ALFONSO XIII. SOCIEDAD Y ECONOMÍA
INTRODUCCIÓN
I. LA ESTRUCTURA SOCIAL ESPAÑOLA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
2. LA ESTRUCTURA ECONÓMICA Y LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES:
Primer período (1900–1914)
Segundo período (1914–1922). Los Idóneos y la I Guerra Mundial
Tercer período: La crisis de 1920–1922. La política proteccionista
I INTRODUCCIÓN
En los primeros gobiernos del reinado de Alfonso XIII, tanto liberales como conservadores, intentaron una renovación del sistema canovista, pero sus reformas no fueron suficientes para impedir que el sistema se fuera hundiendo poco a poco. La I Guerra Mundial abrió una nueva fase: la neutralidad le permitió a España un salto cualitativo en su proceso de industrialización y desarrollo económico. Pero el incremento de las exportaciones solo benefició a unos pocos, mientras la mayor parte de la población sufría la carestía y el aumento de los precios. El descontento social desencadenó la Huelga General de 1917. A partir de entonces se produjo la descomposición definitiva del sistema canovista: a la inoperancia de los gobiernos ese unieron la conflictividad social del llamado Trienio Bolchevique y el desastre militar de la Guerra de Marruecos. Todo ello facilitó la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
1. LA ESTRUCTURA SOCIAL ESPAÑOLA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO
Los rasgos esenciales de la estructura social española en el primer tercio de siglo XX son:
1. Desde el punto de vista DEMOGRÁFICO, España pasa de 18’5 millones en 1900 a 23’5 millones, en 1930. Ello a pesar de que en las décadas de 1910–1920, España se vio afectada por la epidemia de gripe de 1918 y la Guerra de Marruecos que causaron cerca de 50.000 muertos. A ello se une la oleada migratoria de 1904–1912, hacia Latinoamérica y Francia que afectó a más de 100.000 españoles anualmente, en especial gallegos, canarios y levantinos.
–Tras la I Guerra Mundial se completó la Transición Demográfica española (con casi un siglo de retraso respecto a los países más avanzados de Europa), con tasas de natalidad inferiores al 30 ‰ y tasas de mortalidad inferiores al 15‰, gracias, sobre todo, al descenso de la mortalidad infantil que pasa del 12% en 1900 al 5% en 1930. Como consecuencia, la esperanza de vida pasó de 29’1 a 50 años, gracias a los progresos en las condiciones higiénicas y en la mejora de la dieta alimenticia.
2. Aumento espectacular de la población urbana, que pasa del 17% (en 1900) al 43% (en 1930), frente al 76’5 % actual: Madrid y Barcelona superan el millón de habitantes en 1930, seguidas por Valencia (325.000), Zaragoza (175.000), Bilbao (160.000), Sevilla y Málaga (150.000). Pese a todo el 60% de los españoles siguen viviendo en núcleos de menos de 10.000 habitantes.
3. LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES. Pese al avance industrial, España seguía siendo un país fundamentalmente agrario y se mantienen importantes desequilibrios regionales entre los núcleos industriales del norte y la España rural.
a) La España rural (Andalucía, Extremadura, Castilla, Canarias, Galicia, Castilla–La Mancha ) tenían un PIB/habitante en torno al 20–30% inferior a la media nacional. Fueron el origen de numerosas tensiones políticas y sociales de la época. En Andalucía y Extremadura se mantiene la agricultura cerealista, el olivar y la vid en latifundios de extensiones superiores a las 100 Has. En las Dos Castillas y Aragón, dominan los cereales y el olivar, con propiedades de superficie mediana. En Galicia y Asturias sigue dominando la ganadería y sus productos derivados, con una estructura de propiedad basada en el minifundismo.
b) Los núcleos industriales del norte (Cataluña, País Vasco y Madrid) reunían a 1/5 de la población española, la mayor parte de las industrias y un PIB /habitante muy superior a la media nacional.
–Cataluña era la primera zona industrial de España y concentraba el 90% de la industria textil. En torno a esta industria fueron creciendo las de alimentación, cuero, madera, químicas y construcción. También destacó la construcción ferroviaria (La Maquinista terrestre y marítima» de Barcelona).
–El País Vasco monopoliza la industria siderúrgica (Altos Hornos de Vizcaya) y de construcción naval (Compañía Euskalduna» y «Sociedad Española de Construcción naval»), sectores además muy protegidos por el Estado mediante los aranceles de 1890, 1906 y 1922.
–Madrid no era inicialmente una ciudad industrial, pero era la sede de la corte y lugar de residencia de funcionarios, políticos y escritores. Ahora se convierte en sede central de los principales bancos (Hispano–Americano, Español de Crédito) y de importantes empresas del país.
