447 ¿QUÉ SABES DE ESPAÑA? DIBUANDO ESPAÑA

TAREA 

¿QUÉ SABES DE ESPAÑA? DIBUJANDO ESPAÑA
EVALUACIÓN INICIAL



«La nación hispana o la Hispania Universa, no supo unirse contra Roma. Defendida por los Pirineos y el mar habría sido inaccesible. Su pueblo fue siempre valioso pero mal jerarquizado», 
Lucio Anneo Floro,

El nombre de España proviene de Hispania, denominación con la que los romanos designaron al conjunto del territorio peninsular. Pero la voz Hispania tiene un origen más antiguo: fueron los fenicios los primeros en nombrar estas tierras como ï-sch phanim, “costa de conejos”. Los griegos la llamarán Iberia. Hoy recibe otros nombres-

España, otra vez España. Para un hombre nacido entre el Bidasoa y -Gibraltar -escribía Ortega en 1910- , España es el problema primero, plenario y perentorio. ¿Sigué siendo así?


PARA SABER MÁS, VER: 


 ACTIVIDADES
Realiza laS actividades propuestas.

1 - ¿Qué define a España ? 
Escribe unas 10 líneas

Juntos somos más y mejores que separados
FOTO:José Alfonso

PARA AMPLIAR:
- Cuestiones para reflexionar


Iberia significa tierra de conejos. Hubo un tiempo en que las ardillas cruzaban lapenínsula sin bajar de los árboles


Hispania, que procede probablemente de la palabra fenicia «I-span-ya» («Tierra de metales»), fue la denominación que los romanos pusieron a la provincia romana que ocupaba la totalidad de la Península Ibérica


¿Dónde está la patria española? ¿Cuáles son los símbolos le dan cohesión? ¿Qué símbolos han sido más efectivos a la hora de coser un mapa con costuras nacionalistas?
¿Qué hubo antes de los Iberos en la peníncula?. ¿Conoces las guerras sertorianas? ¡Reconoces a Viriato! ¿Sabes de las herencias de los romanos, visigodos o árabes? ¿Quién fue el Cid o Pelayo? ¿Los Reyes Católicos unificacaron España? ¿Sabes del  aislamiento cultural decretado por Felipe II? ¿Por quñe de la importancia del catolicismo en España, ¿Como la fe lse hizo inquisitorial? ¿ Por qué Felipe V fue el primer mononarca que se puso al frente del "Reino de España? ¿Por qué los borbones apostaran por centralismo madrileño? , ¿ La contemporaneidad supone el afianzamiento nacionaol? ¿Será la Constitución de Cádiz de 1812 donde entramos el nacimiento de la idea de España como nación? .¿El constitucionalismo españal nos hace iguales, libres y fraternos? ¿Cuáles son los problemas actuales de España: la problemática con los nacionalismo, situación de España en Europa, la crisis, el paro...?


¿Amor propio,  orgullo de tribu o linaje? ¿los agravios sufridos ante otros grupos con distinta identidad nacional? ¿ la camiseta del equipo de fútbol? ¿ la bandera.? ¿Un himno? ¿ Los toros? ¿ El cine español es como la bandera, muy americano? ¿ Las artes en general? ¿ la gastronomía?. ¿Spain is diferent?

Hay una España mítica y de leyenda. Pero hay otra realidad geográfica más cientítica que reconoce nuestro paisaje cultural. Asimismo, las identidades son conflictivas. A veces requieren memoria, otras vida.



PARA SABER MÁS, VER.
GEO-ESP-POLITICA-situacion
PATRIMONIO CULTURAL: VIDA (COTIDIANA), IDENTIDAD Y MEMORIA CULTURAL

Los libros catalanes consideran a Cataluña un país más de Europa, distinto a España, según un estudio sobre los libros de texto. «Un sistema educativo aparentemente neutro dejó de hacer ciudadanos españoles para hacer catalanes, vascos, andaluces, valencianos, gallegos... en ocasiones a costa de convertir en antagónicas dichas identidades.
 
2 - RESPONDE, . ¿Aprobaría usted?

