MATERIAS PRIMAS
RECURSOS NATURALES. BOSQUES
Día Internacional de los Bosques, que se celebra el 21 de marzo
“Hay quien cruza el bosque y solo ve leña para el fuego
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La superficie forestal de España asciende a 27 millones de hectáreas, un 55% de su extensión. Nuestro país, con 7.200 millones, es el tercero de Europa tras Finlandia y Suecia en número de árboles ¿Plantar pinos o eucaliptos, de rápido crecimiento y escaso valor”?. Esto es, que se potencia que haya muchos árboles pero poco bosque. SILVICULTURA
La próxima vez que saque una fotocopia o imprima una página, piense que hace falta un árbol para producir 1.250 folios. Aunque la irrupción de las nuevas tecnologías y la crisis han reducido el uso de papel y cartón en los países desarrollados, las potencias de Asia siguen tirando del consumo mundial, que ronda los 400 millones de toneladas anuales.
Bosques que aparecen salpicados de kilométricos rectángulos totalmente pelados donde el color marrón de la tierra contrasta con las verdes copas de los árboles. Vegetación_potencial_España_UNIA bosque Espana_Regiones-fitoclimaticas_1990_atlas nacional de españa El aprovechamiento del bosque ha sido uno de los elementos más relevantes en la economía rural de una buena parte del territorio español. Un país de amplia y diversificada
geografía no tiene una sola historia forestal. Cada territorio, en función
de su propia evolución histórica y de las específicas condiciones medioambientales (suelo, clima, relieve, etc.), presenta rasgos diferenciales La función multiuso que actualmente se atribuye y se exige al monte,
así como el carácter complejo de la producción forestal, puesto de
manifiesto por la diversidad de productos, hacen más difícil valorar
sus producciones y utilidades. Las funciones protectora, ecológica,
paisajística, ambiental, etc., muchas veces son vinculantes, y al mantenimiento de todas o alguna de ellas han de subordinarse las producciones directas, tales como madera, pastos, caza, frutos, resinas,
etc., lo que hace que los métodos de valoración deban ser complejos
e imprecisos.
Cada tipo de producción necesita de una técnica selvícola, y de su
consiguiente organización espacio-temporal mediante la ordenación, que optimice y garantice su persistencia https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/Biblioteca/Revistas/pdf_reeap%2Fr193_02.pdf ¿Cuáles son las principales actividades económicas tradicionales de los bosques? La madera es el producto estrella. En su categoría están, además, la leña, la biomasa, etc. Y fuera de la madera está la resina, el corcho, las setas, el piñón. ¿Y las nuevas vinculadas a los servicios ecosistémicos? Son cuatro: la fijación de CO2, el ciclo del agua, la biodiversidad y la lucha contra la erosión. - Madera
Pino. ...Pino negral (Pinus pinaster), el pino laricio o salgareño (Pinus nigra) y el pino carrasco (Pinus halepensisy..
-Chopo. el valor de esta madera es de los más altos de todas las maderas subastadas en el territorio nacional. Su crecimiento rápido y sus usos, entre los que destaca el cajerío (especialmente hortofrutícula) y la biomasa, hacen de la madera de chopo una madera muy solicitada.