–Otras regiones industriales de menor peso fueron:
–Galicia, donde se impulsa la industria conservera desde 1880 con gran auge a partir de 1920.
–Asturias, con empresas de cemento Portland y de abonos (Cros S.A)
–Zaragoza a la fabricación de locomotoras y coches de viajeros (como Casa Cardé).
–Valencia, con empresas siderúrgicas como «Altos Hornos del Mediterráneo» (Sagunto).
4. Un cambio profundo en la estructura de la población activa caracterizado por la fuerte reducción del sector primario que pasa del 66% (en 1870) al 45% (en 1930) y el aumento de la mano de obra industrial con un dato significativo: en 1930 el salario de un obrero español solo le permitía adquirir la mitad de la ración alimenticia de un obrero inglés.
–Aumento de poder de la burguesía industrial y comercial. Muchos burgueses colaboran con el régimen. Por contra, la burguesía catalana y vasca solía militar en partidos nacionalistas que se oponían al sistema político del turnismo.
–El proletariado industrial (trabajadores de modernas fábricas industriales, mineros y empleados del ferrocarril) vivía en condiciones muy duras: salarios insuficientes, jornadas laborales de 12 a 14 horas en fábricas oscuras y mal ventiladas, viviendas hacinadas en barrios de chabolas, carentes a menudo de servicios de alumbrado, limpieza y alcantarillado. Mientras que los empresarios y los trabajadores cualificados ven aumentar sus ingresos, los jornaleros y los trabajadores no cualificados perdieron capacidad adquisitiva debido a una oferta de trabajo superior a la demanda. Además, los alimentos tenían precios muchos mayores que los del mercado internacional. Por ello, la renta disponible para demandar productos manufacturados fue menor.
Estas profundas desigualdades sociales darán lugar a fenómenos de agitación social y serán un campo abonado para el reforzamiento de los sindicatos obreros:
a) La U.G .T. pasó de 15.000 afiliados (1899) a 240.000 en 1921, gracias a su adscripción moderada en la lucha sindical. Se extendió por las grandes regiones industriales: Madrid y País Vasco y en menor medida la minería asturiana. En el IX Congreso del PSOE (1912) se redacta su «Programa mínimos» que defendía:
–Semana laboral de 48 horas.
–Salario mínimo legal (lo que hoy se llama salario mínimo interprofesional).
–Salario idéntico para hombres y mujeres de la misma categoría.
–Reforma agraria: Todas las tierras que no estuviesen trabajadas por sus propietarios debía convertirse en propiedad pública.
b) La C.N .T fundada en el Congreso de Barcelona de 1910, trata de integrar a todas las sociedades y sindicatos no adheridos a la U.G .T. y extenderse a toda España. Defienden la necesidad de huelgas y boicots hasta derivar en una Huelga general revolucionaria que acabará de derribar al capitalismo y sus formas de explotación y opresión. Llegó al millón de afiliados en 1920 y tuvo un enorme desarrollo en el medio rural: Andalucía, Valencia y Cataluña.
La presión sindical logró al menos extraer algunas leyes de carácter social a los gobiernos de las Restauración:
–En 1903 se creó el Instituto de Reformas Sociales con la misión de preparar las leyes laborales, basadas en la armonización de los intereses de patronos y obreros. Además, publicó estadísticas sobre el coste de la vida, el mercado de trabajo, las jornadas y salarios y las huelgas.
–En 1904 se acordó el descanso dominical.
–En 1908 se crean Tribunales para dirimir los conflictos laborales
–En 1909 se aprobó una nueva ley de huelgas y se creó el Instituto Nacional de Previsión, que inició la gestión de las primeras pensiones de jubilación de la historia de España. En 1919 se creó el primer seguro social de carácter obligatorio, el llamado «Retiro obrero» y en 1929 el de maternidad. Por tanto se trata del precedente del actual INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social ):
–En 1912, se prohibió el trabajo nocturno de la mujer
–En 1919, se estableció la jornada laboral de 8 horas.
PARA SABER MÁS. VER:
HIS-ESP-XX-sociedad
VEMOS CINE
La verdad sobre el caso Savolta
Este es el contexto histórico en el que se ambienta esta película.