1. Busca, dibuja o señala los principales relieves de España
2. Busca, dibuja o señala un mapa político de España
3. ¿Qué tipos de paisajes encontramos en España?
4. ¿Cuántos habitantes tiene España? ¿Son muchos o pocos, por qué?
5. En qué actividades económica trabajan los españoles (Sector primario, secundario, terciario)
6. ¿Qué hemos encontrado en Atapuerca?
7. ¿Qué encontramos en Medina Azahara?
8. Nombre a un rey del siglo XVI y a un rey del s XVII (dinastía de las Habsburgo) y nombra  el primer y último rey de la dinastía Borbón?
9. ¿Qué pasó en la Guerra Civil española 1936/39)
10. Qué se entiende por la transición española?

PARA SABER MÁS, VER:

3.
.  Realiza el siguiente test¿Conoces la Constitución de 1978?.

-1¿Qué Constitución reconoció por primera vez la soberanía nacional, la separación de poderes y la libertad de expresión?
A. La Constitución de la Primera República
B. La Constitución de la Segunda República
C. La Constitución de 1812
D. La actual Constitución Española
2-¿Qué día se aprobó la actual Constitución Española?
A.
B.
C.
D.
3-La forma política del Estado español es:
A. La monarquía constitucional
B. La democracia parlamentaria
C. La monarquía parlamentaria
D. La pluralidad autonómica

4-¿Quién elige al presidente del Gobierno?
A.
 El Congreso de los Diputados, a propuesta del Rey
B.
 Los ciudadanos, directamente con su voto
C.
 El partido político ganador de las elecciones
D.
 El grupo parlamentario mayoritario 
5-¿Quién tiene transferidas las competencias en materia de Sanidad y
Educación?
A. Los ayuntamientos
B. Las diputaciones
C. Las comunidades autónomas
D. El Gobierno central


PARA SABER MÁS, VER:


4. -¿Por que Cataluña o el País Vasco plantean su nacionalidad,autodeterminación  e independencia?  
 ¿Y Andalucía, qué?

PARA SABER MÁS, VER:


5.. Busca una imagen que muestre una identidad de España


JORDI BENARDÓ



PARA AMPLIAR:

ALGUNAS RESPUESTAS A  ¿QUE SABEN DE ESPAÑA?
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«Hay muchas Españas. ¿Cuál de ellas es la verdadera? Pues todas y cada una...»   

Pues todas y cada una, en su aislamiento, ensimismamiento, diversidad . Cuando esa diversidad pasa del paisaje a las gentes, aunar voluntades se hace difícil, como vamos a ver cuando empieza su Historia y comprobamos que, para el ibero, el vecino puede ser más enemigo que el extraño.
 
Hay que acercarse al concepto y a cualquier libro de historia de España con prevención. Se pensará que se trata de una tarea imposible y, en el fondo, tendrás razón. Imposible pero, al mismo tiempo, imprescindible, no ya porque la historia es «la maestra de la vida», como decía Cicerón, sino porque es la vida misma de los pueblos, la referencia de lo que fuimos, indispensable para saber lo que somos y lo que queremos ser, que nos diferencia de los demás seres.

«El nombre de España es el que mejor expresa la identidad histórica y proyectiva de nuestra Patria. "Estado" es mera forma política cambiante; y de "país" deriva "paisaje", elemental referencia a un entorno más o menos pintoresco. Huelga repetir la suerte de acciones y omisiones que en contra de nuestra historia y lengua común –"la sangre de mi espíritu es mi lengua", decía Unamuno en rotundo soneto–, nos han traído donde estamos. El llamado problema catalán es buena muestra de ello, como el vasco, el gallego, el canario, andaluz…»

En un repaso a las muy distintas historias de España  hay  que  intentar descubrirla tal cual es, despojada de su hojarasca mítica, porque sólo en su desnudez podremos descubrir quiénes somos o no somos.

«Un país son sus mitos, De ahí que para esa tarea imposible que es escribir historia ni siquiera baste leer muchas historias, distintas entre sí, sino que debemos remontarnos a los tiempos en que ni siquiera existía, a las leyendas, sagas y mitos que hay antes y detrás de ella, que nos dicen no exactamente lo que ocurrió, sino lo que ese pueblo quiera que hubiese ocurrido. las narraciones son indispensables para llegar al sentimiento, por eso todas las culturas educan a sus miembros contando cuentos y parábolas, que hunden sus raíces en el pasado y proyectan el futuro.. En ellas, los mitos son referencias para las identidades ¿Auténticos o imaginados? Pues ambas cosas, al tener tanta o más fuerza que la realidad, pese a ser falsos. 

