937 ARTE ISLAM

Arte islámico

Circunstancias históricas:

El islamismo se inicia con la herejía (del árabe huida) en el año 622, es decir la huida de Mahoma de la Meca a Medina. Desde esa fecha y hasta el reinado de Waild (1º dinastía Omeya) El Islam se extiende desde su primitivo núcleo en la península arábiga desde los confines de la India, hasta la península Ibérica.

Aspectos generales:

-Detalles doctrinales: La prohibición de representar ninguna imagen para evitar así la idolatria va a ser decisiva para la evolución artística del islam. Puede decirse que el arte islámico es iconofobico, apenas vamos a tener algún ejemplo de arte figurativo, por lo tanto será la arquitectura su vehículo expresivo principal y la decoración será una manera de enriquecerla.

-La amilizacion islámica se caracteriza también por su marcado carácter urbano y por la rapidísima expansión territorial en detrimento de otras culturas y civilizaciones con un pasado artístico muy rico sin que la cultura árabe poseyera un arte propio. Todo esto hará del arte islámico un arte ecléctico, abierto a las influencias de los bizantinos, arte clásico, arte oriental(persa) y en el caso español de la tradición visigótica.

-El islam es, así mismo una sociedad teocratica y jerarquizada en la que la arquitectura religiosa y civil va a desarrollar dos prototipos de edificios que corresponden a sus necesidades: La mezquita y el palacio

La presencia de la arquitectura musulmana en España responde a hechos históricos relacionados con el proceso expansivo del Islam. No obstante, lo que esperamos comprobar en el presente trabajo es que bajo ninguna circunstancia se puede considerar este tipo de arte como un simple trasplante de elementos orientales – arábigos hacia tierras occidentales.

Si bien es cierto, las peculiaridades del arte musulmán en España como en todas las regiones que abarcó el Islam, se encuentran impregnadas por los elementos de la religiosidad musulmana, la arquitectura islámica presente en la península ibérica es el fruto de la síntesis entre elementos visigodos, con sus rasgos bizantinos y germánicos y su fuerte cuota del legado cultural provincial romano y los elementos traídos por los musulmanes desde oriente. En efecto, entre los elementos traídos por los musulmanes también se encuentran presentes los elementos bizantinos y clásicos.

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El desarrollo del arte islámico desde el siglo VII al XVIII se divide en tres periodos.
  1. El periodo de formación, que coincide aproximadamente con el califato Omeya (661-750), bajo cuyo mandato el territorio islámico se extendió desde Damasco (Siria) hasta España;
  2. el periodo medio que abarca la época de los califas Abasíes (750-1258), establecidos en Bagdad (Irak), hasta la conquista mongola,
  3. y el periodo que transcurre entre esta conquista y el siglo XVIII.
Dentro de esta secuencia se pueden discernir, en las diferentes partes del mundo islámico, diversos estilos artísticos asociados a las correspondientes dinastías de gobernantes. Además de aquellos relativos a las grandes dinastías Omeya y Abasí, cabe mencionar otros estilos, como el de los turcos Selyúcidas, que gobernaron Irán desde mediados del siglo XI a 1157; el de los kánidas, pueblo mongol que controló el este de Irán de 1256 a 1349; los Timuríes, grandes mecenas de la cultura iraní, instaurados al oeste de Irán entre 1378 y 1502 y los Safawíes, gobernantes de la totalidad de Irán de 1502 a 1736. El arte islámico también floreció bajo los turcos otomanos, que dirigieron Turquía de 1299 a 1922 y extendieron su imperio por Egipto y Siria en el siglo XVI. En el noreste africano destacan estilos relacionados con el reinado de los fatimíes (909-1171) y con el de los mamelucos, que controlaron estos territorios desde 1250, mientras que en el Magreb y el sur de la península Ibérica cabe mencionar el apogeo de las tribus bereberes, los almorávides y los almohades, así como la dinastía Nazarí del reino de Granada.

ARQUITECTURA

-Mezquita:

Es el lugar donde la comunidad musulmana participa unida en la oración los viernes.

Generalmente consta de una sala alargada(comúnmente hipostilo) cuyo muro final orientado a la meca se llama muro de quibla, en el que existe un nicho o mihrab. Otra de sus partes es la macsura, un espacio que se encuentra entre el Mihrab y los fieles, generalmente cercado para q allí ore el califa y sus dignatarios.

Ante la mezquita hay un patio o sahn para los rituales. Cerca de mihrab esta el mimbar o pulpito. En el exterior tiene un alminar o minarete, para que el almuedado llame a la oración.

-Función de la mezquita: Lugar destinado a practicas religiosas y a actividades relacionadas con aspectos éticos de la vida musulmana:

Se imparten enseñanzas sobre ciencia religiosa, se celebran juicios y también maestros y hombres son escuchados aquí.

 La Mezquita como principal elemento arquitectónico del mundo islámico.

