955 GOTICO. ESCULTURA


Escultura gótica


ESQUEMA
La nueva sensibilidad religiosa
Nuevos temas e iconografías


Beau Dieu
Virgen como madre de Dios (Theotokos)

Nuevas soluciones formales


La liberación del marco arquitectónico
Naturalismo

La nueva portada gótica
Portada occidental. Catedral de Chartres (Siglo XIII)
Grupos de la Anunciación y la Visitación. Catedral de Reims (Siglo XIII)
Portada del Sarmental. Catedral de Burgos (Siglo XIII)
El Gótico final


Claus Sluter
Nicolás Pisano

 

FUENTE: tom-historiadelarte.blogspot.com

 

En la escultura gótica las tallas en piedra continúan usándose para la decoración de la arquitectura, además de cumplir la función evangelizadora (el catecismo de los analfabetos, la inmensa mayoría de la población) pero cada vez se emancipa más (paso del relieve al bulto redondo). La escultura gótica evolucionó desde un estilo alargado y rígido, aún en parte románico, hacia un sentimiento espacial y naturalista a finales del siglo XII y principios del siglo XIII. La influencia de las esculturas griegas y romanas que aún se conservaban se incorporaron al tratamiento de las telas, las expresiones faciales y la pose.

Las esculturas góticas nacieron en los muros de las iglesias, a mediados del siglo XII en la Isla de Francia, cuando el abad Suger hizo construir la abadía de Saint-Denis (h. 1140), considerada el primer edificio gótico, y muy pronto le siguió la catedral de Chartres (h. 1145). Anteriormente, no había tradición escultórica en la Isla de Francia, así que los escultores se traían de Borgoña, quienes crearon las revolucionarias figuras que actuaban como columnas en el Pórtico Real de Chartres. Era un invento enteramente nuevo y proporcionaría el modelo para una generación de escultores.
Las ideas francesas se divulgaron. En España la penetración del gótico francés se hizo a través de maestros y obras que llegaron procedentes de este país, por ejemplo en Cataluña la influencia del taller de Rieux es bastante evidente en la virgen del Patrocinio de Cardona. En Alemania, desde 1225 en la catedral de Bamberg en adelante, el impacto se encuentra en todos los lugares. La catedral de Bamberg tiene el más amplio conjunto de escultura del siglo XIII, culminando en 1240 con el Caballero de Bamberg, la primera estatua ecuestre en el arte occidental desde el siglo VI, y que se cree que retrataba a Conrado II.

En Inglaterra la escultura estaba más limitada a monumentos funerarios y decoraciones no figurativas, en parte debido a la iconoclastia cisterciense. En Italia aún persistía la influencia clásica, destacando obras como el púlpito del baptisterio de Pisa (1269) y el de la catedral de Siena. Una obra maestra tardía de la escultura gótica italiana es la serie de tumbas de los Scaligeri en Verona.
Las técnicas de tallado de madera se hacen cada vez más sofisticadas, llegando a su máximo esplendor en la integración del color y el diseño arquitectónico de complejísimos retablos. La recuperación de la tradición clásica de la fundición del bronce deberá esperar al renacimiento italiano.
El escultor flamenco-borgoñón Claus Sluter y el gusto por el naturalismo marcó el comienzo del fin para la escultura gótica, evolucionando hacia el clasicista estilo renacentista a finales del siglo XV.

La escultura siguió el precedente románico, con una amplia difusión de imágenes cuyo fin era adoctrinar a los fieles en los dogmas de la fe religiosa y decorar las fachadas de las catedrales. La escultura de los siglos XII y principios del XIII tuvo un carácter predominantemente arquitectónico. Las figuras más destacadas son las estatuas colosales de las jambas (pilastras laterales) de las portadas y las de los parteluces de los vanos de entrada. Reciben el nombre de estatuas-columna por estar adosadas a estos soportes. A veces, la estatua-columna tiende a liberarse del marco arquitectónico, como si fuera una escultura exenta o de bulto redondo.