Nuestra mitología abarca hechos y personajes tan dispares como Viriato y Trajano, los visigodos y la Reconquista, don Quijote y Sancho, el Descubrimiento de América y la Contrarreforma, la Guerra de la Independencia y las guerras civiles, dos repúblicas, dos restauraciones monárquicas, una dictadura blanda y otras dura, una Transición de aplaudida a abucheada. Tan simple lista nos advierte de que vivimos en un país complicado. ¿O es que la diversidad del continente en miniatura que tenemos se ha transmitido a sus habitantes, haciendo incompatibles sus distintos elementos? Otros lo han conseguido, los Estados Unidos, por ejemplo, que incluso han logrado convertir la diversidad en ventaja? ¿Por qué no hemos sido capaces nosotros cuando habíamos alcanzado nuestras metas «históricas»: Europa, la democracia, el nivel de vida del primer mundo? ¿Por qué todo ello vuelve a cuestionarse?
 
La contemporaneidad comienza con las Cortes de Cádiz  donde surgió la idea de nación soberana e indivisible, constituida por personas libres e iguales en derechos, cuyo carácter esencial era ser ciudadanos. Las diferentes constituciones del siglo XIX y XX irán presentando la organización de España.

La Constitución española de 1978 que es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España, en vigor desde el 29 de diciembre de 1978 señala:

En su título preliminar proclama un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Asimismo, se afianza el principio des oberanía popular, y se establece la monarquía parlamentaria como forma de gobierno.

El Título VIII de la Constitución debe dar paso a una organización federal del Estado, sobre la base de redefinir los poderes y atribuciones del Gobierno. Una vez establecidas claramente esas competencias, las partes de la federación tendrían su propia responsabilidad y capacidad normativa y fiscal. Hay que dar solución a la insatisfacción de muchos catalanes , la singularidad vasca o las dificultades de otras autonomías para gestionar las competencias que tienen. Hay que completar esa reforma con la del Senado.


El s. XXI siguen con las preguntas ¿Qué es España? , ¿Qué modelo de Estado queremos?, ¿Hay que reformar la Constitución?

  La democracia representativa está cuestionada desde sectores que protestan por las distorsiones de la proporcionalidad producidas por el sistema electoral, que prima a los partidos fuertes a escala estatal y amplía el peso político de los nacionalistas en el conjunto de España. Otras voces, denuncian la inestabilidad implícita en un sistema que tiende a la fragmentación electoral, por lo que insisten en reforzar los mecanismos capaces de conseguir mayorías. La solución de este debate pasa en parte por la Constitución, en cuyo texto perviven obligaciones tan añejas como la de fijar la provincia como distrito para la elección de las Cortes. También se plantean otros cambios necesarios —democracia en los partidos, atajar la corrupción, pactos por  a educación o la salud— la prevalencia del hombre sobre la mujer en la sucesión a la Corona, incluso los desafíos soberanista o de autodterminación de las regiones que plantean Estatutos o independencia.

PARA SABER MÁS, VER:

La historia es la biografía de un país. Estudia de los diferentes contextos históricos y culturales. Pero ya esa simple definición nos advierte de la dificultad del empeño. Si la biografía de un hombre o mujer resulta una tarea ardua, compleja, al depender de los materiales y testimonios que se utilicen, la biografía de un país o de un pueblo parece exceder la capacidad humana. Más, si se pretender «contar lo sucedido como realmente ocurrió», según la clásica definición de Ranke. ¿Cómo saber lo que realmente ocurrió en el pasado si nos cuesta trabajo saber lo que ocurre en el presente? «Tenemos las fuentes», me dirán. Pero las fuentes suelen ser parciales, por lo que hay que andarse con cuidado con lo que nos cuentan y, más aún, con las interpretaciones, pues hay «victorias pírricas», como la de aquel rey del Epiro sobre los romanos, tan costosa que regresó a su país vencido. Y, al revés, hay «benditas derrotas», que a la larga evitan perjuicios mayores.

La selección de tiempo es fundamental. Sin ella, vamos derechos al caos. Pero la selección dependerá del seleccionador que, como ser humano, tendrá sus querencias y aversiones, por más que intente acallarlas. Un marxista verá la historia a través de la lucha de clases, mientras un liberal la verá como una larga marcha hacia la libertad de individuos y naciones. Esa «tendenciosidad inmanente» que el historiador transmite a su obra está presente en todas las historias y llegó a su colmo en la Enciclopedia Soviética, que en cada nueva edición aparecían y desaparecían personajes y situaciones de la anterior. Ésa no era historia, como no son buena parte de las escritas bajo las dictaduras, sino publicidad del Ministerio de Prensa y Propaganda, lo que tampoco quiere decir que todas las historias escritas bajo esos regímenes pertenezcan a tal categoría, y ahí tenemos los siete tomos de la Historia Económica de España y América de Vicens Vives y sus colaboradores, la mejor generación de historiadores que hemos tenido.