 La palabra Mezquita deriva del árabe maschid, que significa “un lugar donde uno se postra frente a Dios” Respecto del surgimiento de la Mezquita como lugar sagrado de oración, Oleg Grabar, realiza un interesante análisis acerca de la palabra y su probable vinculación con el texto sagrado, El Corán. Llega a la conclusión de que en lo específico el Corán no manifiesta ningún indicio concreto acerca de la necesidad de construir algún tipo de edificación especial. No obstante el Corán instituyó para todos los musulmanes una regla que tiene una importancia crucial para la historia arquitectónica de la Mezquita: la obligación de efectuar plegarias. Y estas últimas se clasificaban en dos tipos. Por una parte estaba la plegaria individual y por otra la plegaria colectiva con la comunidad. En estricto rigor, respecto de la oración sólo es esto último lo que establece el texto sagrado de los musulmanes. Lo demás fue fruto de la práctica y consecuencia de la vida de la comunidad musulmana entre el 622 y el 632. durante este periodo, la comunidad fue cimentando un ritual de plegaria, a las 5 oraciones diarias que el individuo debía realizar, se sumaba la plegaria colectiva el día viernes a medio día. En esta última, el profeta o su representante, asumía el rol de conductor de la oración colectiva. Ambas plegarias estaban precedidas por solemnes llamados a la oración, realizado este último desde el tejado del lugar de oración.Según señala Oleg Grabar, no existe claridad respecto de los primitivos lugares destinados para la reunión de la comunidad orante. Algunos antecedentes se pueden extraer de la casa particular del profeta en Medina, que fue convertida en lugar de oración. Su característica principal parece haber sido un patio amplio con dos zonas cubiertas. Una hacia el sur consistía en dos hileras de troncos de palmera con tejado de paja; aunque servía para indicar la orientación de la plegaria, probablemente su función original era solo la sombra. En el este se hallaban las habitaciones de las esposas del profeta, que daban directamente al patio.

Ahora bien, existen escasas pruebas de que la casa del profeta haya sido un santuario durante la vida de éste, fue la historia la que lo convirtió en tal. Ello responde, tal vez, al deseo de Mahoma y el primitivo Islam, por evitar la existencia de un clero, que era la institución que se ligaba férreamente a la idea de un santuario. Lo importante de destacar en este punto, es la relación que puede extraerse en este primitivo modelo de edificio religiosos musulmán: lo que tenemos es un amplio espacio abierto con dos zonas cubiertas en sus extremos opuestos. Para el arqueólogo, historiador u otro investigador que desee buscar las primitivas directrices de los templos musulmanes, estos datos son insuficientes, no obstante respecto de las Mezquitas primitivas no existe mayor información. Lo concreto era que no existió ninguna ordenación establecida respecto de la forma y elementos constitutivos del lugar de oración de la comunidad.
Existía una visión muy general respecto del significado del maschid o lugar donde se veneraba a Dios. La Meca fue una singularidad como lugar específicamente destinado a la oración. Respecto de la oración lo que se fue estableciendo, ya desde el principio, fue lo siguiente: la manifestación concreta de la oración era lo que separaba a los musulmanes de los no musulmanes. La oración privada no estaba ligada a un lugar determinado, sino a una orientación: La “Quiblah”. Mientras que la oración colectiva iba unida a una llamada solemne, un “iman” que hablaba desde el “minbar”. Dentro de estos primeros elementos que pueden considerarse como constitutivos de la posterior evolución de las Mezquitas musulmanas se encuentra la transformación de la casa del profeta en Medina en un lugar donde acontecieron la mayoría de los hechos que terminaron las decisiones litúrgicas y políticas del Islam. La casa adquirió un cierto carácter sagrado y se convirtió en lo que podríamos llamar el primer maschid, “Mezquita”.

Como se puede apreciar, todos los elementos que se han citado son cuestiones que tienen que ver más bien con la práctica, no con una determinación de formas arquitectónicas para edificios religiosos destinados a la comunidad islámica. A pesar de ello, es decir, de los superficiales requisitos y las mínimas características materiales que parece demandar el lugar de oración de los musulmanes, en la práctica, esta religión dio origen a un singular tipo de construcción que aparece en todos los territorios de población musulmana. Dos de los máximos ejemplos de Mezquitas islámicas primitivas son la Mezquita de Damasco y la de Córdoba. Esta última como ha sido precisado en la introducción será objeto de nuestro análisis.

Características generales de las mezquitas


Entre las características generales que se desprenden del análisis comparado de Mezquitas, realizado por Oleg Grabar, se encuentran las siguientes: las mezquitas de cada ciudad se ajustaban físicamente a la necesidad de tener un espacio único para la oración comunitaria, otros aspecto a destacar es que la Mezquita no era concebida como una entidad material completa, es decir, no existía un tipo arquitectónico ideal. Otro aspecto que se generalizó en la construcción de mezquitas fue el sistema hipóstilo de construcción, éste pareció ser el mejor sistema flexible que permitía pensar el conjunto del edificio como una entidad factible de ser ampliada fácilmente adhiriendo mas columnas. El sistema hipóstilo consistía en un elemento simple que se podía multiplicar a voluntad en cualquier dirección necesaria. Las columnas constitutivas de los edificios primitivos, en muchos casos como en Damasco, Jerusalén y también en Córdoba, las columnas fueron tomadas de edificios romanos o cristianos. A las columnas de segunda mano se unieron también columnas elaboradas para el propio edificio, eso sucedía en caso de que el edificio en construcción demandara demasiadas columnas, como en el caso de Córdoba.

