"El general Novaliches
en Córdoba quiso entrar
y en el puente de Alcolea
le volaron las «quijás»"
(Coplilla)
Como consecuencia de la derrota de las fuerzas isabelinas, el 29 de septiembre de 1868, un telegrama enviado desde Madrid a San Sebastián era recibido por la Reina Isabel II. En dicho mensaje enviado por el entonces Jefe de Gobierno, el general Gutiérrez de la Concha, se informaba a la reina del desastre de Alcolea y de la inconveniencia de su presencia en Madrid. Un lacónico: “-qué no venga. Ya no hay remedio” fue el texto que precipitó la huida de la Reina dos días después, el 30 de septiembre, partió desde San Sebastián, La reina para el exilio francés ,Con el destierro de Isabel II,acaba su reinado. Se inauguró así en Alcolea el Sexenio Revolucionario, una etapa política convulsa e inestable, durante la que los españoles ensayamos nuestro primer proyecto de democracia y republicanismo.
La Época Isabelina, desde su mayoría de edad, pone fin a la Regencia de Espartero (1840-1843), e inaugura la Década moderada (1844-1854) regida por la Constitución de 1845. Inmediatamente después, desde 1854 hasta 1856, se asistió a lo que se ha llamado Bienio progresista que desembocó en los años de la Unión Liberal (1856-1868) bajo el gobierno del general O'Donnell, que se mantuvo en el poder desde el 30 de junio de 1858 hasta el 2 de marzo de 1863. Durante estos años, la persistencia y surgimiento de problemas económicos y sociales dificultó la labor gubernamental y, al tiempo, provocó un gran desgaste en el partido progresista que terminó por hacer imposible su continuidad en el poder.La sublevación de 1868 fue preparada por las juntas revolucionarias, constituidas por políticos demócratas y progresistas. Los otros dos cargos importantes que se encontraban al frente de la sublevación eran los generales Prim y el general Serrano, duque De la Torre, los cuales exigían en un manifiesto a la reina Isabel II una reforma constitucional.
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