El territorio con sus límites o fronteras, organización territorial u ordenamiento también varía en el tiempo. El paisaje se contextualiza. En él el poso del patrimonio cultural,


El mapa de Urbano Monte es, además, una especie de foto fija del siglo XVI. En él aparecen barcos donde se detalla “Armada del Rey de España” en medio del Atlántico o una flota que viaja hacia el Este, etiquetada como “Flota de las Indias, hacia España”. El artista puso en el mapa también a todos los líderes que vienen a explicar el mundo de aquella época. El más grande es el rey Felipe II, en una barca frente a la costa de Venezuela. Aparecen el rey de Portugal, el de Polonia, el emperador del Sacro Imperio Romano, un sultán de Turquía, el rey de Etiopía, el Papa y Moctezuma (“que fue rey de México y de las Indias Occidentales”, explica Monte). 
 
¿Dónde situar el origen de España? ¿En la prehistoria, en la antiguedad, en la edad media, en la moderna, la época de las revoluciones contemporáneas?

La mitología nacional pugna por llevarlos los inicios lo más lejos posible. De esta manera se pierda entre las brumas del tiempo y los hechos se conviertan en leyenda. Aparecen historias reivindicado a Viriato por ejemplo, o más cercano  en el tiempo al Cid. El relato se llena de héroes.

  Tito Libio nos describe como ferae et bellicosae gentes, gentes fieras y belicosas, aunque en la práctica resultamos fáciles de comprar y difíciles de amanar. O sea, lo que teníamos en común era la fiereza y la labilidad. Extraña combinación para comenzar una Historia. 

 Escribió Quevedo: «[…] siendo nuestra España para todos patria igual y hospedaje […] ¡Oh desdichada España! revuelto he mil veces en la memoria tus antigüedades y anales, y no he hallado por qué causa seas digna de tan porfiada persecución!

Resulta  ilustrativa algunas novelas de una determinada época. Asi pasa con la obra  de Galdós sobre la España    

Miguel Hernández, el de un conjunto de pueblos a los que la historia, con sus avances y retrocesos, ha ido uniendo, y que pueden aportar cada uno mucho de positivo al acervo común.

   - Claudio Sánchez Albornoz pese a declararse positivista y enemigo del Volksgeist romántico, defendía la existencia de una “forma de ser” española, derivada del medio físico y la herencia y vigente durante milenios, cuyos rasgos constantes eran la rudeza, la violencia, la sobriedad y un “exagerado individualismo”, consecuencia de la sequedad de la tierra (mesetaria, desde luego; como tantos otros, identificaba España con Castilla).

- Américo Castro en La España en su historia, Cristianos, moros, judíos (1948), y la más definitiva La realidad histórica de España (1954) señala que la invasión árabe de 711 cambió la órbita de la vida de España, que, en adelante, gravitaría, no hacia la romanidad y el europeísmo, sino hacia el semitismo, hacia las fuerzas astrales de moros y, judíos.Y así concibió la invasión árabe y sus secuelas como un cambio radical de nuestra identidad, como un rompimiento total con el pasado previo. Ni el ibero o celta, ni la colonización, romana, ni el dominio de los godos habían impregnado para siempre la estructura vital de España. La ruptura entre la Hispania latina o gótica y la España medieval era decisiva, estaban separadas por un abismo. Esta nueva España había nacido en las agonías de las invasiones y derrotas; había crecido en la repulsa, compatible con la fascinación, de la brillante civilización árabe, y había fijado su personalidad definitiva en la convivencia o simbiosis de cristianos, moros y judíos

Para Don Ramón Menéndez Pidal «el concepto Hispania no fue una creación de los romanos, sino que estos lo hubieron de recibir de iberos, celtas y demás pueblos que convivían, comerciaban y se fundían en el suelo de la Península, formando en cierto modo un conjunto, un núcleo natural humano». En su ensayo «De la vida del Cid», el héroe español por antonomasia,  reconoce «el especial defecto ibérico por el interés colectivo,  lo cual hace que en todo momento el sentimiento unitario nacional tenga aspectos confusos o débiles». Se trata de toda una apertura de causa al nacionalismo español. Por parte del más respetado de nuestros historiadores modernos, es algo que no puede echarse en saco roto. 