Respecto de las explicaciones existentes para la incorporación del sistema hispóstilo en las construcciones musulmanas, Oleg Grabar señala que muchas de las teorías que han intentado explicar el hecho, son insuficientes, por ejemplo la herencia de la tradición egipcia, mesopotámica o romana; también esta la explicación de la imitación de la casa del profeta que estaba constituida en su patio central por un conjunto de palmeras cubiertas con paja, esta explicación considera que la imitación de las palmeras produjo el sistema hipóstilo. No obstante, Grabar propone una cuarta explicación: ante la necesidad de un edificio amplio que permitiera a la población reunirse en comunidad a orar los días viernes, se optó en la construcción de las primeras mezquitas por una solución practica, construir un espacio techado, utilizando materiales de otras construcciones, columnas romanas o cristianas. Estas primitivas construcciones no eran edificios con un prototipo formal de significado sagrado, sino simples cobertizos.

En la evolución de la Mezquita como elemento arquitectónico fueron apareciendo una serie de espacios a los que se les fue atribuyendo significados especiales. Estos elemeetos se fueron situando dentro del amplio sistema hipóstilo que contituía la mezquita primitiva, y se les puede considerar como genéricos porque irán apareciendo en la mayoría de las construcciones musulmanas destinadas a la oración colectiva:


1. Minarete. Finalidad oficial era llamar a los fieles a la oración y sus forma era una alta torre unida directamente a la mezquita. Los primitivos minaretes eran cuadrados, pero luego aparecieron los minaretes en espiral. En los tiempos más primitivos la llamada a la oración se hacía desde el techo del edificio, luego adquirió forma arquitectónica y se trasformo en una torre.
2. Mihrab. Consiste en un nicho, habitualmente cóncavo y profusamente decorado, que se encuentra en la pared de la mezquita que está orientada hacia la Meca. (en Córdba el mihrab lo constituye toda una habitación). La explicación genérica dice que la razón de ser del mihrab es ordenar hacia la Meca. No obstante debido a razones tales como que este elemento arquitectónico no es visible desde gran parte del interior de la mezquita, no puede ser esa su misión. Al parecer conmemora la presencia del Profeta Mahoma, ya que en ese lugar se ubicaba para dirigirse a los fieles.
3. maqsurah. Espacio reservado al príncipe cerca del Mihrab, pero no constituyen característica tipológica ya que solo están presentes en Damasco y Córdoba.
4. Bayt al-mal. Elemento cubierto por una cúpula situado en el patio. Tampoco se convirtió en tipología de las mezquitas, pero donde existe, se interpreta como la casa del tesoro de la primitiva comunidad musulmana
5. Muro de la quiblah. Indica la orientación de la meca, lugar hacia donde debían mirar.
* El minbar. Era el lugar o púlpito oficial.

alminar de la mezquita de Hassan, en Rabat, también quedó sin concluir tras la muerte del califa Yaqub el-Mansur, el Victorioso, quien ordenó la construcción del templo en el siglo XII.

Estos elementos, sumados a la característica hipostila de las mezquitas fueron producto del desarrollo histórico de la religión y de las necesidades que iban surgiendo en la medida que crecía y se multiplicaba la población musulmana. Lo interesante, es que a pesar de la ausencia de un clero, de una liturgia y de una preconcepción de la naturaleza del edificio, de todos modos apareció un cierto prototipo posible de identificar en todas las regiones donde penetró y se instaló el Islam.

Esta forma arquitectónica que nació sin requisitos preestablecidos se fue cimentando como prototipo y alcanzó este grado una vez que los Omeyas ya a principios del siglo VIII habían adquirido de forma sistemática la actividad de construcción de Mezquitas, lo que contribuyó a estandarizar las características que habían ido surgiendo productos de las necesidades y la tradición.
Un aspecto interesante de la mezquita es su limitado número de símbolos. El Islam evitaba los símbolos, así como también se mostró muy reacio a las imágenes. De todos los elementos constitutivos de la mezquita, solo el mirhrab aparece como un símbolo religioso de importancia, “pero por fastuosa que pudiera ser su decoración, nunca en la historia del Islam primitivo aparece como punto focal en el plano de la mezquita, de la manera en que estaba un altar en una iglesia cristiana”


Construcción y decoración de la mezquita


Los muros eran, casi sin excepción gruesos y macizos, y rara vez estaban decorados en el exterior. En raras ocasiones se encuentra en el exterior símbolos que indicaran la naturaleza del edificio. Las puertas o pórticos empiezan a aparecer en las mezquitas a finales del siglo IX.
Pilares y columnas se encuentran presentes en la composición interna del edificio. Ninguno de ellos es aporte islámico. En general las columnas fueron tomadas de edificios antiguos, romanos o cristianos. Los pilares, generalmente anchos se confunden con paredes del edificio. La mayoría de los soportes está coronado por arcos, la mayor parte de ellos de medio punto, es decir, semicirculares. La utilización de estos arcos también se ajustan a los métodos primitivos. Las innovaciones respecto de los arcos, evidenciadas en Córdoba y que analizaremos con detención en el siguiente apartado, son una excepción, que tampoco puede ser considerada una invención plenamente musulmana, por sus raíces y conexiones directas con la arquitectura hispano-visigoda presente en la península antes de la llegada del Islam.

