El Gobierno de la República,
Santiago Casares Quiroga, celebró su acostumbrada reunión el viernes, 10 de julio de 1936.
Santiago Casares Quiroga, celebró su acostumbrada reunión el viernes, 10 de julio de 1936.
El ministro de Comunicaciones y Marina Mercante, Bernardo Giner de los Ríos, entregó al presidente unas notas con abundante documentación sobre las conversaciones captadas por la policía entre los militares que conspiraban contra la República. La sublevación militar, dijo el presidente a los reunidos, puede ser inmediata, quizás mañana o pasado. Se quedaron todos perplejos ante la noticia, más aún cuando Casares les informó de las largas horas de meditación que el presidente de la República, Manuel Azaña, y él mismo habían dedicado al seguimiento de la conspiración. Azaña y Casares decidieron, ante esos informes, que solo existían dos opciones: abortar el movimiento ordenando la detención inmediata de todos los implicados o esperar que la conspiración estallase para yugularla y destrozar de una vez la amenaza constante que desde su nacimiento venía pesando sobre la República. Optaron por la segunda.
Había terminado la espera, los rebeldes habían salido a la calle y se habían hecho rápidamente con el control de la situación, pero el Gobierno, sin saber qué hacer, se limitó a publicar en la mañana del 18 un comunicado en el que daba ya la sedición por sofocada
El viernes, 17 de julio, Santiago Casares informó al Consejo de Ministros de que la rebelión, tan esperada por todos, había triunfado en Melilla y que era de temer su triunfo en el resto de las plazas de África. .
Por la tarde, Casares convocó a consulta en consejillo a los ministros, al presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, y a los dirigentes de las dos facciones en las que había quedado dividido y bloqueado el partido socialista, Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto.
La rebelión, mientras tanto, se había extendido por la península, sin que los comunicados sobre su control ni el decreto licenciando a las tropas de las guarniciones sublevadas hubieran servido más que para confundir en unos casos y paralizar en otros a los gobernadores civiles, que trataban de contenerla por medio de las escasas fuerzas de orden público y de militares leales bajo sus órdenes.
El mismo 18 de julio, Casares Quiroga dimitió e inmediatamente se formó un nuevo Gobierno presidido por Martínez Barrio,
El viernes, 17 de julio, Santiago Casares informó al Consejo de Ministros de que la rebelión, tan esperada por todos, había triunfado en Melilla y que era de temer su triunfo en el resto de las plazas de África. .
Por la tarde, Casares convocó a consulta en consejillo a los ministros, al presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, y a los dirigentes de las dos facciones en las que había quedado dividido y bloqueado el partido socialista, Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto.
La rebelión, mientras tanto, se había extendido por la península, sin que los comunicados sobre su control ni el decreto licenciando a las tropas de las guarniciones sublevadas hubieran servido más que para confundir en unos casos y paralizar en otros a los gobernadores civiles, que trataban de contenerla por medio de las escasas fuerzas de orden público y de militares leales bajo sus órdenes.
El mismo 18 de julio, Casares Quiroga dimitió e inmediatamente se formó un nuevo Gobierno presidido por Martínez Barrio,
Manuel Azaña, ante la dimisión de Santiago Casares, trató de formar un Gobierno de “unidad nacional”, desde Miguel Maura por la derecha a Indalecio Prieto por la izquierda, presidido por Martínez Barrio, con suficiente autoridad para negociar con los cabecillas de la rebelión.
Maura rechazó la oferta y Prieto consultó con su partido, que le volvió a negar su autorización.
que intentó entablar negociaciones con Mola
Martínez Barrio siguió adelante, solo para recibir de los rebeldes la respuesta de que era tarde, muy tarde, y ser acusado de traición por los leales en una multitudinaria manifestación que exigía su dimisión en la mañana del domingo 19.
se opuso a entregar armas a los obreros, como pretendían socialistas y anarquistas, ante el temor de que se produjera una revolución proletaria desde el interior de la República.