PARA SABER MÁS, VER:
CINE-HIS-ESPAÑA-XX
PARA SABER MÁS. VER:
HIS-ESP-XX-sociedad
"La Época". Imagen cedida por alumno de 2º Bachiller Ies Averroes, Jose Peña Valderrabanos
Diario vespertino fundado por Diego Coello y Quesada (182-1897) el uno de abril de 1849, a principios del siglo veinte será ya el decano de la prensa diaria política madrileña, extinguiéndose su vida a escasos días del golpe de Estado de julio de 1936. Será el diario por antonomasia de la monarquía, que se convertirá en prototipo de periódico aristocrático y conservador. Nace, desde una posición moderada, como reacción al semiabsolutismo del ministerio de Juan Bravo Murillo. Evoluciona a una oposición centrista y saluda alborozado el triunfo de 1854 del general Francisco Serrano, pero se mostrará contrario al bienio esparterista. Antonio Cánovas del Castillo lo ganará para la causa alfonsina, convirtiéndose en el estandarte periodístico de la Restauración
Diario vespertino fundado por Diego Coello y Quesada (182-1897) el uno de abril de 1849, a principios del siglo veinte será ya el decano de la prensa diaria política madrileña, extinguiéndose su vida a escasos días del golpe de Estado de julio de 1936. Será el diario por antonomasia de la monarquía, que se convertirá en prototipo de periódico aristocrático y conservador. Nace, desde una posición moderada, como reacción al semiabsolutismo del ministerio de Juan Bravo Murillo. Evoluciona a una oposición centrista y saluda alborozado el triunfo de 1854 del general Francisco Serrano, pero se mostrará contrario al bienio esparterista. Antonio Cánovas del Castillo lo ganará para la causa alfonsina, convirtiéndose en el estandarte periodístico de la Restauración
VEMOS CINE
La verdad sobre el caso Savolta
Este es el contexto histórico en el que se ambienta esta película.
Relata los hechos relacionados con el deterioro del nivel de vida a
raíz de la inflación. Esta inflación, como sabemos, fue la consecuencia
de la política de neutralidad adoptada por los diferentes gobiernos de
Alfonso XIII frente a la I Guerra Mundial. Como
recordaremos, la neutralidad que se adoptó generó un importante
incremento de la demanda de los productos españoles, en el mercado
internacional. Como consecuencia, subieron muchísimo del beneficios de
las empresas, pero, como no subieron en igual medida los salarios, la
capacidad adquisitiva de los trabajadores se vio seriamente mermada. A
raíz de ello, los diferentes gobiernos plantearon medidas tendentes a
equilibra, en la medida de lo posible, la brecha soacial que se estaba
abriendo entre los obreros y los empresarios. Intentos como los
impuestos ideados por Bugallal, o Santiago Alba, quedaron en nada.
como
consecuencia, los obreros reaccionaron con huelgas y protestas (la
Huelga General de 1917, o la de la Canadiense de 1919, así como todo lo
que ocurrió durante el Trienio Bolchevique, es buena prueba de
ello), y los gobiernos centrales, así como las medidas del general
Martínez Anido, gobernador militar de Barcelona, fueron su respuesta.
PARA SABER MÁS, VER:
CINE-HIS-ESPAÑA-XX
2.
Entre 1900 y 1930, España experimentó un importante desarrollo de la industria. Entre 1900 y 1923 podemos distinguir tres períodos diferenciados:
Primer período (1900–1914)
En el que se asiste a una lenta recuperación tras la Crisis del 98 y a la diversificación industrial, cuyos principales jalones son:
1. En las primeras décadas del siglo XX se crea la red bancaria actual:
–Banco Hispano Americano (1901), fundado con capitales españoles repatriados de América tras el desastre de 1898: Su finalidad fue desarrollar el comercio con Hispanoamérica y compró acciones de varios bancos americanos (Banco de La Habana , Banco de México).
–Banco de Vizcaya (1901) que será accionista de compañías ferroviarias (Norte, MZA) y eléctricas.
–Banco Español de Crédito (actual Banesto 1902), continuación del Crédito Mobiliario español, de los Pereyre con nuevos accionistas españoles como Fernández Villaverde.
–Banco Atlántico (1901).
2. Crecimiento de la industria siderúrgica. En 1902 se asiste a la fusión de las empresas La Vizcaya y Altos Hornos de Bilbao que dan lugar a Altos Hornos de Vizcaya, que será durante muchos años la empresa siderúrgica más importante de España. Hacia 1914, la siderurgia vasca producía el 50% del hierro y el acero español, y el 50% de los buques.
3. Desarrollo de la industria naval, a partir de la Ley de Escuadra de 1887, por la cual el estado compraría buques de guerra a nuevas empresas españolas. Así, nace «Astilleros del Nervión» (1888). A principios del XX surgen nuevos gigantes del sector: «la Compañía Euskalduna » (1900) o la «Sociedad Española de Construcción naval» (1908) con astilleros en Bilbao y Sestao, que obtuvieron enormes beneficios durante la I Guerra Mundial, lo que les permitió aumentar sus instalaciones y su producción.