  Menéndez Pelayo refiriéndose a España que su singular unidad geográfica no excluye en absoluto su rica pluralidad. Cordilleras, ríos, climas, han forjado la diversidad de nuestra psicología, de nuestros peculiares caracteres regionales, como hombres de la mar, de la montaña o de las abiertas y extensas mesetas. Nuestra unidad geográfica no es, como la de algunas naciones, una unidad continua, una monótona uniformidad, sino una unidad orgánica, armónica.

 Fernando García de Cortázar ( Breve Historia de Españade ) se ha dicho que es el best seller más importante de la historiografía española de los últimos años. Un admirable dominio del arte de la síntesis, un estilo ameno y directo y la reivindicación de la realidad histórica de España dan razón de la popularidad del libro, que ha conocido numerosas reimpresiones y se ha visto traducido a las más importantes lenguas extranjeras. Desde su aparición, la obra ha mantenido intacto su vigor gracias a sus periódicas actualizaciones. Esta nueva edición amplía sus páginas para incorporar la reflexión sobre los últimos acontecimientos y mantener el compromiso de los autores de llevar al presente la meditación histórica, llamando a las cosas por su nombre.



La Reconquista culminó con este episodio, en el que Boabdil entrega las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos en 1492. El Senado encargó al artista esta obra tras el reconocimiento logrado por Doña Juana la Loca, con el objetivo declarado de buscar la «representación de la unidad española; punto de partida para los grandes hechos realizados por nuestros abuelos bajo aquellos gloriosos soberanos». De nuevo esa finalidad de la que hablábamos al comienzo de ensalzar un pasado común para delimitar una comunidad nacional.  Los modernos Estados nación que surgieron durante finales s.XVIII y el siguiente fue la utilización del arte para crear una conciencia nacional en la población, inculcándoles una narración colectiva que al vincular el pasado con el presente evoque un destino común. La pintura fue una de las artes más empleadas para ello, y si hasta entonces el género histórico prevaleció sobre los bodegones, paisajes y retratos, ahora lo haría aún más si cabe, al sustituir esas escenas hasta entonces generalmente bíblicas o sobre vidas de santos por otras de significado patriótico. La religión daba paso al nacionalismo.

Juan Eslava Galán ( Historia de España contada para escepticosde . Planeta, 2004) no creen en la historia de España. No voy a decir que es veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es, pero por lo menos no miente ni tergiversa a sabiendas, que ya es bastante en los tiempos que corren. Además, he procurado harcerla amena y documentada (pero el escéptico sabe que los documentos también se manipulan en el instante mismo en que nacen), y si el lector aprende algo de ella me daré por bien pagado. No está hecha para halagar a reyes y gobernantes (de los que el autor hablará mucho dejándose ganar por el novelista que también es), ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay, ni a los filatélicos, ni a los sindicatos. El autor ni siquiera aspira a merecer la aprobación indulgente de los críticos, ni a servir a una determinada escuela histórica, ni a probar tesis ninguna. A lo mejor por eso se deja llevar por su curiosidad e indaga en la vida de los poderosos en lugar de dedicar el mayor espacio a divagaciones socioeconómicas, más a la moda. No por gusto, ciertamente, sino porque está convencido de que una de las miserias determinantes de nuestra historia es que el errático y a menudo patético rumbo de España ha sido determinado frecuentemente por gobernantes incompetentes y tarados.


Un colectivo integrado por Antonio Morales, Juan Pablo Fusi y Andrés de Blas,(«Historia de la nación y del nacionalismo español» Ed. Galaxia Gutemberg, 2013)  han publicado en defensa de ambos a partir de un germen en la época romana y visigoda, que se hace carne y sangre en el «proyecto de reconquistar España por parte de los distintos reinos cristianos», cimiento de una conciencia compartido en el siglo XIII, que hallará continuidad en un monarquía común en el siglo XVI y en el patriotismo ilustrado en el XVIII. Todo ello avalado por datos, cifras y fechas.