Decoración interior.

La característica más notable de la decoración interior es su variedad. Abundan los mosaicos. En la Mezquita de Córdoba y Damasco existen pruebas de que sus artífices llegaron desde Constantinopla, con lo que queda probado que l bizantino no solo es influencia e inspiración, sino aporte directo. La carpintería tallada y pintada, así como el estuco, se utilizaron para realzar las principales líneas arquitectónicas. La madera era de uso frecuente en la en la construcción y decoración de mihrabs, minbars y maqsurah. La piedra esculpida es más escasa, pero está presente en la Mezquita de Córdoba. El vidrio se utilizaba en las ventanas. Probablemente se utilizaron alfombras y tejidos. Se sabe por algunos textos que en las Mezquitas abundaban las cortinas en distintas partes de la Mezquita. La diversidad de técnicas y la no existencia de un canos n establecido de decoración es relevante ya que nos permite afirmar que en esta etapa primitiva del Islam no existía asociación entre la mezquita y las técnicas de decoración.

Un aspecto relevante respecto de la decoración de las mezquitas es lo que señala Oleg Grabar acerca de si es o no posible interpretar esta ornamentación como símbolos o solo deben ser consideradas como elementos embellecedores del conjunto arquitectónico. La respuesta entregada por este investigador apunta a sostener que la ornamentación de las mezquitas en esta etapa del Islam solo cumplían un rol ornamental.Respecto de esto se puede señalar que en las Mezquitas es posible identificar dos tipos de decoración, una que apuntaba a resaltar algún aspecto de la construcción otorgándole así mayor importancia, y otra decoración que más bien cumplía un objetivo unificador, es decir, aspiraba a brindarle un aspecto homogéneo en su interior, soslayando con ello las continuas modificaciones o ampliaciones a las que una mezquita se veía sometida. Estas dos funciones son distintas y contradictorias: unifican o diferencian.

La escritura es otro aspecto de la decoración: una de los motivos más comunes en la decoración de la mezquita era a escritura de distintos textos árabes; la mayor parte procedía del Corán, pero también se incluían en algunos casos estadísticas que tenían que ver con el edificio en cuestión. Según señala Oleg Grabar, la utilización de la escritura árabe en los monumentos sí constituía un elemento mucho más que decorativo, expresaba significados concretos de la fe islámica. Incluso, según este autor es factible comparar el significado de la escritura con el significado de las imágenes de la cristiandad.
Al principio, a utilización de la escritura no era algo generalizado en la arquitectura musulmana, ello se debe que en esta etapa los elementos provenientes de otras culturas eran los que predominaban en la composición, ello no solo desde el punto de vista de inspiración estilística, sino de un modo directo, como hemos mencionado, gran cantidad del material constitutivo de las Mezquitas más antiguas del Islam, incluida la Mezquita de Córdoba, objeto de nuestro estudio, está formada por material de acarreo proveniente del mundo pre-islámico. El rechazo a lo antiguo se producía sólo cuando era considerado como un mal para su integridad religiosa.

La mezquita: creación significativa del mundo musulmán



Como se ha expuesto, la mezquita hipóstila se convirtió en un tipo arquitectónico que tendió a repetirse en todo el mundo musulmán. Sus cualidades respondía a las demandas básicas de la ración comunitaria, facilitando futuros ensanchamientos de ser estos requeridos por el crecimiento poblacional. El prototipo original de tal edificio tal vez haya sido la casa del profeta, pero eso aun solo es una hipótesis, lo cierto es que cánones establecidos para la construcción de mezquitas no existen en el mundo islámico primitivo. El único requisito evidente que demandaba la religión musulmana al lugar de oración era que fuera un gran espacio capaz de albergar a la comunidad. Las demás características se fueron añadiendo como producto de necesidades y demandas históricas o bien como forma de ir dando forma arquitectónica a un conjunto de tradiciones, pero ninguna de las demás características cuneta con la característica de “esencial”.La decoración que fue añadiéndose a la Mezquita no denota carácter originales la mayor parte de las veces se dio nueva lectura a técnicas preexistentes, por ejemplo los mosaicos, tan característicos del mundo bizantino. Lo que predominó no fue la innovación sino la relectura de formas existentes. “La única verdadera novedad del período islámico primitivo fue la lenta aparición de la caligrafía como vehículo para la estética y significado de los símbolos”.