4. La industria eléctrica española. Nace en la década de 1880 con empresas como la Compañía Madrileña de electricidad (1880), «Sevillana de Electricidad» (1894), o la «Sociedad Hidroeléctrica Ibérica» (1901, actual Iberduero). Estas empresas pioneras permitieron el alumbrado eléctrico de las ciudades y del mundo rural desde fines del XIX y principios del XX. Desde 1914, la electricidad se aplica no solo a la iluminación sino también a las industrias. Aparecen compañías extranjeras como «La Canadiense » de Barcelona que facilitaron la mejora en conocimiento técnicos y la cualificación del personal que trabajaba en ellas.
6. También a fines del XIX, se desarrollan empresas de fabricación de explosivos (destinados a la minería, las obras públicas y el ejército) y productos químicos relacionados con ellos: «La Sociedad española de dinamita» (1872. Galdácano) con capital francés y patente de Alfred Nobel y «Unión Española de Explosivos» (1896).
7. Desarrollo de las industrias papeleras. A fines del S. XIX ya había cerca de 100 empresas papeleras, sobre todo en Guipúzcoa. En 1902 se fusionan muchas de ellas y crean el trust «Papelera española», líder del sector.
Segundo período (1914–1922). Los Idóneos y la I Guerra Mundial
Durante el Gobierno conservador de Eduardo Dato (1913–1916) estalló la I Guerra Mundial. Dato optó por la neutralidad frente a la tesis de los intervencionistas.
Según Jordi Nadal, la I Guerra Mundial dio el empujón definitivo a la industrialización española debido a dos causas: la necesidad de autoabastecerse de productos industriales que antes eran importados, y la facilidad para exportar a los países beligerantes y a otros estados neutrales (especialmente de América Latina). Los resultados fueron espectaculares:
–La balanza comercial pasa a tener un saldo positivo de unos 200 a 500 millones de pesetas anuales (frente al déficit crónico del siglo XIX) debido al auge de las exportaciones de tejidos de lana, metales, cueros, calzados y productos químicos.
–Desarrollo de la minería de carbón asturiana y del hierro vasco. Tras la Ley minera de 1914 y las Bases de Cambó de 1918 se otorgan nuevas concesiones sólo a españoles y se limita la exportación de minerales al extranjero.
–Desarrollo de la siderurgia. En 1919 se creó «Altos Hornos del Mediterráneo» en Sagunto (Valencia), cuya producción llevó a la siderurgia española a sus cotas más elevadas en vísperas de la crisis mundial de 1929. La producción siderúrgica de 1929 no fue superada hasta la década de 1950 con la creación por parte del INI de una nueva planta siderúrgica: ENSIDESA, en Asturias.
–Desarrollo de compañías navieras que se benefician del bloqueo alemán. Entre 1918 y 1920 se crean 56 nuevas empresas de este tipo.
–Creación de nuevos bancos (Banco Central y el Urquijo) que junto a los anteriores pasan a financiar la industria nacional, en detrimento del capital extranjero.
–Desarrollo espectacular de la industria Textil, sobre todo catalana, gracias a la exportación de mantas de lana para los ejércitos beligerantes y venta de textiles a América de Sur. El textil catalán pasó de 300 a 1900 millones de Tm. entre 1913 y 1915.
- A través de la Ley ferroviaria de Cambó de 1918 y la política ferroviaria de la Dictadura de Primo de Rivera, el estado se encargó de la compra de todas las locomotoras y vagones, dando prioridad a los fabricantes españoles
Pero la guerra no fue aprovechada de forma total para desarrollar nuestra industria, muy atrasada. Además se produce un aumento de precios sin precedentes (los productos de primera necesidad se duplicaron entre 1914 y 1919) que no se correspondió con el de salarios. Ello provocará la Huelga General de 1917, promovida por la CNT y la UGT de manera conjunta y que tuvo el acicate del triunfo de la Revolución rusa de 1917
Tercer período: La crisis de 1920–1922. La política proteccionista
Tras el fin de la Guerra Mundial la economía española entra en crisis debido a:
–Superproducción de la industria española, que choca con la bajada espectacular de las exportaciones ya que cada país se refugia en una política autárquica.
–El aumento de los precios al consumo que perjudicó a las clases más desfavorecidas. El alza más espectacular se produce en 1917 y está en la base de la Huelga Revolucionaria de ese año y en los movimientos sociales de la Campiña cordobesa en el llamado Trienio Bolchevique (1919–1921).
Como conclusión final, muchos economistas hablan de Ocasión perdida ya que no se mejoraron las estructuras productivas. Para solucionar esta crisis, el Gobierno adopta medidas proteccionistas ante la presión de la burguesía industrial vasca y catalana. Cambó, ministro de Hacienda del gobierno de Maura, creó el arancel proteccionista de 1922, que aumentó la protección arancelaria para contrarrestar la crisis que siguió a la I Guerra Mundial. Sin embargo, esta política proteccionista de Cambó fue desmontada por Santiago Alba en 1923.
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