La obra  realiza un recorrido cronológico del concepto de España desde sus orígenes mitológicos hasta el siglo XX, han participado 48 autores. La mayoría son historiadores (Juan Pablo Fusi, Santos Juliá, José Álvarez Junco, Ricardo García Cárcel, Fernando García de Cortázar, Elena San Román, Antonio López, José Varela Ortega o Mariano Esteban…) pero también hay especialistas en filología (Inés Fernández-Ordóñez), geografía, literatura (José-Carlos Mainer), derecho, música o economía (José Luis García Delgado) ya que algunos capítulos analizan la representación de España en la pintura, la música o en intelectuales como Pío Baroja, Ortega y Gasset o Blasco Ibáñez

Para Carrascal  el principio fue la Geografía... "Es por lo que inicia esta «otra» Historia de España por la geografía. («La Historia de España que no nos contaron. Mitos y realidades»)


«La Historia que no nos contaron. Mitos y realidades», de José María Carrascal


 España es la tercera península de esa otra península de Asia llamada Europa. Entre la barrera de los Pirineos y el Estrecho de Gibraltar se extiende ese pequeño continente donde la variedad geográfica marcha paralela al aislamiento. Altas cordilleras, largos ríos no navegables, climas muy distintos, costumbres muy diferentes, medios de vida tan dispares como la ganadería y la agricultura, crean un escenario más de enfrentamiento que de colaboración, al ser bueno para uno lo que es malo para el vecino. Es difícil encontrar en Europa un país donde sus habitantes estén menos dispuestos a participar en una empresa común. Está, por tanto, en el extremo occidental del lugar donde surgieron las civilizaciones, el Oriente Medio, y de donde, según la tradición, estuvo el Paraíso Terrenal, entre el Tigris y el Eufrates, lo que es hoy un infierno terrenal: Irak. Tiene, por tanto, a un lado, el Mediterráneo, el Mare Nostrum, de los antiguos, y al otro, el Atlántico, el Oceanum Tenebrosum, más allá de las Columnas de Hércules, que posiblemente fueran Gibraltar y Monte Hacho, junto a Ceuta, que fueron durante siglos el Non Plus Ultra. Eso marca. Ser finis terrea, Finisterre, como lo fue la Península Ibérica tanto tiempo, resulta determinante tanto para el carácter como para el destino de sus habitantes. Más, hallándose en la encrucijada de tres continentes: el euroasiático, el africano y el «Nuevo Mundo», la terra ignota, como se la nombraba en las cartas náuticas medievales, donde igual podía haber gigantes, atlantes de la mítica Atlántida, que dragones devoradores de humanos. La Península Ibérica es, en este sentido, limes, linde, límite, frontera, lo que significa estar siempre expuesta a ser invadida o a invadir. De ahí que la historia de España, y en menor medida por el tamaño la de Portugal, haya sido un continuo defenderse de las invasiones e invadir a otros. El toma y daca de un movimiento pendular que veremos afecta a otros sectores de la compleja alma hispana.
Un continente en miniatura, donde hay muestras de casi todos los climas, accidentes y variedades geográficas, nos encontramos con una complejidad que hace difícil la definición y, aún más difícil, la homogeneidad. Hay la España húmeda y la España seca. Hay grandes ríos e innumerables cordilleras. Valles y mesetas. Nieves perpetuas y desiertos. Hay incluso dos archipiélagos paradisíacos. Ello da tal diversidad a su paisaje .

Pero esa enorme variedad geográfica separa más que une. Las grandes cordilleras que la cruzan de Este o Este, excepto la Ibérica que lo hace en diagonal, los ríos escasamente navegables, los muy distintos climas, floras y medios de vida, originan obligatoriamente gentes muy distintas. Que el gallego se parezca tan poco al andaluz lo da la tierra, como el carácter austero castellano lo da la Meseta. A lo que se añade la dificultad de comunicaciones originada por esos accidentes geográficos. Julio Camba decía que, para los gallegos, Buenos Aires estaba más cerca que Madrid. Y si se piensa que hasta hace muy poco los puertos de entrada a Galicia –Piedrafita, el Manzanal- no estuvieron abiertos al tráfico de autovía se tendrá que casi era más fácil cruzar el Atlántico que esas barreras montañosas.

La citada condición de Finisterre trajo también un alejamiento de los focos de civilización, cuyos reflejos llegaron más tarde que a otros puntos de Europa, excepto los nórdicos. Los estilos arquitectónicos, como los literarios, nos alcanzaron con retraso y, todo hay que decirlo, en plena decadencia.