En el estilo considerado protogótico destacan las estatuas-columna del famoso pórtico de la Gloria (fachada occidental) de la catedral de Santiago de Compostela (España, último tercio del siglo XII), donde apóstoles y profetas se hacen eco del nuevo sentido naturalista idealizado, a la vez que expresan sus sentimientos y empiezan a entablar lo que se denomina sacra conversazione, es decir, la comunicación entre los personajes sagrados. En Francia cabe reseñar las estatuas-columna de la fachada occidental de la catedral de Chartres, que datan aproximadamente de 1155. Las estatuas del pórtico Real de Chartres poseen unas proporciones y un sentido del volumen que revelan un naturalismo ajeno al mundo románico. Durante las décadas siguientes las figuras de Chartres inspiraron a un gran número de artífices franceses. Sin embargo, las estatuas-columna no eran las únicas manifestaciones escultóricas figurativas de las portadas, que seguían un rico y elaborado programa iconográfico centrado en los altorrelieves del tímpano, arquivoltas y en menor medida, en los dinteles de las puertas. En los parteluces, solían aparecer estatuas de la Virgen, Cristo o algún santo relacionado con la iglesia catedralicia.
Sin embargo, las manifestaciones protogóticas todavía conservaban un cierto carácter románico. En torno a 1180 la estilización románica evolucionó hacia un periodo de transición en el que las estatuas comenzaron a asumir una serie de rasgos naturalistas como la gracia, elegancia, solemnidad, sinuosidad y libertad de movimientos. Este estilo ‘clasicista’ culminó en la primera década del siglo XIII en las series de esculturas de las portadas de los transeptos norte y sur de la catedral de Chartres.
De todos modos el término clasicista debe ser matizado, debido a la diferencia esencial que existe entre las figuras góticas y las del auténtico estilo clásico antiguo. En la figura clásica, sea estatua o relieve, puede apreciarse un cuerpo completamente articulado debajo y por separado de sus ropajes, mientras que en la gótica no existe tal diferenciación. Lo que puede apreciarse del cuerpo es inseparable de los pliegues de la vestimenta: incluso cuando se trata de desnudos, como en las estatuas de Adán y Eva (anteriores a 1237) de la catedral de Bamberg (Alemania) la anatomía se subordina a un proceso de abstracción.

Aparición del naturalismo

Los convencionalismos en el tratamiento de los pliegues fueron reemplazados por volúmenes más sólidos y naturales en un proceso que comienza en torno a 1210 con la portada de la Coronación de la catedral de París, y que continúa después de 1225 en las portadas de la catedral de Amiens. A partir de 1240 ya se aprecian en la fachada occidental de la catedral de Reims y en las estatuas de los apóstoles de la Sainte-Chapelle de París los pliegues pesados y angulosos, profundamente esculpidos en forma tubular, característicos de la escultura gótica posterior. Al mismo tiempo las estatuas se liberaron del soporte arquitectónico.
En las estatuas de Reims y en las del interior de la Sainte-Chapelle se consolidó el típico rostro de las figuras góticas: forma triangular, mentón destacado, ojos almendrados y una marcada sonrisa. Al mismo tiempo se inició la representación de posturas y gestos amanerados, que resultan de una síntesis entre las formas naturalistas, la elegancia cortesana y una delicada espiritualidad.
Otros géneros desarrollados por la escultura gótica fueron las imágenes votivas, esculturas de bulto redondo de pequeño tamaño con representaciones de la Virgen y el Niño o de Cristo crucificado, en las que se aprecian los cambios iconográficos que se produjeron en el mundo gótico, como una mayor humanización y naturalismo. Por otro lado, el relieve alcanzó gran esplendor en los retablos, las sillerías de coro y los sepulcros de grandes personajes.
En relación a las tendencias naturalistas, aparecieron interpretaciones más humanizadas de la Virgen con el Niño, imágenes que muestran una relación amorosa en la que la Virgen mira a su hijo dulcemente o juega con él mientras le ofrece una flor o una fruta. Un ejemplo de esta nueva iconografía es la Virgen con el Niño de la portada inferior de la Sainte-Chapelle, un modelo que siguió vigente en Europa durante varios siglos.