Cuando Mola rechazó la negociación, las presiones socialistas aumentaron y el gobierno, que se había formado cuando se encendían los faroles de Madrid ese 18 de julio, dimitió
Dimitió pues, a las seis horas de formar su Gobierno, dejando en manos de Manuel Azaña la dramática decisión de distribuir armas a grupos ya armados o renunciar a la máxima magistratura de la República.
El nuevo Gobierno de la República lo presidió José Giral, que fue quien realmente tomó las primeras medidas para transformar la labor ordinaria de gobierno y hacer frente a la guerra; las más importantes de estas medidas fueron la transformación de la Guardia Civil en Guardia Nacional Republicana y la incautación de las industrias y tierras abandonadas por sus dueños.
La marcha de la guerra fue muy negativa para la causa republicana; el avance de las tropas nacionales sobre Madrid hizo que Giral renunciara a sus poderes en septiembre.
Se formó un nuevo gabinete de concentración con mayoría socialista, al frente del cual se situó el líder socialista Largo Caballero, que transformó radicalmente el modo de llevar la guerra, lo que abrió una lucha interna en el bando republicano
Largo alimentó su fama de Lenin español con la decisión de levantar en muy corto espacio de tiempo un ejército republicano al estilo del Ejército Rojo, formado de la nada por los bolcheviques para defender la Revolución en la guerra civil contra los Ejércitos Blancos. Para ello, Largo pretendía basar la fuerza del ejército republicano en la alianza de los sindicatos UGT y CNT, como únicas fuerzas capaces de movilizar a las clases trabajadoras en favor de la República.
Frente a esta idea se encontraba buena parte del Partido Socialista y, sobre todo, el Partido Comunista, fuerza minúscula al comienzo de la guerra pero con una gran capacidad de dirección en la guerra y con la fuerza que le otorgaba ser el receptor directo de la ayuda en material militar que llegaba procedente de la URSS. Ambas fuerzas pretendían concentrar todo el poder en el estado -y los partidos políticos que lo sostenían-, arrebatando el control de la contienda a los sindicatos.
Le sustituyó al frente del Gobierno el también socialista Negrín, y tomó la cartera de Defensa Prieto; inmediatamente, no sólo se ilegalizó el POUM, sino también se exigió a la CNT que integrara en la disciplina militar a sus tropas. El gobierno Negrín trató de cambiar la dirección política y económica de la República beligerante, lo que se materializó en una disminución del peso de los sindicatos y su práctica revolucionaria y un aumento de la presencia de los partidos políticos, en especial del socialista, pero cada vez más del comunista.
Una mujer cuida a un bebé durante un discurso político cerca de Badajoz, Extremadura. Mayo de 1936. DAVID SEYMOUR/MAGNUM
ESQUEMAMaura rechazó la oferta y Prieto consultó con su partido, que le volvió a negar su autorización.
que intentó entablar negociaciones con Mola
Martínez Barrio siguió adelante, solo para recibir de los rebeldes la respuesta de que era tarde, muy tarde, y ser acusado de traición por los leales en una multitudinaria manifestación que exigía su dimisión en la mañana del domingo 19.
se opuso a entregar armas a los obreros, como pretendían socialistas y anarquistas, ante el temor de que se produjera una revolución proletaria desde el interior de la República.
Cuando Mola rechazó la negociación, las presiones socialistas aumentaron y el gobierno, que se había formado cuando se encendían los faroles de Madrid ese 18 de julio, dimitió
Dimitió pues, a las seis horas de formar su Gobierno, dejando en manos de Manuel Azaña la dramática decisión de distribuir armas a grupos ya armados o renunciar a la máxima magistratura de la República.