- Abeto. .muy solicitados como madera aserrada y estructural y en suelos y revestimientos. -Eucalipto.. Los datos oficiales no están actualizados, pero se estima que el cultivo de eucalipto ocupa más de 1.500.000 hectáreas (ha) en la península ibérica. Según los datos de los inventarios forestales nacionales (IFN), la superficie de eucaliptos en Galicia ha evolucionado de forma exponencial: 131.000 ha en 1973, 220.000 en 1986, 350.000 en 1998 y más de 500.000 ha en 2016. El dato es especialmente indicativo si se compara con la superficie de bosque autóctono gallego, que solo se conservan unas 400.000 ha. En Asturias, los datos sobre la evolución de los eucaliptales son algo más difusos, pero se observa igualmente una clara expansión que ha llevado a que haya concejos en los que los eucaliptos ocupan más del 80% de la superficie arbolada del municipio. En el año 1989, la superficie se estimaba en 34.000 ha; en 1996 era de casi 50.000 y en 2018 ya alcanzaba las 60.000 ha. Para dimensionar el alcance de la presencia de eucaliptos sirve el objetivo que, en su día, se marcó el Plan Forestal de Asturias de 2001: alcanzar en 2060 una superficie de 61.838 ha de eucaliptos. No ha hecho falta esperar tanto. Hay zonas donde su superficie ha ido disminuyendo, como es el caso de Andalucía o Extremadura mientras que, en otras, y en gran parte debido a políticas forestales que lo han alentado, no ha parado de crecer. Existen casos paradigmáticos como el del entorno de Doñana o la cornisa cantábrica, convertida en territorio ideal para su plantación por su clima templado y abundante humedad. SEO/BirdLife estima que España ha llegado a su límite de eucaliptales y propone a administraciones públicas y empresas una batería de medidas para asegurar que el bosque autóctono -mucha madera “pero de muy mala calidad”: pinos y eucaliptos, destinada a la industria de los tableros y a la producción de la pasta de papel de las celulosas.( minimiza el poderío del roble o del castaño autóctonos.) - hectáreas de bosque abandonadas - minifundismo de impedir la ordenación de un monte que, distribuido en grandes superficies - para una industria que este año reportó 250 millones de euros a 54.200 familias que vendieron su madera de mala calidad fundamentalmente a la empresa papelera Ence, el primer productor de celulosa de eucalipto de España. -la contribución de las masas arbóreas a la lucha contra el cambio climático por su papel como sumideros de carbono. -A tener en cuenta igualmente los “aprovechamientos fraudulentos” de madera en las concentraciones parcelarias y aseguran que ahora estas comienzan a multiplicarse al mismo tiempo que se devastan los perímetros arbóreos de zonas en donde se realizan grandes infraestructuras - destruyendo , con su consiguiente impacto sobre especies animales y reforestándolas con especies que no son autóctonas como pinos, acacias y eucaliptos, que consumen bastante agua del subsuelo y no dejan crecer otros árboles.
Imagen de un monte de pinos cortado con la técnica de “tala rasa” en Vilar de Barrio (Ourense). / NACHO GÓMEZ
En Galicia, la denominada gran reserva forestal, el aumento de la concentración de dióxido de azufre y monóxido de carbono en el ambiente comienza a ser inversamente proporcional a los maltrechos indicadores socioeconómicos. Se impone la leña. Según datos de la Consejería de Medio Rural y Mar de la Xunta, en 2012 el número de comunicaciones de talas —solo para uso doméstico, que por ley no pueden ser objeto de comercialización— aumentó en un 19% con respecto a 2011. Todo apunta a que subirá en 2013 en la misma proporción en la que se hunde la economía de muchas familias. La comunidad es una de las zonas forestales más importantes del continente, con 1,4 millones de hectáreas, el 48% del territorio.
Los bosques gallegos tienen acumulado un total de 37 millones de toneladas de CO2, lo que representa el 21 % de todo el carbono fijado en la biomasa forestal española. Por detrás están los bosques de los catalanes y los castellanoleoneses, con más de 22,5 millones de toneladas y un 12% en ambos casos. Por detrás de estas comunidades están Navarra (8%); Asturias y Castilla-La Mancha (7%); Andalucía, Aragón y País Vasco (6%); Cantabria (4%); Extremadura (3%); La Rioja y Madrid (2%); y Canarias, Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia (1%). Todo el carbono absorbido por los árboles permanece en ellos. Los bosques españoles tienen la capacidad de fijar anualmente un 20% de las emisiones totales de CO2, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias. Los datos muestras que esta tendencia va en aumento porque la superficie forestal en España se ha incrementado un 30% en los últimos diez años. La producción resinera, se encuentra en ambas Castillas, principalmente en los suelos de textura suelta, arenosa, de Segovia y Valladolid, en las sierras de Guadarrama y Gredos, en la serranía de Cuenca, en las provincias de Soria y