Finalmente, respecto de los símbolos nos parece necesario precisar que el Islám primitivo parece haberse alejado de los símbolos visuales que lo identificaran de forma clara y precisa. Ya sea por reacción hacia el arete cristiano o por razones netamente internas, la nueva religión nacida en el corazón de la Arabia, no dotó sus formas de significados litúrgicos o simbólicos, o más bien no impuso esos significados sobre el grupo social.

La posibilidad de proyectar nuestro análisis de la arquitectura musulmana a partir del estudio de una de estas obras la sustentamos a partir de las afirmaciones que todos los autores consultados, coinciden en señalar que la Mezquita de Córdoba es el mejor ejemplo para conocer la evolución de la arquitectura islámica en España, que para efectos del presente trabajo es nuestro foco de atención. Desde esta perspectiva, podemos tomar como punto de partida de nuestra investigación la siguiente afirmación: “La Gran Mezquita de Córdoba ilustra, como ningún otro edificio de al Andalus, la historia del arte islámico de construcción en España, con sus diversas peculiaridades estilísticas”. No obstante lo anterior, y considerando el análisis realizado por Emilio Camps[, es preciso comprender que si bien la Mezquita de Córdoba permite analizar el arte musulmán en España, no es menos cierto que en esta mezquita se encuentran muchos elementos singulares que no encuentran proyección en otras obras arquitectónicas del al Andalus



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La gran mezquita de la ciudad tunecina de Kairuan es la más antigua del norte de África. Construida originalmente en el año 670, quedó destruida por completo y el sobrio complejo que hoy se visita, incluido su patio de columnatas y pavimento marmóreo, fue levantado por los aglavíes en el siglo IX.




mezquita azul de  Isfahan (Irán),  patrimonio mundial. Su preciosa estructura del siglo XVII parece cambiar de color en función de la luz.




PARA SABER MÁS, VER: La mezquita de Córdoba

EL ARTE ISLÁMICO, LA MEZQUITA DE CÓRDOBA. ¿POR QUÉ VISITAR LA MEZQUITA-ALHAMA-CATEDRAL DE CÓRDOBA?


III. LA ARQUITECTURA DEL PODER

La inestabilidad social y política durante el período califal produjo la elevación de numerosos edificios de carácter militar y palaciego, conjuntos monumentales que pueden llevar a confusión a la hora de encasillarlos dentro de una tipología. Se plantean dudas al hablar de Madinat al-Zahra, pues no es fácil clasificarla como edificio palaciego, cuando lo que constituía era una pequeña ciudad, o posteriormente, ya en época nazarí, nos ocurre lo mismo con la Alhambra de Granada, para algunos investigadores podría tratarse de una alcazaba, otros la definen como una ciudadela, en definitiva, lo que representan estos edificios son el esplendor de una época y la potencia de unos gobernantes, por ello hemos quedado en llamar a este capítulo “La arquitectura del poder”.



Un claro ejemplo para estudiar el desarrollo urbanístico de una ciudad y la arquitectura palaciega, lo constituye la ciudad-palacio de Madinat al-Zahra -que significa “ciudad brillantísima”-, expresión de la materialización de la dignidad califal.

La Alhambra, denominada así por sus muros de color rojizo («qa'lat al-Hamra'», Castillo Rojo), está situada en lo alto de la colina de al-Sabika, en la margen izquierda del río Darro, al este de la ciudad, frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.


-Palacio:

El palacio es un edificio de tipo civil que va a tener un gran desarrollo en el mundo islámico. Refleja la síntesis de las antiguas villas clásicas de modelo Omeya y la suntuosidad que aportara el mundo oriental a partir de la dinastía Abbasides. Tienen una función publica y privada, son centros de poder y administrativas a la vez de lugares de descanso y placer; suelen levantarse dentro de recintos amurallados formando una ciudad no planificada que crece de forma espontánea por ejemplo en España: Medina-al-Zahara y la Alambra. 

PARA SABER MÁS, VER:


- HAMMAM
Los baños árabes

Si la vivienda constituye la unidad más básica del entramado urbano, y sin la que no podríamos hablar de ciudad, ésta tuvo otras tipologías arquitectónicas que definen la fisonomía urbana. El baño o hammam constituye uno de los elementos más característicos de la ciudad hispanomusulmana, tanto por su morfología como por tratarse del edificio en el que el hombre árabe pasa gran parte de su tiempo, y lugar de purificación imprescindible antes de la oración para liberarse de las impurezas del mundo según mandaba la doctrina. Los usuarios debían someterse a rígidas normas: a primera hora de la mañana o al anochecer acudían los hombres, mientras que las mujeres lo hacían por la tarde. El baño árabe ha de ser considerado además, como un centro social y reflejo de la vida en el Islam, todo el ambiente de intimidad y secretismo que inunda las estancias es análogo al que posee la existencia del ser humano.

Puede encontrarse como edificio aislado o como estancia aneja a una mezquita. Por tratarse de un lugar al que el musulmán acude con frecuencia, se hicieron muy abundantes en todas las ciudades, teniendo Córdoba, a finales del siglo X, más de seiscientos.

