Conectar el aula con el mundo real, resolver problemas junto a alumnos de otros países, crear documentos en la nube, explotar el «feedback» en tiempo real o entender las posibilidades que ofrece la realidad virtual
En el aula del futuro hay pantallas, pero no pupitres
En el aula del futuro hay pantallas, pero no pupitres
Los retos para la educación del siglo XXI
Estos son los retos que todos ellos plantean para la educación del futuro:
1. Hay que formar al ciudadano del siglo XXI:
la sociedad del siglo XXI requiere individuos creativos, emprendedores,
críticos, competentes con el mundo digital, con altos dotes sociales y
que se adapten a ambientes laborales diversos.
2. La inclusión social como eje:
es trascendental el establecimiento de políticas públicas regionales
para el desarrollo sostenible en el que uno de los pilares sea la
inclusión social.
3. Se requiere liderazgo institucional:
la cultura digital lleva años instaurada en la sociedad. Las
instituciones educativas no pueden permanecer ajenas, por lo que se
torna fundamental un liderazgo institucional basado en la construcción
de un sentimiento de comunidad sólido, unido a un uso de las TIC desde y
para la pedagogía y el currículo del centro.
4. Extraer la inteligencia colectiva:
en una sociedad cada vez más compleja sobrevivir en ella depende cada
vez más de una inteligencia colectiva. El ser humano es social por
naturaleza, por lo que ha de aprovechar las posibilidades abiertas de la
sociedad digital.
5. Contenidos + Pedagogía + Tecnología:
la intersección entre tres factores fundamentales son claves para la
introducción de las TIC en los procesos educativos: sólidos
conocimientos de los contenidos, dominio de competencias pedagógicas y
manejo de herramientas tecnológicas y sus posibles aplicaciones. La
tecnología no reinventa a la pedagogía, sólo amplía sus posibilidades.
6. Las TIC implican nuevos métodos de evaluación:
aprender utilizando las TIC requiere un planteamiento metodológico
distinto al de adquisición de meros contenidos. Evaluar este tipo de
aprendizajes no debe centrarse, por tanto, en determinar el éxito en
adquisición de contenidos sino en el dominio de las competencias del
siglo XXI.
7. Hay que romper el mito de los nativos digitales,
es decir, la consideración de que todos los jóvenes son nativos
digitales y dominan las TIC para usos de provecho en el siglo XXI.
8. Fomento de la creatividad:
existe una inminente necesidad de repensar los sistemas educativos para
evitar ahogar la creatividad de los aprendices. Es decir, enterrar un
sistema educativo basado en el control e instaurar uno de
empoderamiento. El alumno nace siendo creativo y el sistema educativo ha
de generar las condiciones para que pueda seguir desarrollando esa
creatividad.
9. Importancia de la educación emocional:
la finalidad principal de la Educación es que cada sujeto pueda
alcanzar un grado óptimo de bienestar social y emocional, por lo que la
educación emocional debe ocupar un lugar privilegiado en los sistemas
educativos. Para ello los programas de formación docente deben dedicar
una mayor atención a tales competencias.
10. Cooperación necesaria entre familia, escuela y comunidad:
la educación no es exclusiva de las instituciones educativas: es
posible aprender en cualquier lugar de la sociedad. Para ello debe
existir conexión y cooperación entre familia, escuela y comunidad. La
educación es una cuestión de toda la sociedad.
11. Liderazgo sin burocracia: el
liderazgo en una institución educativa debe tener como finalidad
principal la mejora educativa de los discentes, con un liderazgo
centrado en la pedagogía y alejado de la pura burocracia. Todos los
agentes de la comunidad educativa deben estar implicados en la
consecución de las metas del centro.
12. Objetivo: desarrollo de competencias. Los
cambios de sistema educativo deben orientarse hacia la mejora
competencial de los estudiantes. La sociedad digital requiere de
competencias que los sistemas educativos han de desarrollar (autonomía,
adaptación, tratamiento de la información, etc.), reformando el
currículo. Se requerirá de unidades didácticas más simples basadas en
tales competencias útiles para la inserción social, aprendiendo de forma
conectada en red.
13. Foco en los intereses del aprendiz: el
aprendizaje debe producirse de forma natural, partiendo de los
intereses del aprendiz, teniendo en cuenta lo que ya sabe, desde la
práctica y de cometer errores para ser reorientado por el docente.
14. Un nuevo rol del profesor y su formación:
desde la transmisión de contenidos a la orientación y apoyo del alumno,
generando las condiciones para que sea éste el que, de manera activa y
experimental, construya su propio conocimiento. Ello comporta que la
formación docente se reconfigure, contemplando de forma más sólida el
uso pedagógico de los entornos digitales para la sociedad del siglo XXI.
15. Nueva ecología del aprendizaje:
existe una nueva ecología del aprendizaje que está reconfigurando la
educación. Volvemos a entenderla en su sentido amplio, más allá de su
simple consideración como escolarización.
16. El reto de considerar todos los ámbitos educativos posibles: existe
una necesidad de disrupción en el sistema educativo planteado como ente
aislado de la sociedad. Los aprendizajes producidos en ambientes no
formales e informales crecen a un ritmo vertiginoso y no quedará más
remedio que considerar los beneficios de todos estos ámbitos educativos.
17. Interactuación sobre los contenidos:
el aprendizaje no está en los contenidos sino en las interacciones que
se producen alrededor de ellos. El aprendizaje en red a través de
interacciones debe consistir en agregar, remezclar y poner en práctica
los conocimientos.
18. Una formación adaptada a las demandas:
la construcción del currículo que deberá configurar los nuevos perfiles
que demanda la sociedad tendrá que hacerse entre todos los agentes
involucrados en su desarrollo. La sociedad y las escuelas deben
colaborar para adaptar la formación a las demandas sociales del siglo
XXI.
19. Se trata de formar a ciudadanos, no solo a profesionales eficientes:
un sistema educativo abierto a la comunidad y basado en aprendizajes
colaborativos que implican a toda la sociedad. La labor de este sistema
no es formar a ciudadanos únicamente para ser útiles a un mercado, sino
formar a ciudadanos capaces de desenvolverse en todos los niveles
sociales.
20. Evitar la ansiedad tecnológica:
la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, es imposible predecir qué
tipo de tecnología habrá en un futuro próximo. Lo que sí tendrá que
hacer la sociedad, es diseñar cómo quiere que sea la educación del siglo
XXI, la tecnología que acompañará será la que esté disponible llegado
el momento de la implantación.
La Fundación Telefónica ha abierto un espacio para dar cabida a todas estas opiniones críticas y nuevos modelos de pensamiento. Durante 18 meses, ha preguntado a diversos expertos internacionales y a toda la comunidad educativa cómo debería ser la educación del siglo XXI. Gurús y expertos como Richard Gerver, Alejandro Piscitelli, Judi Harris, Jannet Patti, David Alburu, Fernando Savater, Geroge Siemens... han participado en este debate a través de actividades en la red y eventos presenciales en nueve países diferentes (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México, Perú y Venezuela).
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