El nuevo Gobierno de la República lo presidió José Giral, que fue quien realmente tomó las primeras medidas para transformar la labor ordinaria de gobierno y hacer frente a la guerra; las más importantes de estas medidas fueron la transformación de la Guardia Civil en Guardia Nacional Republicana y la incautación de las industrias y tierras abandonadas por sus dueños.
La marcha de la guerra fue muy negativa para la causa republicana; el avance de las tropas nacionales sobre Madrid hizo que Giral renunciara a sus poderes en septiembre.
Se formó un nuevo gabinete de concentración con mayoría socialista, al frente del cual se situó el líder socialista Largo Caballero, que transformó radicalmente el modo de llevar la guerra, lo que abrió una lucha interna en el bando republicano
Largo alimentó su fama de Lenin español con la decisión de levantar en muy corto espacio de tiempo un ejército republicano al estilo del Ejército Rojo, formado de la nada por los bolcheviques para defender la Revolución en la guerra civil contra los Ejércitos Blancos. Para ello, Largo pretendía basar la fuerza del ejército republicano en la alianza de los sindicatos UGT y CNT, como únicas fuerzas capaces de movilizar a las clases trabajadoras en favor de la República.
Frente a esta idea se encontraba buena parte del Partido Socialista y, sobre todo, el Partido Comunista, fuerza minúscula al comienzo de la guerra pero con una gran capacidad de dirección en la guerra y con la fuerza que le otorgaba ser el receptor directo de la ayuda en material militar que llegaba procedente de la URSS. Ambas fuerzas pretendían concentrar todo el poder en el estado -y los partidos políticos que lo sostenían-, arrebatando el control de la contienda a los sindicatos.
Le sustituyó al frente del Gobierno el también socialista Negrín, y tomó la cartera de Defensa Prieto; inmediatamente, no sólo se ilegalizó el POUM, sino también se exigió a la CNT que integrara en la disciplina militar a sus tropas. El gobierno Negrín trató de cambiar la dirección política y económica de la República beligerante, lo que se materializó en una disminución del peso de los sindicatos y su práctica revolucionaria y un aumento de la presencia de los partidos políticos, en especial del socialista, pero cada vez más del comunista.
Hubo varias y diferentes contiendas. En primer lugar, un conflicto militar, iniciado cuando el golpe de Estado enterró las soluciones políticas y puso en su lugar las armas.
Fue también una guerra de clases, entre diferentes concepciones del orden social, una guerra de religión, entre el catolicismo y el anticlericalismo, una guerra en torno a la idea de la patria y de la nación, y una guerra de ideas que estaban entonces en pugna en el escenario internacional.
INTRODUCCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES
·
Polarización. Contexto prebélico.
·
Fracaso del pronunciamiento: guerra
civil y dictadura
1.
SUBLEVACIÓN
·
Causas: Triunfo frentepopulista:
Conspiración de la derecha y parte del ejército.
Conspiración de la derecha y parte del ejército.
1.1.
El
pronunciamiento militar
· 17/7: insurrección en Melilla, Ceuta y Marruecos (Yagüe)
· 18: se sublevan Canarias (Franco, que vuela
a Tetuan), Sevilla (Quiepo de Llano) y otras ciudades andaluzas
·
19: se subleva Pamplona (Mola), con apoyo carlista, y gran parte de Galicia y Castilla-León
·
En Barcelona y Madrid fracasa la insurrección por
la resistencia de los militares leales y los partidos y sindicatos de
izq. Casares Quiroga dimite y Giral ordena la
entrega de armas a la población. El poder pasa a la calle.
1.2. División de España en dos zonas
·
21: Ha triunfado la sublevación en Marruecos, Canarias, Baleares, Galicia, Oviedo, Álava,
Navarra, W. de Aragón, Castilla- León, Cáceres, Sevilla, Cádiz, Córdoba
y Granada. Ámbito rural. Muerto Sanjurjo, la Junta de Defensa Nacional dirige a
los insurrectos, con un ejército profesional de unos 150.000 soldados
(Regulares y la Legión)
· Bajo dominio republicano: Asturias,
Santander, Vizcaya, Guipúzcoa, Cataluña,
Levante, Badajoz, La Mancha, Andalucía oriental y Madrid. Grandes ciudades y zonas
industriales y mineras. La Marina y la Aviación se mantienen fieles. El gobierno, que reacciona con lentitud,
pierde el control en beneficio de las organizaciones obreras.