Se plantean objeciones a esta geograficación de la Historia. La Geografía no es tan determinante, sobre todo en nuestros días, me dicen, cuando el hombre ha sido capaz de domesticarla, estableciendo rutas entre mares y océanos, abriendo túneles en cordilleras, creando lagos artificiales, convirtiendo desiertos en vergeles, permitiendo vivir en condiciones insoportables de frío o calor y otros avances tecnológicos que globalizan el mundo. La Geografía ya no decide el destino de los pueblos.

¿Están seguros? Porque el lugar geográfico no puede evitar los vecinos, ni elegirse. Quiero decir que la situación de España en la encrucijada de tres continentes es un leit-motiv a lo largo de su Historia.

¡Y nosotros creyendo que, finalmente habíamos encajado España en el siglo XXI! 

Pero, si es así, ¿por qué seguimos en el siglo XXI discutiendo el ser de España? ¿Por qué sigue habiendo españoles a disgusto en ella? 

 Para José Álvarez Junco ( Dioses útiles. Naciones y nacionalismos. . Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2016. 336 páginas.) a las preguntas  ¿Existe España? ¿Qué pasa con España?

 Indica que  España es un invento, solo existe en la medida en que nos la creamos. Primero, reconstruye las visiones críticas que desde hace ya décadas están minando la salud de hierro del nacionalismo. Luego hace historia comparada: cómo fueron surgiendo las grandes naciones europeas, qué pasó con España y qué sucedió con las otras identidades en la península ibérica. Señala que a partir de las revoluciones democrático-liberales surge la pregunta de quién  se convierte en el sujeto de la soberanía. Cuando Luis XVI, muy asombrado por lo que le estaban haciendo sus súbditos, pregunta “¿quién manda aquí? y afirma “yo soy el soberano”, le contestan: “No, perdone, el soberano somos nosotros: la nación”. Se impuso la nación, que fue una especie de pensamiento único durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. Nadie (ni Stuart Mill, ni Tocqueville, ni Marx), dejó de creer en la nación. Y eso llevó a las barbaridades de las dos guerras mundiales, de los fascismos. Es en 1945 cuando surge la reflexión y la distancia: no está tan claro que las naciones existan. Es una invención moderna.
 
¿ Y qué diferencia hay entre Estado y nación?   El Estado es una estructura político administrativa que controla un territorio y a sus habitantes y que da unas normas de convivencia y que tiene la capacidad coercitiva para hacerlas cumplir. La nación, en cambio, es un sujeto etéreo que justifica la existencia del Estado. Es algo imaginario que está en nuestras mentes, al que se supone que pertenecemos porque somos una comunidad cultural (compartimos una lengua común o lo que sea) y el hecho de pertenecer a ese sujeto imaginario permite que se legitime la existencia del Estado. ¿Qué pasa con España?  Estamos en un momento muy complejo. El nacionalismo español tiene un pecado original que lo lastra: su conexión con el franquismo, que monopolizó todos sus símbolos. Mal asunto si eso no se revierte. Los otros nacionalismos les convienen mucho a las elites locales, especialmente a la catalana. El nacionalismo catalán es muy potente, más que el vasco, y está vinculado con una carga muy emotiva a la lengua. Pero ha hecho una apuesta demasiado potente y se la ha creído. Y no tiene futuro, Europa no va a permitir que se independice.

Xavier Andreu Miralles.  (El descubrimiento de España. Mito romántico e identidad nacional. Taurus. Madrid, 2016. 398 páginas. ) muestra una mirada más contemporánea y sofisticada, desde la historia cultural. Señala que el relato nacional, pese a todo, ha seguido creciendo y alimentándose, al mismo tiempo que se debatía sobre su existencia y sentido. Plantea que la imagen cultural de España se forma en el romanticismo, en diálogo entre los arquetipos románticos de gitanos y flamencas y el costumbrismo interior de verbena y brasero y cómo esa imagen ha condicionado la vida de los españoles, y hasta qué punto persiste hoy.


Y con la obra más conocida de Picasso concluimos, que llevó a cabo por encargo del Gobierno de la Segunda República para denunciar el bombardeo al que fue sometida esta localidad vasca por la aviación del Tercer Reich en 1937. Fue pintada y exhibida ese mismo año en la Exposición Internacional de París y desde entonces se ha convertido en un símbolo de alcance universal.

Gentes, pueblos, escritores, historiadores e individuos, a veces por separado, y a veces juntos siguen discutiendo sobre qué es España.  A partir de 1975 se desechó la noción de que España era diferente. Hoy, quizá, vuelve a rondar la idea de que es un poco diferente.