Su tipología, que sigue en líneas generales la de los baños romanos, era común en todos ellos: edificios con casi total ausencia de vanos por motivos de temperatura, sólo una pequeña puerta daba acceso al interior. Tres estancias constituían la parte principal del baño: la cámara fría, la cámara tibia y la cámara caliente, además de otros espacios para vestuario, sala de vapor, combustible, depósitos, lavabos, etc. El edificio se coronaba con cúpulas y chimeneas que a través de claraboyas iluminaban el interior, que destacaba por su decoración basándose en cerámicas de ricos colores, maderas o piedra pulimentada.

Los baños árabes de Jaén del siglo XI, que permanecieron enterrados hasta principios del siglo XX bajo el palacio. Se trata de unhammam de estilo musulmán, muy bien restaurado, con cuatro salas y 450 metros cuadrados, por lo que se considera el más grande de España. Es espectacular su sala templada, con una danza de columnas que soportan ocho arcos de herradura y una cúpula semiesférica con las típicas y mágicas luceras estrelladas. Lo mismo que el vestíbulo de entrada, de 14 metros de largo y una bóveda corrida de medio cañón también con lucernarios. La leyenda dice que el espíritu del rey Alí, ahogado en estos baños, vaga todavía por ellos.
 DECORÁCIÓN EN EL ISLAM

-Elementos decorativos del arte islámico:

En el mundo musulmán mas que la estructura arquitectónica en el revestimiento lo que da valor artístico al edificio, la decoración es uno de los factores unificadores del arte islámico en el espacio y el tiempo, así trabajaban la piedra, mármol, estuco, la madera, azulejo, el mosaico, metales, telas y alfombras.

De todas estas técnicas decorativas algunas alcanzaron gran difusión y como las yeserias y cerámica(provienen de Irán o de Asia central) y los mosaicos(incorporados del arte clásico y bizantino)
-Elementos principales decorativos:

-Estuco: Se utiliza para la decoración de superficies, se obtiene mediante la mezcla de cal, polvo de mármol y alabastro o yeso. Es un material barato y flexible que necesita un soporte arquitectónico, su utilización contribuye a destacar la superficie, el revestimiento sobre la estructura, los mocárabes hechos de estuco son los ejemplos más importantes utilizados para cubrir arcos y bóvedas.

-Azulejo: Cerámica vidriada de color, que sirve para revestir superficies mediante la técnica del alicatado. Normalmente se utiliza para disimular la pobreza de los materiales constructivos.

-Las formas decorativas:

Tienden debido a la iconofóbia que apuntábamos antes a utilizar formas abstractas(decoración geométrica) a evitar formas vegetales o a insertar elementos caligráficos(la caligrafía es el elemento decorativo mas estimado por los musulmanes, pues su objeto principal es registrar la palabra Dios)

Se distingues dos estilos:

-Cufico: De caracteres ambulosos utilizados sobre materiales duros y que normalmente están tallados o esculpidos.

-Nakshi: Pertenece a una caligrafía exclusiva utilizada sobre materiales mas blandos(normalmente estuco)

La decoración es esencial en el arte islámico. Mientras que en el occidental tiene un valor secundario, en el islámico juega un papel central. En occidente lo ornamental se aplica como adorno de la estructura del edificio, que es lo primordial. En las artes del Islam, la decoración llega a enmascarar los materiales constructivos. Lo invade todo.

La historia de España durante la Edad Media es diferente a la del resto de Europa debido a la invasión musulmana de la península en el año 711. El territorio sometido por el Islam recibe el nombre de al-Andalus. Los reinos cristianos formados en el norte de la península inician a partir de entonces un proceso de reconquista que concluye con la caída del reino de Granada en el año 1492. A diferencia de los núcleos cristianos donde predomina el ruralismo y la autarquía, al-Andalus posee ciudades prósperas, artesanía floreciente y una importante actividad comercial. Es el siglo XI el período de cristalización y desarrollo del arte hispanomusulmán. La capital política suele ser a la vez el foco creador y difusor de las artes.

Contemplar cualquier manifestación estética del Islam exige al espectador occidental despojarse de sus condicionamientos culturales. Para comprender su significado es necesario conocer sus principios religiosos. El Islam es una religión monoteísta, pero el Dios semita es diferente del occidental. Es incognoscible e innombrable. Se encuentra fuera del mundo y no está sujeto a las leyes del espacio y del tiempo. El universo no tiene autonomía sino que es dirigido por Dios.

Islam significa sumisión o entrega incondicional a Dios. La revelación divina se recoge en el Corán. Es el libro sagrado de los musulmanes, revelado a Mahoma entre el 610 y el 631. Es un código religioso y social, base fundamental de la ley. Corán o Qur´an significa lectura de una palabra oída, escrita y dicha. Mientras que en el Cristianismo Dios se hace carne, en el Islam se hace palabra. Todo es palabra de Dios que al revelarse se hace mundo. Por esto, el lenguaje es protagonista en la vida del creyente. Este debe cumplir cinco obligaciones, los Cinco Pilares de la religión islámica. La primera es la profesión de fe, es decir, el reconocimiento de la autoridad y unicidad divina. El resto son: la oración, el ayuno, la limosna legal y la peregrinación.