Factor decisivo para el triunfo o fracaso fue la posición del
Ejército, la Guardia Civil y los sindicatos.
La represión se
extendió en ambos bandos.
Ayuda alemana (6 mil soldados, Legión Cóndor), italiana (100
mil solados, aviones, submarinos, barcos, artillería) y portuguesa,
pese al Comité de No Intervención.
Soldados republicanos, La Granjuela (Córdoba). Junio de 1937 gerda tardo
2. DESARROLLO DE LAS OPERACIONES MILITARES
2. DESARROLLO DE LAS OPERACIONES MILITARES
2.1. La defensa de Madrid (julio 36/ marzo 37)
· Objetivo: ocupar Madrid. Guerra de columnas. Las columnas del N. son
detenidas en la sierra por los milicianos: guerra de posiciones
(trincheras)
· Puente aéreo. Avance hacia Extremadura (Yagüe); Toledo (Varela)
cae en septiembre
· Madrid: cercada y bombardeada, protegida por la Junta de Defensa (general Miaja y tte. Cº. Rojo). Guerra de posiciones en la Ciudad Universitaria (Ejército
Popular y Brigadas Internacionales). El frente queda estabilizado hasta
el final de la guerra. Ataques nacionales sobre el Jarama y Guadalajara.
·
Mola ocupa Guipúzcoa y aísla el N.
·
Andalucía: avance hacia Córdoba y Jaén.
Cae Málaga en febrero y el frente se estabiliza.
2.2. El frente Norte (abril/oct. 37)
·
Tras el fracaso en Madrid, Mola ocupa el Norte. Guerra
total (Guernica). Dominio de la ind. pesada y las minas.
·
Ataques de distracción republicanos
sobre Brunete y Belchite.
2.3. El frente Este (nov. 37/nov 38)
· Conquistado el N, Los franquistas pueden concentrarse en el E.
·
Ataque de distracción republicano
sobre Teruel (diciembre 37)
·
Los franquistas avanzan por el v. del Ebro hacia el Mediterráneo; llega a Vinaroz en abril
· Cataluña aislada.
· Ofensiva republicana sobre el bajo Ebro. (julio/nov 38). Guerra de desgaste, frente estable.
2.4. Cataluña cae en febrero (Dic 38/ abril 39)
·
Madrid: golpe del coronel Casado (5
marzo). Rendición.
· Los franquistas entran en Alicante. El 1º de abril Franco declara
terminada la guerra
3.1. La España republicana
3.1.1.Gobierno de J. Giral
o Tras la sublevación militar,
Casares Quiroga dimite y Azaña nombra a Giral, aunque elgobierno pierde el control en
beneficio de las organizaciones obreras (comités) y los gobiernos
regionales (cataluña, Euskadi, Consejos de Asturias y León y de Aragón)
o Proceso de revolución social:
colectivizaciones, sustitución del ejército (disuelto) por milicias
obreras y represión practicada por grupos incontrolados.
o División de objetivos: ganar
la guerra (republicanos, parte de los socialistas y cocmunistas) /
hacer la revolución (anarquistas y trostkistas)
3.1.2.Gobierno de F. Largo caballero (sep. 36/mayo 37)
o Gobierno de concentración
(republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas)
o El gobierno de traslada a
Valencia en noviembre
o Lenta recuperación del poder: disolución de comités y de
milicias (integradas en el Ejército Popular, formado por brigadas
mixtas, siguiendo el modelo del 5º Regimiento)
o Enfrentamiento en Barcelona
(CNT y POUM) que hace caer al gobierno
3.1.3.Gobierno de Juan Negrín (mayo 37/ marzo 39)
o Frente antifascista, con apoyo
de los comunistas y la URSS
o El gobierno se traslada a
Barcelona y después se exilia en Francia
o División entre partidarios
negociación y partidarios resistencia: golpe del coronel Casado (marzo
39) para negociar la paz, sin éxito.