Guadalajara, y en la Andalucía Alta (Jaén, Granada, Málaga) Hasta entrado el siglo XX, la forma más común de explotación del encinar fue el carboneo. De la leña de encina se obtenía el carbón vegetal, que conserva casi todo el poder calorífico de la madera pero con un peso mucho menor. El ciclo de tala para el carboneo era de unos 15 años. El cocrcho. corteza del alcornoque (Quercus suber) un recurso utilizado desde hace milenios en el Mediterráneo. Albergan una gran biodiversidad, con especies de alto valor protegidas por las directivas europeas. otros usos del alcornocal, como el ganadero, el agrícola y el de recreoAlbergan una gran biodiversidad, con especies de alto valor protegidas por las directivas europeas ORDENAMIENTO Y SOSTENIBILIDAD El sector forestal, que tiene en el Noroeste de la Península su mayor potencial, ha demostrado su capacidad de resiliencia y ya da signos de recuperación. Galicia, con el 60% de la producción de madera de España, y Asturias, con una creciente actividad forestal, tienen en la bioeconomía, es decir, en la madera y sus productos derivados, una oportunidad única para avanzar y consolidarse como referentes dentro del nuevo modelo de consumo. En el Centro y el Sur de la Península se asientan plantas de generación renovable con biomasa. La comarca de Pinares Tierra de Pinares es una comarca natural castellana situada en la comunidad autónoma de Castilla y León, y comprende el norte de la provincia de Segovia y el sur de la provincia de Valladolid. La explotación de los bosques, que se realiza en modo comunal Son montes cubiertos en su mayoría por pino silvestre ('Pinus sylvestris') forman la mayor masa continua arbolada de España. el 41% de la población activa se dedica al sector de la madera. Unos 4.000 trabajadores faenan para 700 empresas. Y la actividad ha permitido que sea una de las pocas áreas rurales del interior peninsular que no perdió población en el siglo XX. La implicación de los habitantes con el monte, del que obtienen beneficios, y las políticas de ordenación forestal y gestión del territorio son la clave del éxito. «El terreno se divide en secciones, que cuentan con media docena de cuarteles, que se dividen a su vez en otros tantos tramos y estos en rodales». El rodal, que es la unidad última de medida, tiene unas 30 ó 40 hectáreas. En Pinar Grande el turno de corta de cada tramo es de 100 años, lo que significa que la parte que se explota hoy fue seleccionada para ello hace un siglo. Y cerca está el área que la sustituirá, de edad similar. De esta forma, siempre hay un abanico de paisajes, desde el área recién cortada al bosque maduro, pasando por distintas etapas de sucesión del bosque. También está regulada la explotación de la caza y estudiada la producción de las setas. Según Lucas, «los montes de 20-40 años son buenos para el níscalo ('Lactarius deliciosus') y los migueles ('Boletus edulis') crecen más en pinares de 60 a 80 años». La madera ya aparece como el material del futuro. Es renovable, reciclable y biodegradable. Su origen, a tenor del potencial de las plantaciones españolas, es local.Al impulsar la gestión forestal sostenible y certificada a través de reconocidos estándares internacionales, este crecimiento en la demanda de madera permite además generar riqueza y valor en el medio rural. Las posibilidades son muchas, y van desde usos más evidentes, como construcción o papelería, a otros específicos, y, hasta hace poco, inimaginables. Envases y bolsas de papel y cartón, tejidos a base de fibras de madera, pantallas flexibles para electrónica o protecciones ligeras de gran resistencia pueden producirse con la celulosLas posibilidades son muchas, y van desde usos más evidentes, como construcción o papelería, a otros específicos, y, hasta hace poco, inimaginables. Envases y bolsas de papel y cartón, tejidos a base de fibras de madera, pantallas flexibles para electrónica o protecciones ligeras de gran resistencia pueden producirse con la celulos. Además, a partir de la lignina, otro componente de la madera, se extrae fibra de carbono, espumas de relleno, paneles, detergentes, bioasfaltos, o vainilla. A todo ello se añade la capacidad energética de los productos forestales, con su uso en calderas y la generación de energía renovable con biomasa como principales destinos. como referente europeo en la fabricación de celulosa de eucalipto Hay que aprovechar todas las potencialidades del bosque, La mirada está puesta, con capacidad de gestión sostenible, se busca poner en valor usos tradicionales y novedosos: la resina, que tras décadas en las que casi llegó a desaparecer por los bajos precios de la irrupción china, se está volviendo a recuperar y tiene un millar de productores hoy en día; productos alimentarios, como miel, castañas, piñones o micológicos -en 2013 se dieron 65.000 permisos de recolección-; o las cortas de maderas y biomasa forestal para lo cual sólo se aprovecha un 20% en parcelas particulares.
