económica mundial. Desconfianza de algunos medios empresariales ante el intervencionismo estatal en economía. Fuerte crecimiento de la oposición: Republicanos, demócratas, socialistas, anarquistas, comunistas, nacionalistas catalanes y vascos. Oposición de los intelectuales (Unamuno, Valle-Inclán, Ortega y Gasset, Blasco Ibáñez) y de la universidad. Además: Imposibilidad de consolidar el futuro del régimen. Intento frustrado de crear un proyecto de nueva Cosntitución. Distanciamiento y pérdida de confianza del rey. Cansancio del propio dictador: estaba enfermo y murió dos meses después de su marcha en París.


INTERPRETACIONES DE LA DICTADURA


Primo de Rivera asestó el golpe definitivo al sistema parlamen tario en el momento en que se operaba la transición de la oligarquía a la democracia. El hecho de que por primera vez se hubiera creado una comisión parlamentaria para buscar responsabilidades (“informe Picasso”) era un síntoma del cambio del sistema, y el golpe y el apoyo que recibió del rey, lo frustó.
La Dictadura acabó con un “cuerpo enfermo” 

La Dictadura vino a poner fin a un sistema que durante décadas había mostrado su incapacidad e ineficacia para dar soluciones a todos los problemas políticos, sociales y militares que arrastraba el país, y que no hicieron más que agravarse y enquistarse durante el reinado de Alfonso XIII.
La Dictadura, en cambio, trajo profundas transformaciones políticas, sociales y económicas que hicieron que la situación del país mejorase en un contexto de crecimiento internacional.

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