PRINCIPIOS DE LA COMPOSICION

El ritmo repetitivo

Los patrones decorativos se obtienen repitiendo elementos simples entrelazados o superpuestos. Unido al gusto por la simetría, se consigue un efecto dinámico y armonioso. El detalle no prevalece sobre el conjunto. No hay tensión entre motivos, sólo equilibrio. La reiteración infinita de los temas es una metáfora de la eternidad que llena todo y una forma de plasmar la mutabilidad del universo.

La estilización

Es decir, la desnaturalización de la naturaleza. El arte islámico, a diferencia del occidental, no imita la naturaleza. El musulmán piensa que imitarla con fidelidad es un acto de impiedad que lo enfrenta a Dios, el único Creador. Así, se produce la estilización de los motivos vegetales.

ELEMENTOS FORMALES

En su origen encontramos elementos griegos, romanos y de los pueblos de las estepas de Asia central. Pero, los artistas musulmanes crean una nueva forma de trabajar el repertorio ornamental heredado.

La Caligrafía

Es el arte de la escritura bella (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). Es la manifestación artística más importante porque escribir es dar forma a la palabra de Dios. La escritura árabe tiene una doble función: ornamental e iconográfica. Es el equivalente a las imágenes sagradas del arte cristiano, el medio por el que se transmite el mensaje divino. El contenido de estas inscripciones es variado: versículos del Corán, mensajes piadosos, datos sobre sí mismas, textos poéticos, buenos deseos para el poseedor del objeto... Hay dos tipos: cúfica y nasjí. La escritura cúfica es mayúscula, de gran tamaño y rasgos angulosos. Las letras son sobrias y rectas. La escritura nasjí es cursiva, de gran flexibilidad y fluidez. Es la escritura ordinaria. A partir de estos tipos básicos se crean variantes, que difieren según el área geográfica y la cronología.

Los motivos vegetales

Existe una evolución. A través de Bizancio, se toman del mundo clásico pero, con un nuevo ritmo compositivo. Los fundamentales son rosetas, palmetas, hojas de acanto, hojas de vid y roleos. En época almohade predomina la decoración de hojas lisas. Posteriormente, los almorávides incorporan las hojas con digitaciones. En los años siguientes las fórmulas varían poco: palmas de una hoja, con o sin cáliz, palmas de dos hojas, simétricas o asimétricas, arrolladas o no en volutas, y la denominada pimiento, con o sin cáliz. Por influencia de la cultura persa sasánida se produce una estilización de los motivos vegetales, haciéndose irreconocibles. A este tipo de decoración se le denomina ataurique. Es la decoración vegetal inspirada en el acanto clásico, estilizada y muy utilizada en el arte califal cordobés (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). Aunque durante el Romanticismo se emplea el término arabesco para hacer referencia a esta decoración, es un error. El arabesco es la ornamentación entrelazada de complejos dibujos geométricos (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). Así, arabesco es un término más amplio, se refiere a todo tipo de decoración musulmana que enmascara la estructura mientras que ataurique es sólo la decoración vegetal estilizada.

Los motivos geométricos

La geometría es muy importante en el Islam. A través de ella se representa la indivisibilidad de Dios. La forma perfecta es el círculo. Se utiliza como patrón que permite crear otros motivos. El diseño es sencillo, se aplican los principios de repetición simétrica, multiplicación o subdivisión. Se trata de un arte más intelectual que emocional, de base matemática. Se utilizan ramas mixtilíneas entrecruzadas formando rombos, cintas trenzadas, meandros, dibujos en zigzag, ajedrezados y lazos formando estrellas. El mocárabe o mucarna es la decoración de prismas, yuxtapuestos y dirigidos hacia abajo, que acaban en un estrechamiento llamado prismático, cuya superficie inferior es cóncava. Forman a modo de estalactitas o racimos de estalactitas (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). Se emplea especialmente en la arquitectura.

Los motivos figurativos

De manera generalizada, se cree que el Islam prohibe expresamente la representación de figuras humanas y animales. No es cierto. Las representaciones figurativas sí están ausentes en los edificios religiosos y en los objetos de culto. Pero no en las obras de carácter civil. Como ejemplo baste recordar la ilustración de libros.




Aunque la decoración está estrechamente ligada a la arquitectura, todas las manifestaciones artísticas están ornamentadas cualquiera que sea el material, la técnica o la escala utilizada. La decoración confiere unidad al arte islámico ya que los mismos diseños aparecen en el vidrio, los tejidos, la metalística, la madera o la cerámica.

 La decoración es uno de los elementos que más contribuye a dar unidad al arte islámico, da a sus obras un sello peculiar que las hace fácilmente reconocibles.

Está estrechamente ligada a la arquitectura. Aunque, a diferencia de occidente, el monumento islámico se caracteriza más por su decoración que por su estructura. No obstante, todas las manifestaciones estéticas van revestidas de decoración cualquiera que sea el material, el tamaño o la técnica empleada.