La asignatura con las que os esnfretáis tiene otras respuestas en su programa de contenidos. Se plantea una explicación hisórica desde la Geografía Cultural.

PARA SABER MÁS, VER:


-  Quizás prefieras trabajar la historia a través de diferentes 
proyectos con sus respectivas tareas. Probablemente tu serás el que mejor definas a España




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BIEN, UNA VEZ QUE ESTÁS SITUADO O CONTEXTUALIZADO, TE ANIMO AHORA A ENTRAR EN EL CURSO DE APRENDIZAJE. TE DEJO UN ENLACE-GUÍA DE TRABAJO  DONDE TENDRÁS DIFERENTES SITUACIONES DE APRENDIZAJE Y SABERES.

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NOS EXAMINAMOS


CLAVES O INDICADORES PARA LA EVALUACIÓN


CLAVES EXAMEN SOBRE GEOGRAFÍA DE ESPAÑA

1 comentario:

  1. “Mi texto es muy personal y refleja mis vivencias...
    No cariño, tú no eres español. Ser español no es llevar la bandera, ni gritar como un berraco frases de odio que espero que no sientas. Tampoco lo es ponerse una pulserita en la muñeca, ni cantar el cara al sol. El concepto de ser español es algo totalmente distinto, o al menos lo debería ser, porque a estas alturas de la historia yo ya no sé qué decirte.
    Como española que soy, te voy a contar lo que para mí es ser español:
    Ser español es arder cuando arde Doñana o temblar cuando tembló Lorca; es sentarte a escuchar historias de meigas en Galicia y llegar a creértelas; es ir a Valencia y no sentir rabia por leer un cartel en valenciano, sino que te agrade poder llegar a entenderlo y es presumir de que las Canarias nada tienen que envidiarle al Caribe.
    Sentirse español es sufrir por no haber podido vivir la movida madrileña, enamorarte del mar al oír Mediterráneo de Serrat, es pedirle borracha a tu amiga catalana que te enseñe a bailar sardanas, querer ir a Albacete para comprobar si su feria es mejor que la de Málaga y sorprenderte al ver lo bonita que es Ceuta.
    Para mí ser español es presumir de que en Andalucía tenemos playa, nieve y desierto; sentir casi mérito mío que un alicantino esté tan cerca de un Nobel, pedirle a un asturiano que me enseñe a escanciar la sidra y morirme de amor viendo las playas del País Vasco en Juego de Tronos.
    También es española la cervecita de las 13.00, el orujo gallego, la siesta, el calimotxo, la paella, la tarta de Santiago, las croquetas de tu abuela y la tortilla de patatas. Lo son las ganas de mostrarle lo mejor de tu ciudad al que viene de fuera y que tú le preguntes por la suya; es hacerte amiga de un vasco y pedirle que te enseñe los números en euskera, por si pronto vuelves a por 2 ó 3 pintxos; es enorgullecerte de ser el país ejemplo a nivel mundial en trasplantes, de formar parte de la tierra de las mil culturas y de ser los del buen humor.
    No hay nada más español que se te pongan los vellos de punta con una saeta o con una copla bien cantá, atardecer en las playas de Cádiz, descubrir casi sin querer calas paradisiacas en Mallorca, hacer el camino de Santiago en septiembre maldiciendo el frío o que Salamanca y Segovia te enseñen que no hay que ser grande para ser preciosa.
    Así que, acho, picha, miarma, perla, tronco, tete, mi niño… eso es ser español, lo otro es política. Pero si de política quieres impregnar este concepto, también te vuelvo a decir que te equivocas: porque ser español no es desear que le partan la cara a nadie, es sufrir la situación de paro de tu vecino o el desahucio que has visto en la tele; ser español no es oprimir el SÍ o el NO de toda una comunidad autónoma, es indignarte cuando nos llaman gilipollas con cada nuevo caso de corrupción; ser un buen español es querer que en tu país no haya pobreza, ni incultura, ni enfermos atendidos en pasillos del hospital y, joder, querer quedarte aquí para trabajar y aportar todo lo que, durante tanto tiempo, precisamente aquí has aprendido.
    Eso es ser español, o al menos, eso espero.
    Laura Moreno de Lara ( Lo ha compartido en Facebook sobre lo que significa “ser español” que ya acumula más de 200.000 me gusta, 200.000 compartidos y más de 26.000 comentarios).

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