3.2. La España “nacional”. De la Junta de Defensa Nacional a la concentración de poderes en Franco
o Muerto Sanjurjo, constitución
de la Junta,
presidida por Cabanillas.
o Sustitución del Estado republicano por otro totalitario:
supresión de libertades y reformas republicanas. Poder militarizado
o Apoyo de la Iglesia (“Cruzada”), los partidos de
derechas (que se disuelven, salvo Falange encargada de la represión en
la retaguardia)
o Concentración de poderes en Franco: Jefe Estado y gobierno (1º octubre 36). Causas: necesidad
de un mando único y mejor situación de Franco, por dirigir al ejército
africano, tener el apoyo monárquico y de los aliados.
o Obediencia al “caudillo” y
creación de un partido único, siguiendo el modelo fascista:
o Decreto de Unificación (abril
37): FET de las JONS (Movimiento
Nacional)
o Legislación represiva que sienta las bases del nuevo Estado
(Ley de Responsabilidades Políticas) y utiliza la represión como
instrumento de terror dirigido desde el poder.
4. CONSECUENCIAS
Los militares sublevados en julio de 1936 ganaron la guerra porque tenían las tropas mejor entrenadas del ejército español, al poder económico, estaban más unidos que el bando republicano y los vientos internacionales soplaban a su favor. Después de la Primera Guerra Mundial y del triunfo de la revolución en Rusia, ninguna guerra civil podía ser ya sólo “interna”. Cuando empezó la Guerra Civil española, los poderes democráticos estaban intentando a toda costa “apaciguar” a los fascismos, sobre todo a la Alemania nazi, en vez de oponerse a quien realmente amenazaba el equilibrio de poder. La República se encontró, por lo tanto, con la tremenda adversidad de tener que hacer la guerra a unos militares sublevados que se beneficiaron desde el principio de esa situación internacional tan favorable a sus intereses.
Colas-cartilla-racionamiento. SEVILLA 1940 . CECILIO SANCHEZ DEL PANDO
«Estábamos tan hambrientos que mi padre tenía que ir a robar uvas por la noche. Mis hermanos y yo íbamos a recoger hierbas del campo, tales como collejas, romanzas o cardos, que luego mi madre cocía para comérnoslas como verduras. No había otra cosa. Si encontrábamos una cáscara de naranja por la calle, nos la comíamos. Y yo no conocía el plátano», cuenta Bienvenida Verdú,
- Para hacer frente a esta situación, el Régimen estableció la famosa cartilla de racionamiento
-
- Muertos y exiliados.,- Pérdidas materiales.- Paralización de la reconstrucción a causa de la II Guerra Mundial.-· Demográficas: 500 mil muertos durante la guerra; otros tantos exiliados, más ejecutados, prisioneros, heridos en la posguerra: total 1.3 MM.·
Consecuencias internas.
- La situación internacional hizo que la vida política estuviese influida por los regímenes fascistas.- Configuración de un nuevo régimen Fuero de los Españoles (conjunto de derechos y deberes).- Poder supremo en manos de Franco.- Influencia de diversas tendencias en la configuración de la ideología.: falangistas, tradicionalistas, monárquicos, católicos.Consecuencias económicas.
- Destrucción de gran parte de la riqueza.- Desaparición de las reservas de oro.- Autarquía.- Racionamiento.- Creación del INI para fomentar la industria.