https://www.mapa.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/inventariodedanosforestalesidf2019_tcm30-535606.pdf Reforestaciones España es, sólo tras China, el país que más incrementa su superficie forestal del mundo, bien por la desaparición de gran cantidad de terrenos de cultivos o bien por la larga tradición en reforestaciones. Sin embargo, a la mayoría de los recursos no se les da uso y el abandono rural puede poner en peligro los bosques que hoy nos quedan. A medida que del paisaje español han ido desapareciendo los terrenos de cultivo ha aumentado la superficie de los bosques. España, con 27,5 millones de hectáreas y con una larga tradición en reforestaciones, es el segundo país, tras Suecia, con mayor superficie forestal de Europa y el tercero, tras el país nórdico y Finlandia, en superficie arbolada. Pero a pesar de estos datos, lo cierto es que en otras cuestiones queda aún largos caminos por recorrer, tales como el empleo de la biomasa como fuente de energía, la reducción de importaciones de madera o el incremento de certificación forestal. Estos asuntos así como una evaluación de la situación de nuestros bosques son algunos de los temas que se abordaron esta semana en Ávila durante la quinta edición del Congreso Forestal Español, organizado por la Sociedad Española de Ciencias Forestales, en colaboración con Castilla y León y el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Hasta él se acercaron más de 1.000 expertos. La celulosa de eucalipto y la explotación forestal (en la imagen, un bosque gallego de este tipo de árboles) son objetivos prioritarios de Ence. / ANXO IGLESIAS Tal es así que en 70 años, se han reforestado 18,3 millones de hectáreas, siete millones más de los previstos en aquel Plan Nacional de Repoblación de 1939 que proponía repoblar seis millones de hectáreas en cien años y llegar a tener 11,3 millones de hectáreas de bosque. Gran parte de este cambio se debe a la transformación de territorio agrícola a forestal (por la Política Agraria Común de la Unión Europea), así como al abandono de zonas rurales. Ahora bien, los números en cuestiones de árboles no son indicadores del estado en el que están, por eso Picardo matiza: «Las plantaciones para la producción de madera ocupan sólo un millón de hectáreas aproximadamente. El 93 por ciento de nuestros bosques son seminaturales». Pero en general son muy delgados. Hoy miden 9,4 centímetros de media, incluyendo la corteza. Es decir, un tamaño inferior al que presentan los bosques europeos, y menor que el que tenían en España en 1975 (año desde el cual se ha producido un incremento constante de árboles, un 130 por ciento) cuando el tamaño medio era 10,2 centímetros. Aunque lo cierto es que el tamaño del árbol medio en España es hoy mayor que en 1996. Y es que el tamaño en este sector sí que importa, por motivos de madurez y biodiversidad de los ecosistemas. Y nuestros bosques son todavía hoy muy jóvenes. Restauración Pero no todos los bosques presentan el mismo esplendor. Muchos ocupan una superficie considerablemente inferior de la que algún día tuvieron, sobre todo en el caso de las unidades paisajísticas que había en las dos mesetas y en los valles de los grandes ríos, tal y como se desprende del informe «Los bosques que nos quedan. Propuestas para su restauración», elaborado por WWF en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Los carrascales, las carballeiras y los robledales ibéricos, así como los sabinares canarios, encabezan la lista de las formaciones más amenazadas. Situación bien distinta a la de los pinares, que en la actualidad ocupan el 70 por ciento de su potencial territorio y es que son los que mayor presencia tienen en el país. En concreto, «11 unidades de bosques de las 54 que hay en España ocupan menos del 30 por ciento de la superficie que deberían tener. Es el caso de los carrascales continentales mesomediterráneos, así como los sabinares y restos de los primitivos bosques termocanarios. En estos casos la superficie que en la actualidad ocupan no alcanza ni el 10 por ciento de su potencial», hace hincapié Félix Romero, responsable del Programa de Bosques de WWF. Para revertir esta situación habría que restaurar nada menos que 2,5 millones de hectáreas. Lo que, según la organización conservacionista, permitiría crear unos 450.000 empleos. Demasiadas importaciones Ahora bien, para conservar los bosques que hoy nos quedan, así como los que en el futuro se podrían restaurar resulta esencial la gestión de los mismos, y lo cierto es que en la actualidad apenas el 13 por ciento de la superficie forestal cuenta con un plan de gestión en vigor. Otra de las necesidades que por ende plantea un país más arbolado es generar empleo