La composición se basa en dos principios: ritmo repetitivo y estilización. Se repiten los mismos motivos porque no existe un vocabulario ornamental único para cada tipo de objeto o edificio.

Aunque gran parte del repertorio ornamental es heredado, los artistas musulmanes crean una nueva forma de expresión. Cuatro son los elementos básicos: la caligrafía, los motivos vegetales, los geométricos y los figurativos. Forman una decoración profusa, caracteriza por el horror vacui. Todas las obras destacan por su elegancia y refinamiento.
Para ejemplificar lo dicho, comentaremos dos piezas únicas del arte hispanomusulmán. Ambas están trabajadas en marfil.
Son el bote cilíndrico de Zamora (964, Museo Arqueológico Nacional, Madrid)
 la arqueta del Monasterio de Leyre (1004-1005, Museo de Navarra, Pamplona). L

la eboraria es el arte de trabajar el marfil (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). La talla de este material es una actividad que se remonta a la Prehistoria. Su brillo, su suave tacto y su rica textura lo convierten en el material ideal para crear obras bellas. En Córdoba se tiene por material precioso y entre los regalos que los embajadores traen a la ciudad figuran lotes de marfil. Muchas piezas se conservan debido a la fascinación que los cristianos muestran por ellas. Excepcionales son las obras en marfil salidas de los talleres cordobeses en el siglo X. Son piezas de gran calidad y riqueza ornamental. Su refinamiento artístico se debe a que, principalmente, se destinan a la corte y, de manera especial, a las mujeres.

En general, se trabajan dos tipos de objetos: arquetas y botes. Las arquetas tienen forma rectangular y tapa plana o prismática. El tamaño oscila entre 35 cm. y 4,5 cm. Los botes tienen forma cilíndrica, tape hemiesférico y el diámetro oscila entre 11,5 cm. máximo y 7,5 cm. mínimo. Ambos tipos son piezas realizadas con dos o más fragmentos de marfil ensamblados por elementos metálicos, generalmente plata nielada o cobre dorado. Su función es servir como botes de perfumes o para guardar joyas.

El bote cilíndrico de Zamora es una pieza anónima, aunque a su artista se le da el nombre de Maestro de Zamora. Se conoce la fecha gracias a la inscripción que hay en el friso de la tapa. Se trata de un regalo de Alhaquem II a su concubina Zob en el año 964. La decoración más frecuente es el ataurique, que llena toda la pieza. Consiste en un tallo vegetal continuo que se divide regularmente para dar origen a otros tallos secundarios que pueden, a su vez, escindirse o reintegrarse al tallo central. Se crea un rítmico movimiento ondular. Se representan también figuras de pájaros, pavos y gacelas afrontadas. La decoración está excavada sobre un fondo de poco relieve y la talla es seca y biselada. La ornamentación es profusa y elegante.

La arqueta del Monasterio de Leyre es un regalo para el hijo de Almanzor, el príncipe Al-Dak-Malik. Es de época de Amiri. El artista parece ser Faray. Aparecen figuras humanas en el centro de medallones y pequeños atauriques rodeándolas. Se presenta al califa Hisam II rodeado de personajes. En la tapa aparecen águilas con alas explayadas, leones sobre gacelas y antílopes. Un tema novedoso es la representación del unicornio, considerado animal fantástico. En un lado se desarrollan escenas de caza. En el otro, se talla un diván donde aparece un personaje con dos servidores a cada lado, sentados al modo oriental. La talla es abultada y modelada.



Píxide de Al-Mughira, caja de marfil del año 968.último califa de Córdoba.



Museo arqueológico Córdoba, x teodosio


- JARDÍN:  LA IMPORTANCIA DEL AGUA Y DE LA LUZ

Sin ser en sí motivos ornamentales, inciden en la decoración de manera especial. El agua es un complemento básico de la arquitectura islámica. A su valor ritual y simbólico se une su función refrescante. La luz sirve tanto para modificar los elementos decorativos como para crear otras formas ornamentales. Ambos incrementan el dinamismo de la decoración y aumentan el impacto visual del edificio.

File:Cierva surtidor Medina Azahara (M.A.N. 1943-41-1) 01.jpg

CERÁMICA

 
Cerámica islámica en Museo Arqueológico Córdoba
 Museo Arqueológico Medina Azahara


PARA SABER MÁS, VER:

BIBLIOGRAFÍA

- BONET CORREA, A. (coord.): Historia de las artes aplicadas e industriales en España, Madrid, 1994.
- BURCKBARDT, T.: La civilización hispanoárabe, Madrid, 1987.
- FATAS, G. y BORRAS, G.: Diccionario de términos de arte, Madrid, 1980.
- MARÇAIS, G.: El Arte musulmán, Madrid, 1991.
- MILICUA, A. (dir.): Cómo reconocer el arte islámico, Madrid, 1993.
- MORALES, A.J.: Las claves del Arte Islámico, Barcelona, 1987.
- VV.AA.: Artes islámicas en España, Madrid, 1992.

WEB 

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