El buque Stanbrook, fondeado en el puerto de Orán en 1939. Legado Rodolfo Llopis. Fundación Caja MediterráneoAlicante se convirtió en un gran presidio para las más de 15.000 personas venidas del frente.
Consecuencias externas/ implicaciones internacionales.
- Difícil posición española en la II Guerra Mundial.- Interés alemán por contar con la participación española.- Aislamiento político tras la guerra.El desequilibrio a favor de la causa franquista de suministros de material bélico, pero también de asistencia logística, diplomática y financiera. Al margen de las interpretaciones canónicas de un lado o de otro, esos historiadores subrayan la trascendencia de la intervención extranjera en el curso y desenlace de la guerra. La intervención de la Alemania nazi y de la Italia fascista y la retracción, en el mejor de los casos, de las democracias occidentales condicionaron de forma muy importante, si no decisiva, la evolución y duración del conflicto y su resultado final.
En el escenario internacional desequilibrado por la crisis de las democracias y la irrupción del comunismo y de fascismo, España era, hasta julio de 1936, una país marginal, secundario. Todo cambió, sin embargo, a partir de la sublevación militar de ese mes. En unas pocas semanas, el conflicto español recién iniciado se situó en el centro de las preocupaciones de las principales potencias, dividió profundamente a la opinión pública, generó pasiones y España pasó a ser el símbolo de los combates entre fascismo, democracia y comunismo.
Lo que era en su origen un conflicto entre ciudadanos de un mismo país derivó muy pronto en una guerra con actores internacionales. La situación internacional era en ese momento my poco propicia para la República, y para una paz negociada, y eso marcó de forma decisiva la duración, curso y desenlace de la guerra civil española. La Depresión había alimentado el extremismo y minado la fe en el liberalismo y la democracia. Además, la subida al poder de Hitler y los nazis en Alemania y la política de rearme emprendida por los principales países europeos desde comienzos de esa década crearon un clima de incertidumbre y crisis que redujo la seguridad internacional.
- Mejor organización política.
- Mejor ayuda exterior.
- Mejor organización militar y
superioridad técnica.
- Aspectos económicos: mejor
administración de los recursos.
- Franco
reunió en su persona el mando militar, la jefatura del gobierno y del
Estado.
- La población veía en él el salvador de
la nación (imagen creada por la propaganda).
- Carisma de Franco ante el ejército.
- División en la zona republicana.
- Ambiguas relaciones entre las
autoridades civiles y las militares.
Ayuda exterior.
- La ayuda alemana a los nacionales
estuvo compuesta por el material más moderno de la época.
- Asimismo obtuvieron aprovisionamiento
de materias primas del exterior (petróleo americano TEXACO).
- El apoyo a la república no fue de igual
calidad que el proporcionado a los nacionales.
- Las potencias europeas apenas prestaron
apoyo a la república (No intervención de Francia e Inglaterra).
La superioridad militar.
- Excelente organización del servicio
secreto y estado mayor nacional.
- Rivalidad en la zona republicana entre
militares de carrera (Rojo, Miaja, Casado)
y los surgidos de las milicias (Líster,
Modesto).
Administración de la economía.
- Control republicano de las reservas de
oro, los puertos más importantes y las minas del norte.
- Bloqueo de los puertos por parte de los
nacionales.
- Control nacional de las minas en la
segunda mitad de la guerra.
- Ayuda a crédito por parte de los
alemanes e italianos a los nacionales, Los republicanos debían pagar antes del
envío de armamento. Se utilizó la mayor parte de las reservas de oro.
Un hombre lleva a un muchacho herido, Teruel. Diciembre de 1937. (ROBERT CAPA/MAGNUM)
Desde el estallido de la guerra en 1936, muchos artistas y profesionales internacionales de izquierdas se comprometieron con el bando republicano. Algunas de las fotografías de Capa, Taro y Seymour se publicaron en medios y revistas de todo el mundo, convirtiéndose en iconos de la lucha de los republicanos contra las tropas franquistas.
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