Difusión de la escultura gótica

Aunque la génesis de la escultura gótica se iniciara en el norte de Francia, como sucedió en el caso de la arquitectura, algunas de las obras más notables se realizaron en Alemania. La escultura gótica alemana se caracterizó por un fuerte expresionismo, algunas veces en el límite de la caricatura, y al mismo tiempo por una lírica belleza y elegancia formal. En el siglo XIII destaca el conjunto de la catedral de Bamberg, con numerosas esculturas influidas por el estilo de Reims. Entre ellas sobresalen la del Caballero de Bamberg, la primera estatua ecuestre aparecida en el arte occidental desde la época carolingia. Aunque la identidad del jinete no se ha confirmado, algunos apuntan la posibilidad de que se trate de Conrado II, mientras otros opinan que tan solo plasma el ideal heroico de los monarcas medievales, en este caso de la dinastía alemana. En este mismo periodo se realizaron las esculturas de la catedral de Naumburgo, especialmente las parejas oferentes situadas en el coro, como el famoso grupo de Ekkehard y Uta, que se han relacionado con la escultura de la catedral de Burgos (España).
En Italia existió, como en el caso de la arquitectura, una cierta reticencia a aceptar los postulados franceses. En este caso sería más apropiado hablar de tendencias goticistas dentro de un clima en el que va apareciendo el protorrenacimiento. El taller más representativo fue el de Pisa, iniciado por Nicola Pisano, autor del púlpito de mármol del baptisterio de Pisa. Su hijo Giovanni Pisano fue el primer artista italiano en adoptar las directrices del gótico francés, combinadas con la influencia clásica recibida de su padre, como se observa en el púlpito de la catedral de Siena. En la fachada de la misma catedral, realizada en torno a 1290, labró un grupo de esculturas que representan profetas y filósofos griegos dotados de una gran intensidad expresiva.
Aunque durante las últimas décadas del siglo XIV un número creciente de escultores italianos adoptó los principios del estilo gótico francés, sus obras muestran el conocimiento del desnudo clásico y la diferenciación entre cuerpo y vestimenta. Esta fase de la escultura italiana acabó poco después de 1400, con las puertas de bronce para el baptisterio de la catedral de Florencia realizado por Lorenzo Ghiberti, precursor de la escultura del renacimiento italiano.
En España, en el segundo cuarto del siglo XIII se introdujeron las formas de la escultura francesa a través de las intensas relaciones políticas y culturales que la monarquía española estableció con la francesa. En el siglo XIII destacaron dos talleres en torno a las catedrales de Burgos y León. En la primera cabe citar la portada de la Coronería y la del Sarmental, correspondientes a los transeptos, así como las esculturas de las fachadas y el claustro. En relación con este taller, destaca la escultura de la abadía de Las Huelgas, a pocos kilómetros de Burgos, con los excepcionales sepulcros de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet. En cuanto a la de León, la escultura española alcanzó altas cotas de calidad, como se aprecia en la portada de la Virgen Blanca de la fachada occidental. Durante el siglo XIV en España la escultura exterior de las catedrales se hizo más menuda por la influencia del arte mudéjar y las obras en marfil. Destacan la puerta del Reloj de la catedral de Toledo y la puerta Preciosa de la de Pamplona; aunque es en Cataluña donde se encuentran los conjuntos escultóricos más sobresalientes, formados por sepulcros y retablos de influencia italiana.


La escultura gótica en el norte de Europa se mantuvo ajena al protorrenacimiento italiano. La escultura del gótico final francés se desarrolló en Borgoña. En torno al 1400 en la corte de Felipe el Atrevido en Dijon destacó la figura de Claus Sluter, que introdujo la sensibilidad realista de los Países Bajos en Francia. Renunciando a los modelos estilizados y a las afectaciones del siglo XIV, Sluter envuelve a sus figuras en voluminosos plegados. En los personajes que acompañan el sepulcro de Felipe el Atrevido (comenzado en 1385, Museo de Bellas Artes, Dijon), ofrece un amplio repertorio de expresiones que contribuyen a enfatizar la evocación de tristeza y dolor. En las estatuas de los profetas que rodean el Pozo de Moisés (1395-1403, cartuja de Champmol, Dijon) transformó a los personajes del Antiguo Testamento en patriarcas flamencos, cuya representación naturalista se funde con un sentimiento de grandeza espiritual.
Tras la muerte de Sluter, en 1406, su influencia se difundió por el sur de Francia, España y posteriormente Alemania. En torno a 1500, Michel Colombe y los manieristas de la escuela de Troyes en Francia, Tilman Riemenschneider, Veit Stoss y Adam Kraft en Alemania y Guillem Sagrera, Egas Cueman, Rodrigo Alemán y Gil de Siloé en España, pusieron el broche final al periodo gótico en el campo de la escultura.

AUTORES Y OBRAS:  


Retablo, típica talla en madera del siglo XV, conservado en la Catedral de Amiens, Francia.

Virgen del Patrocinio Parroquia de Sant Miguel de Cardona, España.

PULPITO DE PISA



CLAUS SLUTER

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