y riqueza con el fin de no continuar en esta línea de éxodo masivo de las zonas rurales. Ya que aunque sea evidente el aumento de reforestación, lo cierto es que España apenas aprovecha y saca partido de sus propios recursos forestales, bien quitando peso a la balanza de las importaciones de madera o bien desde el punto de vista energético. En el primer caso, España sigue importando excesivas cantidades de madera, y no porque aquí no se tengan, como es el caso de las tropicales que, por cierto, no es que se importe precisamente en cantidades ingentes. «Nuestros bosques pueden producir cerca de 50 millones de metros cúbicos de madera de forma sostenible, pero se aprovecha menos del 40 por ciento. En Europa, en cambio, se aprovecha el 65 por ciento», asegura Picardo. «Importamos la mitad de la madera que consumimos. Habría que reducir las importaciones e incrementar, por tanto, la demanda de nuestros propios productos», añade el experto. Lo que no conlleva por cierto olvidar aquella «R» de reducir, así como exigir que cuente con un sello que certifique su gestión sostenible. Peor que la media mundial Algo en lo que España va incluso peor no ya en comparación con Europa, sino respecto a la media mundial. Así, mientras en Europa el 47,3 por ciento de la superficie forestal arbolada cuenta con un certificado forestal y en el mundo el 8,6 por ciento, en España sólo el 6,8 por ciento tiene el sello PEFC o el FSC. Y eso que en nuestro país la Ley de Montes insta a las administraciones públicas a promover el desarrollo de los sistemas de certificación, y a fomentar la adquisición de madera y productos derivados procedentes de bosques certificados. En cuanto a la madera utilizada con fines energéticos, España empieza a dar algunos pasos. Es el caso de Cuéllar (Segovia), en el que mil vecinos (unas 250 familias) cubren desde 1999 sus necesidades de calefación y agua caliente gracias a la biomasa. Éste es sólo el referente de lo que se podría hacer en gran parte del territorio. «La biomasa podría producir el 75 por ciento de las necesidades que hoy producen en España las nucleares», asegura Picardo. «España consume cuatro millones de toneladas equivalentes de petróleo, que podrían ser cubiertos con 16 millones de toneladas de madera. Cubrir parte de nuestras necesidades energéticas con biomasa permitiría generar empleo, unas cinco o diez veces más que con combustibles fósiles», asegura Miguel Trossero, del Departamento Forestal de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Ello a su vez permitiría reducir emisiones. En esta misma línea, fueron muchas las voces que durante el Congreso citaron las cantidades de CO2 fijadas por los árboles. Algunos hablaron de un 20 por ciento, otros en cambio como Gerardo Sánchez Peña, del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, manifestaron su duda personal de que fijen «más de un dos o un siete por ciento, creo que un cinco por ciento». Una subasta de cifras (también en otros aspectos) en la que quizás no tiene tanto que ver la lucha contra el cambio climático, sino con el mercadeo de CO2 que ya de por sí es hoy el Protocolo de Kioto, tan alejado de lo que algún día, al menos en teoría, fue, y es que no son pocos los entes que pedirán en Copenhague, para un futuro post-Kioto, la conservación de los bosques, no la creación de nuevos, sirva para compensar emisiones. Y para no acabar así, sólo decir que las 180 toneladas de CO2 generadas por la celebración del Congreso Forestal se compensarán a lo largo de los próximos 60 años con la reforestación de una hectárea y media de terreno en los alrededores de Ávila, tal y como aseguran desde Cesefor. La Razón, 29 de Septiembre de 2009 -Silvicultura (del latín silva, , y cultura, cultivo) es el cuidado de los bosques, cerros o montes y también, por extensión, la ciencia que trata de este cultivo; es decir, de las técnicas que se aplican a las masas forestales para obtener de ellas una producción continua y sostenible de bienes y servicios demandados por la sociedad -Ley de Montes Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes.,BOE-A-2003-21339 - (Análisis) DEROGA:
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¿QUÉ ES QUÉ? LAVEGETACIÓN. vOCABULARIO Y RECURSOS
PROYECTO DIDÁCTICO
-LA ACTIVIDAD AGRARIA. VIVIR DE UN PAISAJE TRANSFORMADO QUE TE DA DE COMER
-“Un paseo didáctico por los bosques primarios“,
-LA ACTIVIDAD AGRARIA. VIVIR DE UN PAISAJE TRANSFORMADO QUE TE DA DE COMER
-“Un paseo didáctico por los bosques primarios“,
BIBLIO/WEBGRAFÍA:
http://www.portalforestal.com
Los bosques que nos quedan. Propuestas para su restauración
Los bosques que nos quedan. Propuestas para su restauración
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