NOVEDADES:
EFEMÉRIDES: 27 DE ABRIL
La conquista musulmana de la península ibérica
¡Ay, triste!
¿Y aún te tiene
¿Y aún te tiene
el mal dulce regazo? ¿Ni llamado
al mal que sobreviene,
no acorres? ¿Ocupado,
no ves ya el puerto a Hércules sagrado?
Acude, acorre, vuela,
traspasa la alta sierra, ocupa el llano;
no perdones la espuela,
no des paz a la mano,
menea fulminando el hierro insano.»
¡Ay, cuánto de fatiga,
ay, cuánto de sudor está presente
al que viste loriga,
al infante valiente,
a hombres y a caballos juntamente!
Y tú, Betis divino,
de sangre ajena y tuya amancillado,
darás al mar vecino
¡cuánto yelmo quebrado,
cuánto cuerpo de nobles destrozado!
El furibundo Marte
cinco luces las haces desordena,
igual a cada parte;
la sexta, ¡ay!, te condena,
¡oh, cara patria!, a bárbara cadena.
Fray Luis nos cuenta la batalla de esta manera
Las tesis tradicionales están ya ampliamente superadas. Estas se basaban en la conjura de judíos y witizanos o en la venganza del Conde D. Julián, gobernador de Ceuta, al ser su hija deshonrada por D. Rodrigo. Así la conquista musulmana de la Península Ibérica hay que enmarcarla en dos hechos fundamentales:
La penetración del poder musulmán en la P. Ibérica tiene lugar en el contexto de guerra civil entre los witizanos y D. Rodrigo (candidato apoyado por la nobleza), por un lado y dentro del contexto de la expansión del Islam en aquellos momentos, por otro, siendo un acontecimiento más de la misma.
El problema esencial al parecer radicaba en el carácter no hereditario de la monarquía, lo cual, sumado a una serie de problemas económicos y sociales, habían llevado a la nobleza visigoda a mantener un estado permanente de lucha.
Ese era el panorama de la península ibérica a principios del siglo VIII.
Ahora bien, a todo lo anterior, falta, además, sumar un último elemento, que será el que pondrá en forma definitiva a los musulmanes en las tierras hispanas.
Hacia fines del siglo VII los herederos pretendientes al trono comenzaron a volver sus ojos a poderes externos, con el fin e realizar sus ambiciones. Atanagildo llamó a los bizantinos en su ayuda, Sisenando acudió a los francos, Froya a los vascos y finalmente en el año 711 Akhila y sus hermanos, pidieron ayuda a los musulmanes del norte de África para luchar contra el rey Rodrigo. Este hecho facilitó las cosas a los musulmanes, quienes instalados en las costas de África, ya habían puesto en España su próximo objetivo.
Comienza la invasión
En 711 las tropas de Tarik, lugarteniente de Muza, (gobernador de Ifriquiya) cruzan el estrecho y aprovechando la ausencia de D. Rodrigo que estaba en el norte en una campaña contra los vascones, inicia la penetración sin resistencia de la población de Andalucía.
Al otro lado del estrecho, le aguardaba un mundo en descomposición. Las intrigas políticas del Reino Visigodo le estaban ahogando en luchas intestinas que enfrentaban a las facciones con el fin de apoderarse del poder.
«En (…) el año 710 posiblemente llegaron a Ceuta (territorio musulmán) la viuda e hijos de Witiza en busca de ayuda para recuperar el trono»
Al parecer, los descendientes de Witiza, obsesionados como estaban por conseguir el trono de «Hispania» -el que consideraban suyo por derecho-, no tuvieron reparos en pedir ayuda a los musulmanes.
No sería este el caso de los musulmanes que, sabedores de la debilidad cristiana, vieron en esta lucha interna un momento perfecto para invadir la Península Ibérica. Así, Musa ben Nusayr -gobernador musulmán de Ifriqiya (Túnez)-, decidió que era el momento de hacerse con las riquezas de Hispania, empresa que encargó a un ejército de 11.000 bereberes al mando de Tariq, uno de sus más reconocidos generales.
El general Tariq
Para hacerles frent el recién coronado Don Rodrigo partió a marchas forzadas hasta Cádiz, lugar en el que plantaría batalla junto al río Guadalete al mando de una inmensa hueste de soldados visigodos.
«Don Rodrigo llegó a Córdoba y allí concentró su ejército para la expedición bélica. Se cree que llevaba 40.000 hombres (…) y que tomó la vía romana Córdoba-Écija-Cádiz, mientras que Tariq avanzaba por la de Algeciras-Sevilla (…). El 19 de Julio se encontraron cerca de las ruinas de la ciudad de Lacea, en el Wadi-Lakka musulmán que nosotros llamamos el río Guadalete»
Sin embargo, y en contra de lo que pueda parecer a primera vista, el bando cristiano no contaba ni mucho menos con una ventaja abrumadora. El ejército musulmán estaba formado por soldados profesionales, mientras que el godo estaba constituido en gran parte por esclavos forzados a combatir. No había pues ventaja para ninguno de los dos bandos»
A su vez, lo que finalmente decantó la balanza en la batalla fue la traición de los dos oficiales que manejaban los flancos del ejército de Don Rodrigo,
«Encontráronse Rodrigo y Tariq (…) en un lugar llamado el lago, y pelearon encarnizadamente; más las alas derechas e izquierdas, al mando de Sisberto y Obba, hijos de Gaitixa (Witiza), dieron a huir, y aunque el centro resistió algún tanto, al cabo Rodrigo fue también derrotado y los musulmanes hicieron una gran matanza».
«Encontráronse Rodrigo y Tariq (…) en un lugar llamado el lago, y pelearon encarnizadamente; más las alas derechas e izquierdas, al mando de Sisberto y Obba, hijos de Gaitixa (Witiza), dieron a huir, y aunque el centro resistió algún tanto, al cabo Rodrigo fue también derrotado y los musulmanes hicieron una gran matanza».
«Colección de tradiciones: Crónica anónima del S.XI».
Tras la gran derrota, nunca se volvió a saber el paradero de Don Rodrigo. Muchos afirman que huyó para morir poco tiempo después de sus heridas, mientras que algunos historiadores musulmanes determinan que falleció en un combate singular contra Tariq, quien acabó con él de un lanzazo
Independientemente del destino del rey, lo que es indiscutible es que, tras su derrota, no quedó nadie para hacer frente al ejército bereber
Esto corrobora los pactos con los witizanos y el apoyo de la población judía. Derrotado y muerto D. Rodrigo en Guadalete, llegan hasta Toledo que les abre las puertas (allí estaba Oppas. el hermano de Witiza)
El combate duró una semana y terminó el 26 de julio con la derrota y muerte de Rodrigo.
En 712 se inicia la conquista sistemática: Muza pasa a Hispania con más contingentes y va tomando las principales ciudades Sevilla, Carmona, Mérida, Toledo, Zaragoza, Pamplona, donde llegaron en el 714 . Tariq y Muza en ese año se dirigieron hacia Damasco para dar cuenta de su actuación y al frente del gobierno quedaba Abd-al-Malik que aumentó las conquistas peninsulares hasta Barcelona, 718.
HIS-ESP-MEDIEVAL-al-andalus
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